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Un brote de parvovirus azota al Refugio de Animales de Cambados

La parvovirosis canina ya ha afectado a varios animales, cobrándose la vida de siete perros, cinco cachorros y dos adultos

Una voluntaria del Refugio de Animales de Cambados, junto a dos perros acogidos en el centro.

Un perro recogido en la calle ha sido el origen de un brote de parvovirus que azota al Refuxio de Animales de Cambados desde hace unas semanas y que se ha llevado por delante a siete de los animales que tienen allí resguardados, cinco de ellos, pequeños cachorros. La responsable del Refuxio, Olga Costa, se mostraba ayer desolada con todo lo que están sufriendo los animales en las instalaciones a causa de un virus que se transmite a causa del contacto. “Es una enfermedad que suele registrarse en animales sin vacunar; en nuestro caso, entró por un perro que estaba sin vacunar; a él conseguimos salvarlo después de muchos esfuerzos, pero se ha llevado por delante a otros que se encontraban muy débiles”.

Uno de los casos que más le duele a Costa es lo ocurrido con una perra y su camada, donde fallecieron la madre y uno de los cachorros y “ahora estamos tratando de salvar como sea a los dos que quedan”. No hubo tanta suerte con otra camada de cachorros ya que el parvovirus se acabó llevando a los cuatro integrantes de la misma.

Cada vez que se registra un nuevo caso, los perros deben aislarse durante quince días para evitar que se extienda la enfermedad. “Ya luchamos contra ella hace siete años y fue duro, pero esta vez nos está costando mucho y creo que lo tendríamos muy complicado si no fuese por la colaboración que recibimos de los voluntarios”. No en vano, atender a los perros con coronavirus no es sencillo ya que se necesita de dos personas, “uno no contaminado que toque los elementos esterilizados y el otro que pueda mantener contacto con el perro pero, una vez abandone el canil, debe cambiarse, porque el parvovirus se transmite por contacto de las manos o la ropa a otros perros”.

Afrontar una situación como la que está viviendo el Refugio también supone un importante desembolso económico para las arcas de una entidad como esta. No en vano, solo en test para la mitad de la población del Refugio se gastan 500 euros en cada ocasión. “Eso fue lo que nos gastamos tras detectar el primer caso, y hubo que repetir los tests, a ello hay que sumar la medicación para los perros que se encuentran afectados, la alimentación especial que tienen que recibir, jeringuillas y muchas otras cosas que tenemos que utilizar, además del capital humano, porque yo estoy totalmente agotada”, explica Costa. La responsable del Refuxio insta a los particulares a vacunar a los perros del parvovirus porque “nos da la sensación que no se está haciendo y eso acaba derivando en un serio problema, ya que permite la expansión de una enfermedad que, para los perros puede resultar mortal en un alto porcentaje”.

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