Manuel Cores Villanueva, el pescador de Ribadumia de 68 años que se cree muerto, tras desaparecer el domingo después de ir a pescar a San Vicente de O Grove, sigue sin ser localizado.

Ayer se completaba el tercer día de búsqueda, y tampoco esta vez fue posible dar con el cadáver.

Y eso a pesar de que sí pudieron sumergirse los integrantes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, a quienes el embravecido océanos se lo había impedido el lunes.

Lo que sí se encontraron fueron algunos enseres personales, como un bolso de pesca y la segunda caña, por lo que todo parece indicar que puede haber perdido la vida en ese preciso lugar.

Personal de Axega, Emergencias y Policía Local manejando drones desde lo alto de las rocas. | // FDV

El objetivo era escudriñar a conciencia en las profundidades de una especie de gran charca rodeada de rocas en la que, según la carta náutica, se alcanzan los ocho metros de profundidad.

Es una gran piscina natural situada al lado de donde se cree que estaba pescando Manuel Cores Villanueva, de ahí el interés que había por buscar en ese lugar.

La búsqueda del pescador de Ribadumia continúa.

Que esté atrapado ahí o en otro agujero similar es, en cierto modo, un motivo de esperanza para la familia, ya que en caso contrario las corrientes pudieron haber llevado el cuerpo a cualquier otro punto del Atlántico.

Tienen la esperanza de que esté allí

Fue precisamente en esa gran piscina natural donde aparecieron ayer los citados enseres, de ahí que hoy los buzos vayan a centrarse nuevamente en ese lugar.

Por eso hay ciertas esperanzas de encontrar el cadáver. Por eso y porque las condiciones que se esperan en el mar son mejores.

“Nos aferramos con fuerza a la posibilidad de que pueda estar ahí, en esa gran poza”, sentenciaba anoche el alcalde de Ribadumia, David Castro, siempre al lado de la familia.

Los drones permiten escudriñar la escarpada costa rocosa.

Los drones permiten escudriñar la escarpada costa rocosa. FdV

Ayer, aunque no hubo suerte, se vivieron dos momentos de incertidumbre y tensión. Fue cuando aparecieron dichos enseres y cuando en la zona empezó a comentarse que había sido localizado un cadáver en Cabo Udra. Pero no era el del ribadumiense, sino el de una mujer.

En este caso la alerta se registró poco después de las 13.30 horas, y hasta el lugar se desplazaron Policía Local de Bueu, Bombeiros do Morrazo, Guardia Civil y la ambulancia del 061 con base en la localidad. Entre todos sacaron el cuerpo del mar y constataron que la mujer, de alrededor de unos 60 años de edad, estaba fallecida.

Uno de los agentes de la Guardia Civil. Noé Parga

Estaba flotando cerca de una zona de rocas. Fue un vecino que paseaba por la zona quien dio la voz de alarma. Las causas del fallecimiento deberán ser esclarecidas por la autopsia, pero, a priori, no se apreciaban signos de violencia.

Mientras en Bueu todas las miradas se centraban en ese hallazgo, en San Vicente de O Grove seguía la búsqueda del conocido constructor ribadumiense.

Momento en el que se ponía en vuelo uno de los drones. FdV

Lo cierto es que ayer se multiplicaron los esfuerzos en San Vicente, tanto en la búsqueda por tierra, con presencia de Emergencias O Grove y Policía Local, como por mar, gracias a diferentes embarcaciones de Guardia Civil y Salvamento.

También por aire, mediante helicópteros y con los drones de la Policía Local de Sanxenxo y la Axencia Galega de Emerxencias (Axega).

Unos y otros vuelve hoy a esta salvaje y atractiva zona rocosa de la península meca con la esperanza de poder encontrar el cuerpo del pescador y entregarlo a la desconsolada familia.