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“Ribadumia, lugar a lugar”, un proyecto para la memoria

La iniciativa tiene como objetivo poner en valor la historia local a través de la microtoponimia

El proyecto toponímico está lanzado. Noé Parga

“Ribadumia, lugar a lugar” es el proyecto toponímico en pro de la recuperación de la historia en la que se ha embarcado el Concello ribadumiense. Dirigido por un equipo de trabajo que cuenta, entre otros, con la concejala de Cultura, Mar Rey, el historiador Hernando Martínez y el propio regidor, David Castro, este proyecto echa a andar en este final de año. Por delante, una ardua labor de investigación y también de catalogación de la que se busca hacer partícipe al conjunto de los vecinos en cada una de las parroquias de este municipio saliniense.

El alcalde David Castro explica que el proyecto “Ribadumia, lugar a lugar” responde a “la inquietud de poner en valor la historia local a través de la microtoponimia, y para ello nos aprestamos a iniciar un trabajo extenso que, calculamos, abarcará un año entero de investigación y catalogación”.

En este sentido, el mandatario municipal añade que es por este motivo que “precisamos de la implicación de la gente en una labor minuciosa, para lo que queremos contar con la colaboración del alumnado de la ESO, de los diferentes colectivos y de los propios vecinos a través de reuniones por las distintas parroquias”.

Con toda la información recabada se editará un libro sobre la microtoponimia ribadumiense que, a la postre, permitirá la conservación de un tesoro cultural que amenaza con perderse, ubicaciones concretas sobre el territorio e incluso el poder acometer en el futuro una actualización de nombres tanto de lugares como calles.

Ribadumia quiere mantener vivos sus orígenes. Noe Parga

De hecho, el Concello de Ribadumia cuenta ya desde este año con un reglamento municipal para proceder al nombramiento o modificación de nombres de lugares o calles –si así se estimase oportuno–, el cómo argumentarlo por la toponimia y la importancia y vinculación social de los personajes al pueblo.

Como muestra del proceder en aras a la toponimia, ha sido el haber bautizado recientemente una calle de Ribadumia, en las inmediaciones del la Pousada, con el nombre “Piñeiral da Senra”, en recuerdo del antiguo pinar de la rectoral que existía en la zona, y que otrora había sido espacio agrario en manos de aparceros, conocido por ser zona seca, por lo que derivó en “seara” (“senra” en gallego), territorio idóneo para el cultivo de cereales.

En palabras de David Castro, “Ribadumia, lugar a lugar” se justifica en parte por dos por el empeño ímprobo de dos personas, una, “la edil Mar Rey, firme defensora de la cultura gallega y a la que ilusiona la labor para compendio así, y otra, Hernando Martínez, maestro jubilado e historiador, un hombre al que caber poner en valor y tirar de su vasto conocimiento e ilusión por la historia de Ribadumia”.

Arranca mañana

El proyecto se viene gestando desde hace tiempo y arranca formalmente mañana con una primera reunión técnica del equipo de trabajo.

Será en el consistorio al filo de las 11.30 horas, con el objeto de diseñar las directrices del trabajo en ciernes. Un equipo que, de partida, contará con el alcalde David Castro, las ediles Mar Rey (Cultura) y Mar Moimenta (Urbanismo), más el técnico municipal del área, así como Hernando Martínez, que será una de las personas sobre el que pivotará el proyecto.

Mar Rey, la edil de Cultura, Educación y Patrimonio, explica que “luego se ampliará el equipo para ir contando con representantes de colectivo más con una persona por cada una parroquia” que, a la sazón, son las de Lois, Leiro, Besomaño, Ribadumia, Barrantes y Sisán.

Hernando Martínez y Marta Rey, ayer. Noe Parga

“La verdad –admite–, no nos atrevimos a echarlo a andar antes debido a la irrupción de la pandemia, pero ahora sí nos hemos decidido, con el objetivo de tratar de completarlo en este mandato, tal y como habíamos diseñado”.

