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Ómicron pone contra las cuerdas varios servicios del Hospital do Salnés

La tercera planta tiene 11 ingresados y aunque por espacio podría recibir a más, obligaría a reforzar el personal

Imagen de archivo de la fachada del Hospital do Salnés Noe Parga

La variante ómicron ha provocado una ola tan explosiva de contagios de COVID que ha puesto contra las cuerdas a la primera línea de la sanidad pública, la atención primaria. Pero el número de pacientes es tan elevado que en los hospitales también empiezan a ver como sus servicios se tensionan. Está sucediendo en el Hospital do Salnés, que llegó ayer a la docena de personas ingresadas, una de las cifras más altas de los últimos meses.

En la tercera planta del centro, la destinada a pacientes COVID, hay en estos momentos 15 ingresados, de los cuales 11 tienen la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. Por espacio, podrían acoger todavía a más positivos, pero eso obligaría a reforzar el personal. Por esta razón, se ha tomado la decisión de que los pacientes que tengan COVID pero que hayan llegado al Hospital por otras razones se queden en la primera planta.

Profesionales sanitarios consultados por FARO recuerdan que hay que diferenciar entre personas que están hospitalizadas por COVID y las que están con COVID. Entre estas últimas, pueden encontrarse desde mujeres parturientas que han dado a luz y que están ingresadas por este motivo, pero que también han contraído la enfermedad; hasta pacientes que han sido intervenidos quirúrgicamente de apendicitis, y que al mismo tiempo son positivos; o personas que tienen que quedar en el hospital tras un accidente doméstico.

En estos momentos, en la primera planta hay un paciente ingresado de estas características, pero en los próximos días podrían ser más, habida cuenta de que en la tercera planta no pueden seguir recibiendo a muchos más enfermos, pues de lo contrario habría que contratar a más personal. “No es un problema estructural de falta de espacio, sino de personal”, indicó un profesional consultado por FARO, que recuerda que cuando se produjo el macrobrote en la residencia de Ribadumia llegó a haber una veintena de ingresados en la “planta COVID” de O Salnés, muchos de los cuales compartían habitación.

Por ello, es previsible que en los próximos días también haya pacientes “con” coronavirus en la primera planta. En todo caso, permanecerán ingresados en una zona acristalada, y separada del resto de la planta, con capacidad para cuatro camas. Son personas procedentes de otros servicios (obstetricia, cirugía o traumatología), y que presentan síntomas leves de coronavirus, o están asintomáticas.

Reanimación y Urgencias

Otro de los servicios que lo está pasando mal en el Hospital do Salnés debido al gran número de casos es el de Reanimación, que atiende a los pacientes durante unas horas tras una cirugía. En estos momentos, en el Hospital do Salnés se está operando de urgencias a muchos pacientes que tienen la infección activa, y el protocolo indica que deben pasar el postoperatorio en una zona separada de los demás, aislada y con personal propio, para evitar que los sanitarios que atienden a un infectado interactúen después con personas sin COVID. ¿Cuál es el problema? Que por las tardes, las noches y los fines de semana solo trabaja una enfermera, lo que está obligando constantemente a buscar sanitarias en horario de descanso -o días libres- que estén dispuestas a hacer unas horas extras para resolver el problema en Reanimación y permitir que se cumpla así el protocolo.

La situación también dista de ser idílica en el área de Urgencias, que ha visto como tras las fiestas de Navidad se ha disparado el trabajo. “Ha habido días de hasta 180 pacientes”, desvela un trabajador.

En Urgencias también han habilitado una zona exclusiva para personas que entran con síntomas de infección respiratoria o que afirman haber estado en contacto estrecho con un positivo. Así, hay cinco boxes para personas que necesitan tratamiento por la severidad de sus síntomas, y unos sofás en los que esperan por los resultados de sus pruebas aquellos que están mejor. Los turnos en este servicio son de doce horas, pero el personal se ha organizado para que cada uno no pase más de tres horas seguidas en la zona con pacientes respiratorios. Pero el número de contagios es tan alto que a menudo hay que doblar esfuerzos y reforzar el personal para los casos COVID.

El virus no da tregua: 1.400 positivos en Vilagarcía, medio millar en Cambados y más de 250 en A Illa


El virus continúa propagándose sin freno en la comarca arousana. El Sergas notificó ayer la existencia de 1.338 positivos en Vilagarcía, lo que significa 40 más que en la víspera. El segundo municipio con más casos activos en estos momentos es el de Cambados con 506, lo que supone 24 más que el día anterior. En Sanxenxo, el Sergas ha contabilizado hasta media tarde del sábado la existencia de 490 personas con COVID, lo que supone un incremento de 31 con respecto a la última estadística. En O Grove hay 313 personas pasando la enfermedad, 13 más que el día anterior. La incidencia también se ha disparado en A Illa después de las fiestas de Navidad, que en el caso de esta localidad se prolongaron un día más por el San Julián. El último balance del Sergas indica que hay 253 positivos, 31 más que el día anterior. En el conjunto del área sanitaria de Pontevedra-O Salnés hay 69 pacientes ingresados en planta y ocho en la unidad de cuidados intensivos de Montecelo. El número de casos activos en el área asciende ahora a 8.319 (407 más que en la víspera), tras producirse 941 positivos más en las últimas 24 horas. En lo que respecta a la campaña de vacunación en el recinto ferial de Fexdega, durante la jornada de hoy se administrarán 350 terceras dosis a mayores de 40 años, y también se realizarán repescas de niños menores de 12 años.

Vellez Digna pide la dimisión de la conselleira


La asociación Vellez Digna, que agrupa a familiares de usuarios de las residencias de ancianos, emitió ayer un comunicado en el que pide la dimisión de la conselleira de Política Social, Fabiola García, por la ola de contagios que se está produciendo en los centros de mayores. También le reprochan que, según ellos, la conselleira está más del lado de la patronal que de los usuarios. Vellez Digna sostiene que los brotes se producen por el incumplimiento de una serie de medidas básicas, como la dotación de personal suficiente para que los mismos trabajadores no tengan que atender a pacientes con COVID-19 y a los que están sanos, o la supuesta falta de equipos de protección. El colectivo argumenta que los mayores no han sido bien cuidados, pero que la Xunta de Galicia apenas ha hecho funcionar los servicios de inspección, y que por lo tanto no se han castigado los incumplimientos de los protocolos. “La única medida preventiva que se cumplió con rigor en estos dos años fue la de limitar, estrictamente, el acceso de los familiares, para que no vean lo que pasa y no poder denunciar”, concluyen.

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