La Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), encargada de la Red de Varamientos de Galicia, afronta hoy el complicado y arriesgado rescate de los delfines atrapados en aguas de A Toxa.

Se trata de salvar a los tres ejemplares confinados en la zona desde el miércoles, donde siguen con vida porque tienen agua suficiente, pero sin poder salir a mar abierto porque no se atreven a pasar bajo el puente.

Tres delfines atrapados en A Toxa

Tres delfines atrapados en A Toxa Manuel Méndez

La advertencia del BDRI

Bruno Díaz López, el director del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), apuntaba ayer que los tres delfines atrapados en A Toxa “están bien porque hay mucha agua y no hay riesgo alguno para ellos; no es como en otras ocasiones en las que existe un riesgo evidente de varamiento”.

Respecto al operativo de rescate, indicaba que “es cosa de la Cemma, y le ofrecemos toda la ayuda que necesiten, pero lo veo muy complicado y peligroso porque aunque se espere a la bajamar hay mucha agua y son animales de gran tamaño, machos y adultos, por lo que hay que tener mucho cuidado con ellos, ya que pueden entrañar un claro riesgo para las personas”. 

Los arroaces siguen sin atreverse a pasar bajo el puente. Noé Parga

"A mano"

Para salvar a los animales se ha trazado un complejo plan de rescate que, como se explicaba ayer, consistirá en capturarlo y sacarlo de allí “a mano”, tal y como explicaba Alfredo López, el máximo responsable de la Cemma.

Él mismo resalta que la complejidad de este operativo “viene dada por el tamaño de los ejemplares a rescatar y por su número, pues hasta el momento nunca se abordó un rescate de arroaces tan numeroso”, sino que se habían limitado a uno o dos individuos, en algunos casos varados en la misma zona.

Los delfines confinados en aguas de A Toxa desde el miércoles. Noé Parga

“Aquelado”, “Capitán” y “Grumete”

De este modo, la Cemma, en colaboración con el Concello de O Grove, Emergencias y la Dirección Xeral de Patrimonio Natural, se disponen a salvar a “Aquelado”, “Capitán” y “Grumete”, que es como se llaman los tres delfines mulares en el catálogo de la entidad que dirige Alfredo López.

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Una delfín hembra y su cría, salvadas "in extremis" en A Toxa BDRI

Los dos primeros “son ejemplares adultos, y conocidos desde 2003 y 2014, respectivamente”, mientras que el tercero es un arroaz juvenil registrado por primera vez este mismo año.

No es la primera vez que se les ve nadando juntos, aunque, lógicamente, nunca antes habían estado en apuros, como sucede desde el miércoles.

En la Cemma también señalan que “no es extraño” que los mulares naveguen entre Cambados y A Toxa, aunque no suelen introducirse entre la cara interior de la isla y la costa peninsular de O Grove, dado que saben que los bancos de arena y “pozas” que se forman en bajamar pueden atraparlos y hacer que queden varados, como sucedió hace solo unos meses con un par de delfines comunes (Delphinus delphis).

Un vecino observando a los delfines desde el puente. FdV

La diferencia es que los comunes frecuentan menos la ría y esa zona en concreto, mientras que los mulares o arroaces las conocen mucho mejor, de ahí que resulte extraño lo sucedido a estos tres machos.

Mareas muertas

Solo las mareas muertas de estos días evitan que estos tres ejemplares queden varados en bajamar. Aunque, por contra, también son las que impiden que salgan por el otro lado, rodeando la isla, con la pleamar, “dado que la oscilación de la marea genera profundidades de 60 a 90 centímetros, mientras que con mareas vivas pueden alcanzarse los 200”.

También hay que tener en cuenta, para entender las razones de este episodio, que en muchas ocasiones los delfines se adentran en exceso en la ensenada de O Grove y quedan atrapados.

Los delfines mulares (madre e hijo) que vararon en las "pozas" formadas con la bajamar en A Vía (A Toxa) en abril de 2016.

Cuando O Grove era una isla

Algunos llegan a quedar varados en O Vao, la parte interna del istmo de A Lanzada, como si quisieran atravesarlo para salir a mar abierto. “Es como si su mapa geográfico estuviera datado en el siglo XVI, cuando O Grove era una isla”, reflexiona Alfredo López.

En este caso no avanzaron tanto y desde el miércoles no dejan de moverse en las inmediaciones del puente de A Toxa, buscando las zonas más profundas allí existentes para soportar la bajamar.

Durante ese proceso “permanecen recluidos en una zona reducida en la que mantenerse nadando con seguridad, mientras que en pleamar aumentan su radio de navegación, aunque sin desplazarse demasiado lejos”, apostilla la Cemma.

Esta entidad también explica que en la dos últimas décadas tuvieron que ser rescatados catorce cetáceos que se habían introducido en esta especie de ratonera para delfines.