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Algas, el recurso que surgió como complemento y que ahora es fundamental para A Illa

Los buceadores de productos específicos han pasado de extraer 12 toneladas hace 14 años a las 374 del pasado año | En la lonja dejó cerca de 300.000 euros de facturación

Un buceador de A Illa muestra las algas extraídas tras llegar a la lonja de O Xufre.

Hace catorce años, los buceadores adscritos al plan de recursos específicos decidieron buscar una serie de recursos que complementasen los ingresos que conseguían a través de la extracción de la navaja o el longueirón. El objetivo era que estas especies, fundamentales en aquella época para el sector, pudieran recuperarse mientras los buceadores generaban ingresos complementarios con otro tipo de productos. Entre esas apuestas se encontraban varias especies de algas que no estaba muy claro como iba a acoger el mercado. Esa decisión los colocó entre los pioneros en la extracción de algas del fondo marino de la ría de Arousa, una actividad a la que se acabarían uniendo, posteriormente, otras agrupaciones de recursos específicos de la comarca.

Aquella apuesta se ha convertido ahora en una especie fundamental para los buceadores, más incluso que la navaja. De los 12.000 kilogramos aproximadamente que se facturaron en el primer año de explotación de las algas, se ha pasado a comercializar 374 toneladas, que han dejado en la lonja un total de 270.029 euros. Esas 374 toneladas se distribuyeron en 109.323 kilogramos de lechuga de mar, 112.623 de kombu, 13.457 de correa, 1.211 de codium o fideo de mar y 137.217 de wakame, a las que habría que añadir la gracilaria o alga roja, que también se acostumbra a extraer en A Illa pero que el pasado año no fue demandada por los compradores de la lonja isleña.

Después de todos estos años, los mariscadores llevan tiempo planteando pequeños cambios en el plan de explotación, cambios como el de extraer durante todo el año la lechuga de mar, una especie que mantiene las condiciones para extraerse durante todo el año y que puede ser una amenaza para el marisco, y cambiar las fechas de extracción del codium o fideo de mar para que su estado sea todavía más óptimo para su comercialización.

El patrón mayor de A Illa, Juan José Rial Millán, ha visto todo este crecimiento en la comercialización de las algas e insiste en que “se ha convertido en el principal sustento económico de la quincena de embarcaciones que se dedican a los recursos específicos, sustituyendo por completo a la navaja”. En concreto son seis las especies que se extraen “porque son las que demanda el mercado, pero hay otras especies, menos apreciadas por diferentes motivos que, si hubiese compradores interesados, podrían explotarse, es algo que se podría mirar, pero siempre y cuando haya interés”.

La mayor parte de las algas extraídas en A Illa no se quedan en Galicia, ni siquiera acaban en las mesas de España, sino que acaban en mercados como Francia, Italia, Alemania, o Países Bajos, países “con mucha más cultura a la hora de introducir las algas en sus comidas”.

De todas formas, Millán insiste en que ese concepto está cambiando en España donde, cada vez más, “la restauración recurre a este producto por sus grandes posibilidades culinarias”. De todas formas, el destino de las algas no es solo la cocina, ya que sus múltiples cualidades permiten que se destine a otro tipo de mercados, como el de la cosmética o la farmacia, o incluso, a proyectos como el de introducirlas en pienso para animales de granja por sus importantes propiedades.

Las algas que pasan por la lonja de O Xufre tienen el sello de calidad de Marisco de A Illa, una marca que la Organización de Produtores (OPP-20) ha puesto en marcha para dar un valor añadido a todos los productos que salen del interior de la lonja. “El sello garantiza al consumidor que está comprando un producto de gran calidad, sobre todo para Europa, donde contar con la certificación ecológica es fundamental para ir ganando los mercados”.

Mejora de infraestructuras y servicios


La importancia que ha alcanzado los recursos específicos en la actividad que se genera en la lonja de A Illa también ha obligado a la cofradía a dotar de infraestructuras y servicios a este sector. El último paso ha sido la adquisición de una carretilla elevadora, por valor de 32.000 euros, para que puedan descargar las algas cuando llegan al muelle de O Xufre y trasladarlas a la lonja. El 60% de esa adquisición ha sido financiada por la Diputación de Pontevedra. Con anterioridad, se han ejecutado obras importantes, como la dotación de vestuarios y duchas con una ampliación de la lonja, ya que los buceadores tenían que cambiarse en una caseta de obra. Esa mejora se realizó al mismo tiempo que se ampliaba el edificio para crear una zona de estabulación. Una quincena de embarcaciones tienen autorización en A Illa para la extracción de las algas, lo que supone una treintena de buceadores en estos momentos, mientras que para la extracción de navaja son algunas más.

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