Los afortunados que el pasado fin de semana se encontraban a bordo del pesquero rehabilitado “Chasula”, convertido desde hace tiempo en aula flotante de la naturaleza, pudieron disfrutar de una ruta que coinciden en definir como “inolvidable”.
Y es que además de alcatraces, alcas, pardelas, cormoranes, págalos, vuelvepiedras y otras muchas especies aladas, pudieron maravillarse navegando al lado de un grupo de ballenas azules.
Cuenta el diario de a bordo del “Chasula”, especializado en las rutas pelágicas frente a las Rías Baixas, aunque encargado de ofrecer, también, entretenidas singladuras dentro de ellas y en torno a las diferentes joyas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, que el viaje del sábado fue “uno de las más especiales y sobrecogedores de toda la historia del Chasula en su búsqueda de aves y mamíferos marinos”.
Y no es para menos, ya que “durante casi tres horas pudimos disfrutar de la compañía de media docena de ballenas azules a las que se sumaron dos rorcuales comunes”, relatan los responsables del programa Chasula Aves/Chasula Birds.
“Nos rodearon nadando mientras pescaban en la zona, dándonos la oportunidad de disfrutar con su presencia y fotografiarlas cómodamente”, apostilla Isidro Mariño, el patrón del “Chasula”.
"Fue un día inolvidable"
“Fue un día inolvidable para todos los que tuvimos la inmensa fortuna de estar a bordo”, insiste Xabier Vázquez Pumariño, de Birding.gal, uno de los conservacionistas y fotógrafos de naturaleza que se encontraban entre la tripulación y colabora habitualmente con Iniciativas Tradicionales Marítimas para organizar las expediciones del “Chasula”.
“Las ballenas azules nos rodearon nadando mientras pescaban en la zona, dándonos la oportunidad de disfrutar con su presencia y fotografiarlas cómodamente”
“El cielo estaba gris y la escasa luz presagiaban una jornada lluviosa que no parecía la mejor para salir a observar aves al mar”, narra el diario de a bordo.
Intenso paso de alcatraces
“Y en parte así fue, porque la lista de aves no resultó especialmente llamativa, a excepción del intenso paso de alcatraces que nos rodearon en todo momento; pero la llamativa presencia de cetáceos lo cambió todo”, sentencian en el “Chasula”.
Un tiburón azul y dos marsopas
A modo de resumen, puede decirse que, junto a esas ballenas azules y rorcuales comunes, fueron localizados un tiburón azul, dos delfines mulares, dos marsopas y aves como negrones (7), vuelvepiedras común (4), andarríos chico (3) y págalos grandes (4).
También un págalo parásito, más de un millar de gaviotas, entre reidoras, cabecinegras, patiamarillas y sombrías, once gaviones atlánticos y 44 charranes patinegros.
A mayores, tres pardelas cenicientas, dos pardelas sombrías, una decena de pardelas baleares, cerca de trescientos alcatraces atlánticos, setenta individuos de cormorán grande, casi doscientos del moñudo, once garzas reales, un par de garcetas comunes, cuatro cornejas y una lavandera blanca.