Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Viaje a las entrañas de Fefiñáns

Maribel Iglesias, con el pazo de Fefiñáns a sus espaldas. | // IÑAKI ABELLA

Tras los imponentes muros del pazo de Fefiñáns palpita una historia tan apasionante como poco conocida. ¿Quién diseñó el edificio? ¿Cuándo empezó a construirse? ¿Quiénes son los personajes representados en los más de medio centenar de medallones que adornan su fachada? Hace tres años, la historiadora Maribel Iglesias se propuso resolver estas incógnitas. El resultado de su investigación es “O pazo de Fefiñáns”, un libro que presenta mañana viernes en el Museo do Pobo Galego, tras pasar por Cambados y el Museo de Pontevedra.

Tras recibir el aplauso de crítica y lectores por su libro sobre el escultor Francisco Asorey, la historiadora cambadesa se sumergió en el archivo del pazo de Fefiñáns, que una licenciada en Historia del Arte estaba clasificando y describiendo. Lo que ambas estudiosas se encontraron fue un tesoro formado por más de 3.000 documentos, muchos de ellos de varias páginas, que comprenden un periodo temporal situado entre 1530 y 1685. “Es la parte del archivo que corresponde a la familia Valadares”, explica la autora, que advierte de que en el libro ha galleguizado los apellidos, al considerar que es la opción más coherente.

Es, por lo tanto, el archivo que corresponde al vizcondado de Fefiñáns. La documentación del siglo XVIII se conserva en Abegondo (A Coruña), donde tiene su casa matriz el marquesado de Figueroa, con el que se emparentó la familia cambadesa tras la boda de Ana Jacoba Valladares con Baltasar Pardo de Figueroa. Los papeles correspondientes a los siglos XIX y XX fueron trasladados a Madrid cuando los propietarios del pazo de Fefiñáns se emparentaron con los condes de Maceda. “Parte de ese archivo se perdió en la Guerra Civil, y otra parte se conserva en el archivo de la nobleza de Toledo”, explica la investigadora cambadesa.

Una de las salas interiores del pazo cambadés Iñaki Abella

En consecuencia, Maribel Iglesias trabajó fundamentalmente con el archivo iniciático del pazo y de la familia. Cuando empezó el trabajo, una de sus ilusiones era la de ponerle fecha a la construcción del edificio, puesto que solo existían conjeturas al respecto. La autora no ha encontrado un documento que arroje sobre el asunto una evidencia histórica, pero está en disposición de refutar la tesis generalizada de que empezó a construirse en el siglo XVI. “Probablemente existiese antes una casa torre, pero el pazo tal y como lo conocemos es posterior a esa fecha”. En el libro, defiende la tesis de que empezó a levantarse a partir de 1610.

La visita de Del Hoyo

“Jerónimo del Hoyo visita Cambados en 1609 y no menciona el pazo, por lo que podemos deducir que en ese momento no existía”, explica. La autora halló asimismo un contrato de 1618, en el que Gonzalo Valladares adquiere una serie de muebles, pinturas o enrejados. En esta fecha empieza también la reforma de la iglesia de San Benito, tal y como señala una inscripción existente en el propio templo. Puesto que la iglesia estaba ligada al pazo, es plausible la hipótesis de que los propietarios acometiesen el arreglo en el edificio religioso tras concluir la obra de la casa.

Por todo ello, Maribel Iglesias plantea que la fachada oeste del edificio (la más larga), se construyó entre 1610 y 1618, y ayudaría también a descartar la tesis de que el constructor fue Juan Sarmiento de Valladares. Maribel Iglesias defiende que este honor le corresponde a su sobrino, Gonzalo Valladares, que fue el primer vizconde de Fefiñáns. Eso sí, su tío probablemente le facilitó mucho las cosas gracias a la jugosa fortuna que le legó.

La autora también le pone fecha al final de las obras, gracias a un documento hallado en su día por el estudioso vilanovés Xosé Lois Vila Fariña, que localizó en Pontevedra el contrato de la torre principal, datado en 1645.

Imagen del bosque de Fefiñáns Noé Parga

Personajes fascinantes

El libro de Maribel Iglesias es un poliedro, que se aproxima desde diferentes ángulos a la historia de Fefiñáns: estudia la construcción del edificio y sus valores artísticos, pero es también la biografía de una familia que ha tenido miembros poderosos y fascinantes.

Juan Sarmiento de Valladares, por ejemplo, fue una de las personas más influyentes de la España en su época, y llegó a formar parte del Consejo Real de Felipe II. También darían para una novela las andanzas del afrancesado Benito Pardo de Figueroa, embajador en Francia y Rusia y que llegó a entrevistarse con Napoleón Bonaparte.

En la familia ha habido jefes militares, ministros, embajadores y hasta consejeros reales

decoration

Ya en el siglo XX, Juan Armada Losada fue ministro de Fomento y escribió poesía en gallego. “Muchos de los miembros de la familia del pazo han tenido inquietudes galleguistas”, plantea la historiadora, y cita a Juan Gil Armada, que formó parte del patronato que compró la casa de Rosalía de Castro o a Miguel Gil Casares, catedrático de Medicina y miembro de las Irmandades da Fala.

Maribel Iglesias ensalza el papel de la familia. Recuerda que el pazo de Fefiñáns no solo es uno de los más espectaculares y bonitos de Galicia, sino también uno de los mejor conservados, y está convencida de que esto se debe en gran medida, “a que siempre perteneció a la familia”, y a que estos siempre lo cuidaron y creyeron, “en la importancia de conservar el legado de sus antepasados”.

Un primer peldaño

En el libro de Maribel Iglesias no todo son respuestas, también hay preguntas. Admite que su obra, “solo es un primer peldaño”, y que un estudio definitivo, “sería un trabajo de diez años”. Recuerda que el archivo que se conserva en Cambados abarca un periodo temporal de dos siglos, y aún se estremece cuando evoca los legajos escritos con la críptica caligrafía procesal de la época. “Estudiar un solo documento podía llevar horas”, recuerda. Además, muchos papeles llegaron a la actualidad en mal estado, manchados de humedad o atacados por los roedores.

Por ello, todavía quedan muchas incógnitas en torno a este fantástico monumento cambadés. “Algo que me gustaría conocer algún día es quién fue el arquitecto que diseñó el pazo”, confiesa. Ella sospecha que los planos pueden ser obra de un artista portugués, pero carece de respaldo documental.

También le gustaría poner nombre y apellidos a los más de 60 rostros esculpidos en los clípeos de la fachada (los medallones que adornan puertas y ventanas). “Uno de ellos es probablemente Carlos V, y a su lado aparecen representaciones que podrían ser de Felipe II, Felipe III y Felipe IV. Otras figuras son seguro de personajes de la casa”. ¿Pero quiénes? Maribel Iglesias ha puesto la primera piedra. Pero desenmarañar cuatro siglos de historia requiere de más manos.

Compartir el artículo

stats