Construido en Isorna (Rianxo), en 1954, el barco “Ricardo Figueira” se dedicó al transporte de arena por la ría de Arousa. Fue en 1972, una vez adquirido por el carrilexo Alejandro Domínguez, cuando se convirtió en un barco auxiliar de acuicultura con el que prestar servicio a las bateas. Rebautizado como “Jandro” en 1974, el esqueleto de este buque es ahora una de las joyas patrimoniales de O Grove.
Su armazón puede verse en Punta Moreiras, donde es una de las piezas clave del Museo de la Pesca y la Salazón de O Grove. Sirve para mostrar a los visitantes cómo eran aquellos barcos que hace casi un siglo se dedicaban a transportar arena, barricas de vino, madera barro, tejas y todo tipo de pecados y sal destinados a las fábricas salazoneras, como las que reproduce el citado espacio museístico meco.
Trece metros de eslora, cuatro de manga, metro y medio de puntal y un arqueo de quince toneladas. Son algunas de las características técnicas de estas naves de manera que en su momento supusieron una especie de revolución industrial para el sector del mar, sobre todo cuando empezaron a construirse con hasta veinte metros de eslora y capacidad para treinta toneladas de registro bruto, permitiendo así la realización de singladuras más largas, previamente armados los buques con las correspondientes velas.
El "cerco real"
Así se explica cuando se muestra como pieza museística destacada del patrimonio local al “Jandro”, cuyos antecedentes en la construcción naval se encuentran en las embarcaciones que se encargaban de transportar las grandes redes del “cerco real” con las que se capturaba sardina en el interior de las rías entre los siglos XII y XIX.
La historia de estos galeones empleados en el pasado para el transporte de mercancías en todas las rías gallegas, con especial intensidad en la primera mitad del siglo XX, también es parte de la historia de pueblos como O Grove.
Y la asociación Amigos das Salgadeiras de Moreiras no quiere que se pierda, de ahí que, para mantener en buen estado los restos del “Jandro”, esta entidad se acogiera el verano pasado a una convocatoria de ayudas realizada por el servicio de Patrimonio Documental e Bibliográfico de la Diputación de Pontevedra que estaba destinada a colectivos implicados en la valorización de la cultura marinera.
Gracias a esa ayuda, de 10.000 euros, Amigos das Salgadeiras de Moreiras consiguió adecentar el esqueleto del viejo galeón y su entorno “para que luzca en todo su esplendor y que podamos seguir disfrutando de su presencia durante unos años más”.
Nuevas piezas y repintado
Así lo atestigua el presidente de la entidad, Miguel Pérez, cuando detalla que la recuperación del buque “se centró en el saneamiento de la estructura y la reposición de diferentes piezas que estaban muy deterioradas, procediendo después al pintado del armazón, empleando en todo momento madera y pintura de la máxima calidad, con el propósito de favorecer una mejor conservación”.
Y es así como puede verse ahora este galeón situado al lado de las fábricas de sardina salada restauradas por el Concello de O Grove. Dos de las cuatro naves que funcionaron en el siglo XIX en Punta Moreiras.
Las fábricas salazoneras
Como se explicó en tantas ocasiones anteriores, en esas estructuras museística se recrea el método de conservación de la sardina en salmuera, cuando se aplicaba el método de los precursores catalanes que en aquella época se instalaron en la costa de O Grove y otros puntos de Galicia para dar pie, con el paso del tiempo, al desarrollo de la actividad industrial que conforman las actuales conserveras de las rías gallegas.
Todo ello se explica en los paneles informativos que acompañan al “Jandro”, en los que también se detalla que la salazonera situada justo a su lado “data de 1803” y es “la más antigua” de las dos que han sido restauradas.
Es la misma nave en la que cada año se recrea, a instancias de Amigos das Salgadeiras, el proceso de transformación de la sardina, mostrando a grovenses y visitantes cómo se desarrollaba cada uno de los pasos y dándoles la oportunidad de saborear el producto final.