A partir de ahora, “proyectamos reuniones por parroquias, aún siendo conscientes de que el COVID puede trastocar la planificación y que, a buen seguro, también hará preciso mucha puerta a puerta por las casas de nuestros mayores, para así recuperar la toponimia de Ribadumia”.

Una continuidad de programas como “Toponimízate”

“Ribadumia, lugar a lugar” entronca con el “Toponimízate” de la Xunta y su aplicación “Galicia Nomeada”, que se está abriendo paso en la comarca saliniense.

Lo hacía con charlas en varios centros educativos de la comarca, entre ellos Mosteiro y Dena, a finales de noviembre, buscando entre los jóvenes aliados para sumar en pro de la causa.

No en vano, se calcula que Galicia registra una media de 50 topónimos por kilómetro cuadrado, y desde la puesta en marcha de la aplicación “Galicia Nomeada” en 2019 se llevan registrados ya unos 32.400 micro-topónimos, de los cuales, la RAG, en su labor de validación, aprobó ya más de 24.000.

Una aplicación que tira del georadar para convertirla en una herramienta fiable y exacta, que se tornará útil para servicios de emergencias, arqueología, o previsión de riesgos a la hora de la construcción de infraestructuras o equipamientos.

Tesoro cultural

Y es que el tesoro cultural y sociológico que encierra este campo ha comenzado a desmoronarse con las nuevas generaciones. Primero, durante los últimos treinta años del siglo XX, cuando el progreso económico hizo a los jóvenes desvincularse del trabajo agrario. Medio siglo después, aquel desapego incipiente se convirtió en masivo.

La microtoponimia permanece así como último reducto en la memoria de los mayores, y amenaza con perderse al término del ciclo vital de los abuelos. Y a este último bote salvavidas de la memoria es al que pretende agarrarse el Concello de Ribadumia.

Hernando Martínez Chantada lamenta que “de un tiempo a esta parte, en aras al progreso, se destruye parte del la historia, y en el rural se hace tratando de aplicarle las pautas urbanas, definiendo calles allí donde hay son lugares, nombres que nos hablan de una historia pasada que no arriesgamos a perder”.

Y es que en este concello se conservan topónimos como Taboeiros, “que en Sisán –explica Martínez Chantada–, debe su nombre a la construcción de endebles molinos de tablas que únicamente molían en invierno con las aguas de aquel regato”.

También el de Cabanelas donde, “en el paso de ganaderos a agricultores, se construían cabañas (cabanas) de paja”.

Andorra

Así como Andorra, enclave entre Padrenda y Sisán “que hace referencia a ‘anguria’, término latino que hace referencia a un camino angosto y profundo que derivó en ‘andorra’, lo mismo para que para nombre el paso en los Pirineos entre España y Francia”.

No hay que olvidar a Besomaño, cuyo nombre, aclara el historiador, proviene de “vicus magnus”, lugar ligeramente elevado que podía otearse el terreno.

Tampoco del topónimo A Muela, en Ribadumia, que evoca las antiguas mámoas que existían en este enclave.

Mar Rey, profesora de profesión, aduce que este proyecto supondrá un encuentro con los mayores para mantener su memoria como bien colectivo.

Don Dositeo, el incombustible cura de Ribadumia.

El cura Dositeo Valiñas

Entre ellos, Dositeo Valiñas, párroco de Ribadumia, un personaje que, a punto de cumplir los 101 años, elogia la edil: “Con más de un siglo de vida y en su labor como párroco, es un gran conocedor del territorio, mantiene una mente lúcida y admirable que convierte en entrañable cada momento de conversación con él en su cocina, escuchando sus historias y su vasto anecdotario”.

Una labor en pro de la cultura y del patrimonio local que Mar Rey pretende prolongar aún más, con el objeto de poner en valor a los mayores.

Para ello, alberga la ilusión de un nuevo proyecto que dará continuidad a este y estará enfocado hacia la creación de un archivo fonográfico y visual, a través del cual poder mantener vivo el legado de los abuelos para las futuras generaciones.

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