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Ponen cara al alcalde de Pontecesures entre 1931 y 1936

El retrato de Juan Jeremías Montero ya forma parte de la galería fotográfica del Concello de Pontecesures.

Como Valga y otras localidades que quieren mantener vivas su historia y no ocultan imágenes del pasado, en Pontecesures disponen de una galería fotográfica en la que se muestran los cuadros de quienes fueron sus alcaldes. Pero en este museo faltaba un retrato, el de Juan Jeremías Montero, máximo mandatario de esta pequeña villa ribereña desde el 5 de junio de 1931 hasta el 29 de junio de 1936.

Pero esta circunstancia ha cambiado, tal y como explica el actual alcalde, el conservador Juan Manuel Vidal Seage, quien confirma que por fin se ha conseguido un cuadro del que era sobrino de Eugenio Montero Ríos.

Juventud Republicana de Santiago

Destaca también que en 1912 había sido elegido presidente de la Juventud Republicana de Santiago de Compostela y que fue dueño de una fábrica de chocolate en el propio Concello de Pontecesures, ejerciendo como auxiliar de la administración de Justicia en el Ayuntamiento de Belchite (Zaragoza) a raíz del golpe de Estado, y que en 1938 fue destinado al Juzgado Especial General de Evasión de Capitales, en Barcelona.

Juan Manuel Vidal Seage colgando el cuadro de Juan Jeremías Montero. FdV

Añade Vidal Seage que “con la derrota de la República pasó a Francia y se exilió en México, donde publicó el libro ‘El Filo de la Traición’, en 1943”. Estuvo casado con Concepción Carles Romero y la suya, como queda dicho, era una foto muy buscada, desde hace ya varios años.

Casi por casualidad

Finalmente se consiguió casi de casualidad, “gracias a una conversación entre la bibliotecaria de Pontecesures, Marité Gil, con una vecina que conocía a un familiar del alcalde Juan Jeremías Montero que, a su vez, poseía un par de fotos del mismo”.

Así que, tras las gestiones oportunas, el ejecutivo de Vidal Seage ha conseguido poner cara a quien fue alcalde pontecesureño hace casi un siglo.

Y el propio regidor actual se encargó de colgarlo en el sitio que le corresponde en la casa consistorial. 

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