El nudo de Curro empieza a recobrar la imagen de megainfraestructura con la que se construyó hace una década como nodo para la conexión de las principales vías de comunicación de las dos comarcas bañadas por el Umia, O Salnés y Caldas.
Pasado todo este tiempo, el entorno de esta gigantesca construcción entre Meis y Barro se transformó en una selva de xestas, zarzas y eucaliptos que desde hace una semana se intenta reducir con intensas labores de retirada de especies cuya frondosidad afectaba a la visibilidad y, por tanto, a la seguridad del tráfico.
Hace más o menos una semana que un completo equipo de trabajo, con maquinaria pesada, actúa sin descanso en todas las llamadas “zonas verdes” del enlace para disminuir el efecto bosque que se originó en el entorno.
Rareo imprescindible
Los trabajos de rareo son imprescindibles en estos momentos, cuando se acerca el invierno y los árboles de gran porte nacidos de forma espontánea en los taludes son una amenaza para el tráfico rodado.
El peligro han podido percibirlo cientos de conductores que a lo largo de esta semana fueron obligados a esperar con el motor apagado cuando los operarios procedían al corte de alguno de los ejemplares de mayor dimensión que se precipitaban en medio de la vía.
La empresa lleva ya diez días en la zona para hacer el imprescindible rareo y es previsible que continúe algunas semanas más, dado que los sábados y domingos se suspenden los trabajos que se llevan a cabo.
Señalización recuperada
Aunque es pronto para aventurar el resultado final, en estos momentos vuelven a estar visibles elementos que habían quedado ocultos por la tremenda maleza, entre ellos las biondas y señales que se instalaron sobre el viaducto que cruza de lado a lado la encrucijada principal.
Mantenimiento de elementos del acceso al puerto
Otro de los viales en los que se llevan a cabo labores de mantenimiento en este mes de octubre es el llamado Acceso al Puerto desde Godos. La empresa encargada de su conservación procedió al repintado de las barandillas en los distintos viaductos, para evitar su deterioro por estar a la intemperie. A la vez se realizan ligeras tareas de desbroce en los arcenes de la vía, lo que implica que mientras duren los trabajos se recomiende precaución a los conductores que circulan en ambos sentidos. El Acceso al Puerto de Vilagarcía se ha consolidado como la principal entrada y salida a la ciudad, así como el enlace que vertebra la comarca en materia de comunicaciones terrestres. Fue una de las costosas inversiones del Ministerio de Fomento, cuando dicho organismo lo dirigía el socialista lucense José Blanco, que inauguró una obra que tampoco funciona al 100%, pues la iluminación jamás fue conectada.
Y es que hasta ahora, las labores de mantenimiento que se llevaban a cabo en este espacio se ceñían a los espacios pensados para ajardinamiento de la glorieta, sometidos principalmente a corte de hierba y retirada de plantas invasoras como el plumacho argentino que se encuentra en su más esplendoroso estado de crecimiento.
La actuación que en estos momentos se desarrolla en este entorno viario ha sido pensada con un criterio más amplio y afecta a la práctica totalidad de la superficie de la infraestructura, por lo que se precisan máquinas especiales para el desbrozado, grúas de enorme dimensión y un amplio equipo especializado que lleva a cabo unas labores de cierta sofisticación, con uso de camiones para la retirada de la enorme cantidad de madera y rastrojos sobrantes en la intervención.
Madrigueras de conejos
De hecho, sobre el asfalto del que iba a ser el inicio de la autovía a Vilagarcía permanecen amontonada una enorme cantidad de xestas, hasta que se proceda a la retirada.
De la dimensión que alcanzó la vegetación en este entorno da idea el hecho de que incluso existen madrigueras de conejos, que a veces cruzan los viales.
Abandono del proyecto de la autovía
La eliminación de la masa forestal vuelve a poner en valor unas infraestructuras en las que la Administración autonómica ha invertido cerca de cien millones de euros de hace una década. El macroenlace construido entre Meis y Barro era la obra más compleja y costosa del proyecto que se iba a ejecutar para crear la autovía a Vilagarcía, restando ya solo siete kilómetros a través del que se denominó Enlace Costa hasta la glorieta de Godos en donde empataría con el Acceso al Puerto y la Circunvalación Norte a Carril. La obra fue apartada de las infraestructuras prioritarias por lo que los viaductos y viales construidos en su momento han quedado a selva, cerrados y sin uso, pese al coste que supuso dicho proyecto.
