Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Seglares que hacen parroquia en Arousa

Un sacerdote secularizado oficia la liturgia de la palabra en Ribadumia y Leiro cuando no puede hacerlo Dositeo Valiñas

Gumersindo Camba González ofició ayer la liturgia de la palabra en Santa Baia de Ribadumia. | // IÑAKI ABELLA

Dositeo Valiñas no se encontraba en condiciones de dar misa ayer. Con casi 101 años -los cumple el 7 de febrero-, y el intenso frío de estos últimos días, al despertar no se vio con fuerzas para acudir a las iglesias de Leiro y Ribadumia, que siguen a su cargo. Pero los feligreses no quedaron sin su liturgia pues desde hace tiempo opera en Ribadumia una comisión parroquial que se encarga de algunos de los asuntos de los que en el pasado se ocupaba Dositeo Valiñas, pero que hoy sobrepasarían sus posibilidades. Mientras, un sacerdote secularizado afincado en Vilanova, Gumersindo Camba se encarga de oficiar la celebración.

La falta de vocaciones ha vaciado los seminarios y, por extensión, las rectorales. En la actualidad, hay tan pocos curas que cada uno de ellos debe asumir varias comunidades. Otro problema añadido es que muchos de los sacerdotes son personas de edad ya avanzada, con lo que no pueden llegar a todo. Eso hace que los seglares cobren un protagonismo cada vez mayor en la vida de las parroquias.

Hernando Martínez Chantada, miembro del consejo parroquial de Santa Baia de Ribadumia, y uno de los más estrechos colaboradores de Dositeo Valiñas, apunta que, “en el pasado estaba todo centrado en la figura del cura, pero hay que aceptar la realidad y en el futuro no va a ser así. Los seglares tienen que adoptar una participación más activa en sus parroquias”.

Miembros del consejo parroquial de Ribadumia, ayer. | // NOÉ PARGA

En el caso de Ribadumia, al no poder presidir la misa Dositeo Valiña, fue Gumersindo Camba quien subió al altar. Natural de Forcarei, fue sacerdote hasta los 37 años, edad en la que pidió la dispensa de la secularización. Ahora, con 84 años, echa una mano a Dositeo Valiñas, y ayer se vistió el alba y ofició la liturgia de la palabra. La diferencia de esta ceremonia con respecto a la misa es que no hay consagración, “aunque Jesucristo está en el sagrario”. Formalmente, Camba es presbítero, si bien sus funciones son más semejantes a las del diácono, una figura eclesiástica que está adquiriendo una mayor relevancia debido a la falta de curas.

En el caso de Ribadumia es también muy importante el trabajo de los feligreses que han constituido el consejo parroquial. Presidido por Dositeo Valiñas, los vecinos dividen el trabajo en cuatro comisiones (de culto, de limpieza, económica y del cementerio) y se reúnen una vez al mes para coordinarse. Un trabajo voluntario cada vez más necesario.

Dositeo Valiñas, el día que cumplió cien años. | // IÑAKI ABELLA

Precisamente, Valiñas firma un artículo publicado en el boletín parroquial Avante de ayer domingo en el que reflexiona sobre el “sentido comunitario”. “La sociedad está cambiando sus estructuras económicas y sociales. Las formas tradicionales de relacionarnos y de trabajar se están modificando debido a la digitalización y la inteligencia artificial, y eso está potenciando el individualismo y la pérdida del sentido comunitario”. Por ello, considera el sacerdote, “es necesario movilizar a las personas para que asuman sus responsabilidades y vuelvan a recuperar el sentido comunitario de la vida, también en el campo religioso”.

En el mismo boletín, Hernando Martínez Chantada celebra la decisión del papa Francisco de otorgar también a las mujeres el ministerio de catequista y lector, lo que les permitirá de forma oficial cumplir funciones en el altar durante las misas. “Estos cambios rompen con la tradicional discriminación de las mujeres y son recibidos con satisfacción por muchos cristianos católicos”.

Gumersindo Camba, un cura secularizado que oficia la liturgia de la palabra tras una petición a la Virgen de Fátima

Gumersindo Camba González fue sacerdote hasta los 37 años. A esa edad, se hizo seglar. Se trasladó a Asturias, donde contrajo matrimonio con una licenciada en Filología Románica que daba clases en el colegio de los Jesuitas de Gijón. Pero en su nueva etapa vital no se alejó de la Iglesia. “Como seglar, tengo la misma fe o más que cuando era cura”, manifiesta. “No renuncié a la fe, ni a ser hijo de la Iglesia ni al amor y a la obediencia a la Iglesia”.

Al jubilarse, regresó a Galicia, y actualmente está afincado en Vilanova. Cuenta que tomó la decisión de echar una mano de forma activa en la vida religiosa de una comunidad después de un viaje a Fátima (Portugal). “Le pedí a la Virgen la solución de un problema, y como ese problema se resolvió, le dije en agradecimiento que me pidiese algo a mí. Y sentí que lo que me pedía era que colaborase con la Iglesia”.

Así fue como hace cuatro años empezó a trabajar con Dositeo Valiñas, probablemente el sacerdote católico de mayor edad de España que sigue en activo. Gumersindo Camba jamás ha notado que los feligreses que acuden a misa le miren con recelo por el hecho de ser un cura secularizado. “Todo el mundo sabe que fui sacerdote, y lo que mira realmente la gente es a la persona”.

Aunque en su momento fue ordenado presbítero, y esta condición no se pierde, actualmente realiza funciones más próximas a las del diácono. Los diáconos pueden celebrar bautizos, repartir la comunión, oficiar bodas o presidir entierros. Pero hay también funciones que tienen vedadas, como la de celebrar misa, confesar y absolver los pecados o administrar la unción a los enfermos.

Homenaje a Dositeo Valiñas, que cumple 101 años en febrero

Dositeo Valiñas Fernández cumplirá 101 años el 7 de febrero, de ahí que sus vecinos quieran rendirle un homenaje en la misa del próximo domingo, día 6. El religioso lleva más de 75 años ejerciendo el sacerdocio, la mayor parte de los cuales los pasó en Ribadumia. Sus cualidades humanas y su contribución al desarrollo económico, cultural, social y deportivo de la parroquia le han convertido en una persona muy querida.

Es Hijo Adoptivo de Ribadumia desde hace más de una década, y hace un año los vecinos ya le hicieron en la iglesia un multitudinario homenaje en el que no faltaron los regalos. Este año también están organizando algún evento, sin perder de vista la pandemia de COVID.



Compartir el artículo

stats