Si la pandemia no lo estropea todo, ya que las ventas de este preciado producto dependen casi exclusivamente del buen funcionamiento de los restaurantes, el lunes arranca la campaña de pesca de la lamprea más ilusionante que se recuerda.
Tanto es así que hay restauradores de diferentes puntos de Galicia presionando a los pescadores para que les reserven la primera pieza de la campaña. Y están dispuestos a pagar por ella hasta 600 euros.
Saben que la adquisición de la primera pieza les genera siempre una importante publicidad. Como saben de lo ansiosos que están algunos de sus clientes por probarla, de ahí que no vayan a reparar en gastos.
Algunos quieren que se quede en Pontecesures
Al igual que hay vecinos movilizándose a través de las redes sociales para recaudar fondos y “hacer bote”, con la intención de adquirir ellos ese primer ejemplar “y que se quede en Pontecesures.
Lo cierto es que la popularmente conocida como “dama del Ulla” se ha convertido en una especie de “campanu”, que es como se conoce al primer salmón pescado en los ríos de Asturias cuando comienza su temporada, llegando a alcanzar precios a veces desorbitados.
La lamprea sigue sus pasos –salvando las distancias–, con un precio máximo que hasta ahora se quedó en unos 150 euros por ejemplar.
Lo que sucede es que esta vez parece haber más expectación que nunca, tal y como confirman los pescadores de este pez cartilaginoso que integran el colectivo de los llamados “valeiros”, formado por socios de las cofradías de pescadores de Rianxo y Carril.
Son una docena de embarcaciones las encargadas de perseguir a este primitivo pez que ya pescaban los romanos aguas arriba y que cada año remonta el Ulla para desovar.
En Pontecesures
Un alargado y escurridizo parásito marino al que “se da caza” con ayuda de las populares nasas butrón, que los valeiros largan desde sus embarcaciones a la altura de Pontecesures, en el tramo del río que discurre entre las factorías de Nestlé y Finsa (Padrón).
“Las previsiones son muy buenas, tanto por cantidad como por precio”, explican los pescadores. Y es que “hay restaurantes que quieren conseguir a toda costa ese primer ejemplar, y otros muchos que están dispuestos a conseguir una buena cantidad de piezas para atender la demanda”, añaden.
Al igual que hay clientes particulares a la espera de que comience la campaña para acercarse al muele pontecesureño y conseguir algún ejemplar.
De esos que cuando hay abundancia pueden despacharse a entre 20 y 50 euros, dependiendo del tamaño.
La lluvia es buena aliada
Unos y otros son optimistas, pues ya se sabe que la lamprea necesita del agua dulce para orientarse cuando está en la ría y se dispone a remontar los ríos hacia los lugares de desove, desde los que después regresa al mar.
“Este año coincide el comienzo de la campaña con buenas lluvias, y aunque tenían que haber empezado antes, para dar tiempo a la lamprea a subir el río, confiamos en que vaya a ser una campaña de abundancia, y si no es así desde el principio, seguro que lo será a partir de la segunda mitad de enero”, pronostican los valeiros.
Recuerdan que en la pasada campaña, entre enero y abril de este año, “ya tuvimos mucha lamprea desde el principio porque había llovido intensamente desde noviembre; este año las precipitaciones tardaron un poco más en empezar, pero van por el buen camino y seguro que tendremos una buena cantidad”.
De esa abundancia y de la evolución de la pandemia también va a depender, en buena lógica, la organización de la tradicional fiesta de exaltación de la lamprea del Ulla que organiza el Concello de Pontecesures en primavera.
