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El Casino La Toja, con la soga al cuello

Imagen de archivo del Casino La Toja, cuando hace más de una década recibía una multitud de clientes y disfrutaba de años de bonanza, ahora totalmente olvidados. FdV

Aunque hace ya mucho tiempo que parece estar condenado a morir, la nueva Lei do Xogo de Galicia sería la encargada ahora de dictar la sentencia definitiva y dar la puntilla al emblemático y ya casi desmantelado Casino La Toja, en la isla grovense de A Toxa.

Así lo entienden algunos de los participantes en una reunión mantenida ayer en la cual los representantes de la Xunta mostraron a los del sector del juego el borrador de esa nueva legislación.

Aunque no ha sido entregada oficialmente, sí ha trascendido de la misma que se establece para casinos como el grovense una concesión por un periodo máximo de tiempo de quince años.

Es decir que, si la ley entrara en vigor en 2022, Casino La Toja podría estar operativo, como mucho, hasta 2037.

Ciudades de 300.000 habitantes

Pero eso no es lo peor, al menos desde el punto de vista de los intereses turísticos y económicos de la sala meca y el pueblo de O Grove.

El Louxo La Toja y el Casino La Toja, en primer término. Iñaki Abella

Lo peor es que la nueva legislación establece que únicamente vayan a poder abrirse casinos en ciudades de más de 300.000 habitantes, según resumen los asistentes a la reunión.

Y claro, O Grove no llega, ni de lejos a esa cifra, ya que sus apenas 11.000 ciudadanos censados están muy lejos de los casi 300.000 empadronados en ciudades como Vigo.

¿Riesgo de disolución empresarial?

Pero aún hay más: Si entra en vigor la ley y la sociedad que actualmente gestiona el Casino La Toja decide disolverse, este salón cerrará definitivamente de manera inmediata y ya no podría reabrir, de tal modo que las empresas gestoras en la actualidad únicamente podrían defender la continuidad del de Vigo.

La mesas del Casino, en la antigüedad. FdV

En resumen, que si quedaban pocas dudas, sobre todo desde que abrió su sala anexa en Vigo, ahora se sabe que el borrador de esa Lei do Xogo cierra completamente las puertas a cualquier posibilidad de subsistencia del salón grovense.

Un local desde hace años venido a menos y ahora sustentado únicamente por un puñado de máquinas tragaperras y de apuestas deportivas, apenas un par de mesas de juego y un número casi anecdótico de trabajadores en plantilla, ya que muchos acabaron contrato, otros se jubilaron anticipadamente y unos cuantos fueron trasladados a Vigo.

Lo único positivo que puede extraerse del borrador de la nueva Lei do Xogo presentado ayer –si es que quiere verse el vaso medio lleno–, es que en caso de aplicarse tal y como se presentó al sector, los empleados del Casino La Toja volverían a tener carga de trabajo –aunque solo fuera por 15 años–, ya que se contempla que las salas anexas, como la de Vigo, pueden abrir como máximo el 80% de las mesas de su sala matriz.

Dicho de otro modo, que para explotar mesas en la ciudad viguesa hay que tener más en la isla meca.

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