A los promotores del parque eólico del monte Castrove les surge un nuevo obstáculo. A la oposición manifestada ya por los Ayuntamientos afectados por el plan, entre ellos el de Meis, y por la plataforma Non ao parque eólico do Castrove, se suma ahora la de dos comunidades de montes. Se trata de las de San Tomé de Nogueira, en Meis, y Campañó (Pontevedra), que llevaron el asunto a sus respectivas asambleas.
La respuesta vecinal fue abrumadora. En San Tomé, votaron en contra de la instalación de los aerogeneradores los 60 comuneros que asistieron a la reunión. En el caso de Campañó, se posicionaron en contra del proyecto más del 95 por ciento de los asistentes a la asamblea. Ambas votaciones son muy relevantes, puesto que dos de las torres se situarían precisamente en terrenos de estas dos comunidades. En consecuencia, a los promotores del proyecto no les quedará más remedio que modificarlo si pretenden seguir adelante con el mismo.
Hay otras dos comunidades de montes directamente afectadas por la instalación de los aerogeneradores, que son las de San Salvador de Meis y San Juan de Poio. Pero por el momento no han celebrado sus respectivas asambleas, debido al súbito empeoramiento de la situación sanitaria. Peregrina Martínez, presidenta de San Salvador de Meis, indicó ayer a FARO que están esperando a que baje la incidencia de contagios de coronavirus, y que su intención es convocar la asamblea para finales del próximo mes de febrero.
Pontevedra acoge el sábado a mediodía una concentración en contra del proyecto eólico
En lo que respecta a Poio, su presidente, José Couselo, declaró ayer que, “lo teníamos todo preparado para celebrar la asamblea el 19 de diciembre pasado”, pero que a última hora no les quedó más remedio que suspender la convocatoria habida cuenta del cariz que estaba tomando la pandemia. “No vamos a dar ningún paso sin hablarlo antes con los comuneros”, declaró Couselo, quien recuerda que en su comunidad hay más de 230 hogares, una cifra demasiado elevada como para celebrar una asamblea en la actualidad. En las otras dos comunidades, sin embargo, los vecinos ya expresaron su opinión, de forma alta y clara.
Oposición rotunda
Francisco Casás, presidente de la comunidad de montes de San Tomé de Nogueira, señala que acudieron a la asamblea 60 personas, y que todas votaron en contra del proyecto eólico. “No hubo ninguna duda entre los vecinos. La gente valora mucho más el bienestar que el dinero que pueda ganar la comunidad con el alquiler de los terrenos para un aerogenerador”, afirmó. En este sentido, los vecinos están preocupados por el impacto que tendrían estas estructuras, tanto en forma de sombra como de ruidos. También temen que un polígono eólico en la parte alta del monte Castrove afecte negativamente a los manantiales de agua de la montaña, algunos de los cuales surten a las viviendas mediante traídas vecinales.
Mientras tanto, los colectivos vecinales que se han organizado para mostrar su oposición a los planes eólicos han convocado una concentración para este sábado, 29 de enero, delante de la delegación de la Xunta en Pontevedra. Es a las 12 del mediodía.
“Hay una cosa que nos da el monte y que no nos da nadie más: salud”
José María Domínguez, presidente de la comunidad de montes de Campañó señala que la parroquia también se ha posicionado con claridad meridiana en contra del proyecto empresarial. Las enormes dimensiones de los aerogeneradores previstos, de hasta 200 metros, entre la torre y las palas, preocupan mucho a los vecinos. También están disconformes con la ubicación propuesta por la empresa para uno de los molinos, pues afectaría de lleno a un bosque de 20 hectáreas de pinos insignes (o de California) plantados por la comunidad tras el gran incendio de 2006. “Ese bosque está precioso, y uno de los aerogeneradores iría casi en el medio”.
Otro de los argumentos que esgrime Campañó para oponerse al parque industrial tal y como está concebido es que el documento de inicio no especifica por dónde irá la línea de evacuación de la energía eléctrica. En todo caso, los vecinos creen que sea cual sea la opción elegida por la empresa, “nos va afectar muchísimo”. También temen la depreciación de las parcelas más próximas a los aerogeneradores, así como el impacto visual que tendrían unas torres tan altas.
“Turísticamente, es algo que nos afectaría a todos. ¿Qué le vamos a mostrar a los turistas que visiten Sanxenxo y O Grove?”, se pregunta José María Domínguez. Pero, por encima de todas las consideraciones, hay un argumento que ha pesado más en la opinión de los vecinos. “Hay una cosa que nos da el monte y que no nos da nadie más: salud”.