Al igual que sucede con los contagios por COVID-19, la indignación también va en aumento en O Salnés y Ullán a causa de la deficiente atención médica que reciben los arousanos en los ambulatorios, y tanto si se trata de cuestiones relacionadas con el coronavirus como si no.
Al margen del enfado provocado por la oleada de bajas laborales entre el personal facultativo, puede decirse que hay pacientes que deciden autoconfinarse y automedicarse en cuanto notan los primeros síntomas, incluso sin saber si están afectados por coronavirus, porque no tienen a quién recurrir.
Como hay ciudadanos que decidieron hacerse un test de antígenos y, tras dar positivos en COVID, llegan a esperar hasta una semana hasta recibir la llamada de los rastreadores.
E incluso más tiempo tienen que esperar por la llamada de su médico de cabecera, ya que hay algunos que no parecen estar por la labor de atender a sus pacientes, ni siquiera telefónicamente.
El enfado de los pacientes
“Ya no solo es cuestión de que puedan fallar el sistema o el Sergas, sino que hay facultativos que no están a la altura y aprovechan la confusión generada por la pandemia para realizar el menor esfuerzo posible”, explican ciudadanos afectados por lo que consideran “un descontrol absoluto”.
Otros intentan desesperada e infructuosamente contactar con centros de salud como los de San Roque (Vilagarcía) y Monte da Vila (O Grove), mientras que algunos ciudadanos optan por acudir directamente al Hospital do Salnés o al de Montecelo, cansados de esperar en casa una llamada de rastreo o seguimiento médico que nunca llega.
La indignación es mayor, si cabe, cuando algunos pacientes que tienen la “fortuna” de conseguir cita médica presencial observan en la sala de espera de su centro de salud cómo hay facultativos cómodamente sentados en sus consultas sin nadie a quién atender.
Hay facultativos que no están a la altura y aprovechan la confusión generada por la pandemia para realizar el menor esfuerzo posible
Algunos, como se vio recientemente en Vilagarcía, incluso fumando cigarrillos de vapor mientras estaban sentados tras su escritorio.
"Un caos"
A esto se suma que los propios rastreadores confirman que la situación es “un caos”.
Al igual que los hay muy sorprendidos al comprobar que los números telefónicos de que disponen en su base de datos son incorrectos.
“Ya no sabemos qué hacer porque esto es una locura y estamos absolutamente desbordados”, confesaban hace días tanto rastreadores como técnicos del 061, quienes en ocasiones incluso de deciden asumir más competencias de las que tienen asignadas para tratar de ayudar a los pacientes que acuden a ellos.
Por si todo esto no fuera suficiente, tampoco hay que perder de vista los problemas con los que se encuentran muchos trabajadores cuando tras dar positivo tratan de acceder a la baja laboral.
En muchos casos, si su médico no se pone en contacto con ellos son incapaces de tramitarla, por lo que algunos deciden mirar para otro lado y hacer como si no pasara nada para saltarse cualquier posible confinamiento.
En definitiva, que “la situación está desbordada” y hace que sean muchos los positivos en COVID que, sin saberlo o siendo conscientes de ellos, campan a sus anchas por las calles, propiciando la expansión del virus.
Los consejos de Sanidade
Desde la Consellería de Sanidade insisten en animar a los ciudadanos a telefonear al 061 “solo para emergencias o casos graves”, siendo preciso llamar al número 881 54 00 45 “para consultar dudas o síntomas leves”.
En cualquier caso, no está de más recordar que el Sergas ofrece a la ciudadanía la posibilidad de consultar la página web coronavirus.sergas.gal, “en la que es posible consultar la información dirigida a la población, los profesionales sanitarios y otros colectivos”.
