El pontevedrés Rafael Sáenz-Díez Malvar, que falleció el domingo, a los 62 años, fue enterrado ayer. Conocido como “Falín”, muchos lo recordarán por su vinculación con O Grove, ya que veraneaba en A Toxa y, junto a su hermano Jacobo, peleó duro durante años para crear un campo de golf en Feáns, en la ladera de Monte Siradella.
Llegó incluso a formar una plataforma social para hacerlo realidad, en la que fue capaz de agrupar a más de un millar de abonados dispuestos a arropar aquel ambicioso proyecto, que sin embargo nunca llegó a hacerse realidad.
Fue en aquella época cuando concedió infinidad de entrevistas en los medios de comunicación y promovió charlas informativas con las comunidades de montes y la sociedad meca, tratando de implicar a todos en aquel proyecto de campo de golf público.
Lo hacía porque estaba convencido, y no se cansaba de repetirlo, de que supondría una transformación absoluta de O Grove, capaz de reforzarlo como destino turístico y generar importantes ingresos.
Similar al de Meis
La propuesta que ponía sobre la mesa era la de “un campo de golf público, similar en su concepto al de Meis, con el objetivo de acercar el deporte del golf al ciudadano, pero también con el objetivo turístico de potenciar y complementar la oferta hotelera de la comarca, propiciando la creación de paquetes turísticos de hotel y golf”.
Al igual que defendía “el interés social” del proyecto, por considerar que el campo de golf de Feáns sería un elemento “generador de empleo directo e indirecto a través de las sinergias creadas en su entorno”.
Su intención era ocupar terrenos de la comunidad de montes de San Vicente de O Grove (80%) y de la Diputación de Pontevedra (20%) en los que “conjugar el golf con impresionantes vistas y la cercanía a la playa de A Lanzada”.
El ejemplo de portugueses e irlandeses
Sabía que es una zona medioambientalmente sensible, pero también que el desarrollo de aquel campo de golf era “totalmente viable y posible, conjugando los intereses de preservación de los espacios naturales con el desarrollo de proyectos sostenibles con el medio, al igual que hacen nuestros vecinos los portugueses y viene haciendo los escoceses o irlandeses desde los inicios del golf”, insistía Rafael Sáenz-Díez Malvar.
Monte Castrove
Otros sabrán de él por haber sido uno de los impulsores del primer campo público de golf de Galicia, en Monte Castrove (Meis).
Así lo recuerda la Fundación Montecastrove, que quiere “agradecer la inestimable aportación, enfoque, dedicación y perseverancia de Rafael Sáenz-Díaz, que fue capaz de aunar muchos intereses opuestos en un proyecto único e innovador de beneficio común”.
En esta entidad inciden en que Rafael Sáenz-Díaz fue “una persona imprescindible” para su creación en los años noventa, lo cual permitió impulsar el campo de golf de Meis “como referente de infraestructura deportiva y turística con un enfoque público para las Rías Baixas, especialmente para los concellos del entorno de las rías de Arousa y Pontevedra”.