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La Dama del Ulla se muestra esquiva en el primer día de campaña

La lamprea de Pontecesures, un manjar exquisito a prueba de los mejores paladares

Los pescadores largan los aparejos en el Ulla. | // IÑAKI ABELLA

Salió la cruz en el Ulla. Ni una sola lamprea entró en la nasa en el primer día de la campaña pero nadie se desespera porque ocurre con cierta frecuencia como el año pasado cuando la Dama del Ulla se dejó capturar casi a finales de enero, un año en el que todo salió a pedir de boca. La mayor frustración ayer la tuvieron los restaurantes que de momento se han quedado sin el “campanu” por el que ya se hacen apuestas en una subasta que puede alcanzar hasta 600 euros o más. Hoy será otro día en el Ulla con más de cien aparejos abiertos para que el prehistórico pez se deje querer.

Los pescadores de Pontecesures han vuelto a calar las 104 nasas por la tarde para ver si hoy habrá más suerte en el Ulla porque la lamprea supo esquivarlas en el primer día de una campaña que finaliza el próximo 15 de abril.

Ramón Agrasar, uno de los marineros participantes Iñaki Abella

Ramón Agrasar conserva el optimismo pues la Dama del Ulla caerá en la red tarde o temprano para satisfacer los paladares más refinados, pues hay clientes que llevan tiempo preguntando por ella. “Que no se pesque ninguna o muy pocas el primer día es habitual, bastante frecuente; el año pasado solo se capturaron dos y después todo salió bordado porque, aunque fue una campaña de pesca normal, en la que no se pescaron ni muchas ni pocas, la demanda resultó acorde”, explica el experto marinero pontecesureño.

Dos marineros recogen las redes tradicionales para la pesca de la lamprea en el Ulla Iñaki Abella

Un año que, sin duda, resultó mucho mejor que 2020 puesto que debido a la abundancia de ejemplares en el Ulla “tuvimos que devolver muchas al río porque no había clientes suficientes para consumirlas”.

Y todo ello pese a que el colectivo, formado por 16 embarcaciones, conoce perfectamente el enorme interés que despierta la lamprea del Ulla no solo en Pontecesures y alrededores sino en restaurantes de toda Galicia y también de España. “Hemos embalado ejemplares que viajaron a los mejores restaurantes de Valencia, Madrid o Barcelona, en los que pagan sin problema hasta 70 euros por pieza”, explica. Una cotizaciòn que no debe extrañar si se atiende a las características de la lamprea del Ulla, especial tanto por las condiciones biológicas con las que entra en las nasas como por el hecho de que son capturadas vivas y llegan vivas al cliente, lo que garantiza su buen estado de conservación incluso en los envíos a larga distancia.

Sabor peculiar, más suave

La lamprea del Ulla tiene una enorme aceptación por sus especiales características de pesca. Explica Agrasar que recogerla en pleno río y sin que sufra como con otras artes de pesca les confiere un sabor peculiar y agradable a la vez. “Si en vez de dejar que permanezcan una semana en el río las capturásemos antes en Cortegada, por poner un ejemplo, no podrían desprenderse del bravío que les impregna la sal y que por tanto influye en su sabor cuando se cocina”.

De ahí que cada vez la lamprea del Ulla adquiera mayor fama fuera de las fronteras gallegas que valoran especialmente ese paladar más fino que provoca el agua dulce del río y el hecho de que conserve toda su sangre al entrar naturalmente en el butrón, sin sufrir daños como cuando son pinchados como ocurre en otros cotos en los que las pescan.

Codiciado manjar

Todas estas virtudes son las que convierten a la misteriosa Dama en uno de los manjares más codiciados en esta época del año, fechas en las que los marineros pontecesureños suelen recoger un centenar de ejemplares al día.

“Es muy difícil determinar el volumen de pesca diario pues ha habido jornadas de dos o de ninguna y también otras en las que se capturaron más de doscientas entre todos los compañeros, aunque lo importante es cubrir cada día la demanda para no quedar cortos ni excedernos”, explica el experto profesional.

Las seis embarcaciones que acudieron ayer por la tarde a la desembocadura del Ulla volvieron a dejar las nasas a las cuatro de la tarde, la mayor parte aprovecharon el viaje para levantarlas, comprobar que estaban vacías, y volver a sumergirlas. Hoy será el segundo día y ya se verá si en esta ocasión hay más suerte y los restaurantes pueden encender los fogones para cocinarlas a la bordelesa, la receta más solicitada por los clientes.

Y urge que entren porque en estas fechas “es cuando obtenemos más beneficio porque el cliente está deseando volver a probarla; en abril, la pieza puede bajar de precio considerablemente, incluso hasta los diez euros”.

Precisamente, esa es una de las principales razones por las que Pontecesures suele celebrar la fiesta gastronómica de exaltación de este primitivo pescado en esas fechas, con el fin de contribuir a cerrar una campaña de la forma más positiva.

Y a la vez poner el colofón a las fiestas de San Lázaro, patrón de la localidad, y que todos los años atrae a cientos de visitantes.

Ejemplares de hasta dos kilos de peso y 1,5 metros

Ramón Agrasar explica que una lamprea suele medir entre 1,20 y 1,50 metros de longitud y pesar entre 800/900 gramos y hasta dos kilos, siendo las preferidas aquellas de entre 1,2 y 1,4 kilos “por su sabor y textura más fibrosa, en suma, con menor cantidad de grasa”. Son ejemplares de 4 años de edad, cuyo primer año lo han pasado en el río para luego desplazarse al mar en donde parasitan durante tres años sobre los mújol para volver a subir al río a desovar, momento en el que son capturadas en la desembocadura del Ulla. Los pescadores lanzaron las nasas entre el puente romano y aguas abajo en la desembocadura del Sar, donde la lamprea suele descansar sobre una semana.

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