Los bateeiros se conjuran por la sostenibilidad
Animan al sector a “dar ejemplo” y abogan por “gestionar mejor los residuos generados a bordo y reciclar”

Bateas en la ría de Arousa. / Noe Parga
Tenemos que ser los primeros en dar ejemplo, con una conducta exigente y fundamentada en unas mejores prácticas, para así minimizar nuestros impactos sobre el entorno”. Esta es una de las reflexiones que expone la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia para arengar al sector bateeiro, depuradores y transformadores.
Lo hace dentro de su estrategia para reforzar su apuesta por la sostenibilidad, desde el convencimiento de que “el principal factor que determina la viabilidad y seguridad del cultivo de mejillón es la calidad del medio” en el que se encuentra.
De este modo, el Consello Regulador de la DOP lanza la nueva edición de la “Guía de buenas prácticas”, publicada en 2018 como herramienta pensada por y para el sector mitilicultor, centrada en el problema que supone la basura marina en el planeta.
“En 2018 fuimos pioneros y, con medios propios, elaboramos y editamos nuestra guía”, recuerdan en el Consello que preside Lina Solla. Antes de explicar que “las buenas prácticas son un camino de largo recorrido”.

La portada de la guía. / FdV
“Un problema de todos”
Y para seguirlo se plantea la hoja de ruta que supone la mentada guía, en la que se explica que hay focos de contaminación mucho más preocupantes y peligrosos que los que pueden desprenderse del laboreo en las bateas, o la descarga de mejillón en los puertos.

Manuel Méndez
Pero “la contaminación es un problema de todos”, de ahí que Mexillón de Galicia abogue por implicar al sector “para gestionar mejor los residuos generados a bordo, reciclar y lograr un manejo más adecuado de los materiales empleados en el cultivo”.
Se trata, en síntesis, de “preservar nuestras aguas y rías” y de “hacerlo por nosotros y por las futuras generaciones”, para que en el futuro también sea posible “seguir disfrutando de este entorno privilegiado” en el que se cría el “oro negro”.
Todo ello de acuerdo con la razón de ser del proyecto “Acuicultura Sostenible y Economía Circular” (Acuieco), promovido por el propio Consello Regulador en colaboración con el Instituto de Investigaciones Marinas y la Fundación Biodiversidad.
Analizan los riesgos, detectan errores y exponen soluciones
La “Guía de buenas prácticas” en el sector mejillonero explica qué es la basura marina, de dónde proviene o qué tipos de residuos se detectan en el agua.

Descargas para el mercado de fresco (depuradoras) italiano en Vilanova. / M. Méndez
Se dice, por ejemplo, que alguno de los productos más comunes en las playas son las colillas, botellas de plástico, todo tipo de envoltorios, tapones y bastoncillos.
A lo que se añade que “la presencia de basura en los mares es un problema global que afecta a la fauna y la flora, llegando incluso a la cadena alimentaria”. Se citan daños como la muerte de animales atrapados en los aparejos y la pérdida de “valor social y estético de la costa”, afectando al turismo.

Imagen con la que se alerta de los riesgos de la basura marina. / FdV
También se explica que la basura que flota en el mar ayuda a transportar especies que pueden convertirse en invasoras allí donde recalan. Y que los microplásticos son ingeridos por peces, moluscos y aves.
La presión que ejerce la “pesca fantasma”, el riesgo que supone para la navegación o la degradación de las playas son otros daños achacados a la basura marina, que si es vidrio puede permanecer en el agua “indefinidamente”, mientras que puede aguantar hasta mil años si se trata de redes, cuerdas o pilas.

Manuel Méndez
El sedal aguanta 600, las bolsas de plástico tardan 20 en degradarse, las colillas y chicles, un lustro, los tapones plásticos de las botellas pueden aguantar un siglo y las latas de refrescos, 200 años.

Manuel Méndez
Explicados estos y otros aspectos, la guía resume algunas de las “buenas prácticas” más aconsejables, como mantener la batea ordenada y en buen estado, asegurar el material que se guarda en ella para que no caiga al mar y utilizar productos inocuos cuando hay que tratar el emparrillado.

Mexillón de Galicia arenga al sector para reforzar su apuesta por la sostenibilidad.
También se recomienda trasladar a tierra los contrapesos deteriorados, apostando siempre por usar como estabilizadores bidones plásticos con revestimiento metálico.
Puestos a dar consejos para “cuidar de nuestro mar”, y dado que “el futuro de todos está en juego”, en Mexillón de Galicia reclaman que en el proceso de encordado de la mejilla se use red de fibras naturales, cien por ciento biodegradable.

Dos mujeres encargadas de controlar en el muelle el rendimiento del producto descargado. / M. Méndez
Revisar el estado de cuerdas, colectores, rabizas y palillos es otra de las recomendaciones de la guía, así como evitar la reutilización de sacos durante el reparqueo.
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