Ni un chaleco salvavidas llevaban los tres marineros de la lancha ‘Rosa’ que en febrero del pasado año naufragó en O Centulo, cerca de la isla de Ons, accidente en el que falleció ahogado Iván Otero, hermano del patrón de la embarcación y cuyo cuerpo fue rescatado tres días después en el fondo del mar. La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIMN), dependiente del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, acaba de emitir un durísimo informe en el que además de la falta de medios de protección para la tripulación resalta múltiples imprudencias en el trágico viaje de la lancha desde el puerto de O Grove hasta aguas de la ría de Vigo en la mañana del 11 de febrero del pasado año.

“La embarcación volcó debido a las malas condiciones meteorológicas existentes en la zona”, sobre todo para una embarcación “de pequeño porte, sin amuradas, sin cubierta, sin balsa salvavidas, sin radiobaliza satelitaria”, concluyen los expertos que indican que este tipo de lanchas “son inadecuadas para navegar en mar abierto” y mucho menos “con el fuerte oleaje y las rompientes propias de la zona donde volcó”. Resaltan, asimismo, que la lancha de 5,4 metros de eslora y renovada en poliéster, es de dos plazas y viajaban tres marineros.

Asimismo indican que el patrón del barco Arturo Otero, hermano de la víctima, debería conocer, antes de salir a navegar, “la información meteorológica de la AEMET que ya el día anterior pronosticaba mar de fondo de 5 a 6 metros”, excesivo a todas luces para una embarcación como la suya, una lancha que puede soportar “un oleaje máximo de dos metros”.

Quilla de la ‘Rosa’ tras naufragar en la zona de O Centulo. | // FDV

El accidente se registró el 11 de febrero, a las 13.00 horas, según comunicó el pesquero Mouriño a la base de Salvamento de Fisterra donde se organizó un despliegue por tierra, mar y aire con el fin de localizar a los náufragos. Otra embarcación próxima al lugar del suceso rescató unos minutos después al patrón quien comunicó que tanto él como otro tripulante se encontraban bien pero que su hermano había desaparecido “al volcar la lancha por un golpe de mar”.

En el operativo participaron unidades de Salvamento Marítimo, del Servicio Marítimo y Unidad de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, de la Armada española, de Gardacostas de Galicia, de Protección Civil, así como embarcaciones de pesca y buceadores locales, un dispositivo que finalizó tres días después, el 14 de febrero a las 13.30 horas, “cuando buceadores locales localizan la ubicación del cuerpo del marinero desaparecido”, una acción que demostró el coraje del patrón que no cesó hasta localizar el cuerpo de su hermano bajo el agua, atrapado entre las rocas.

Los expertos de la CIAIM emiten duros reproches al patrón por organizar este fatídico viaje por cuanto la lancha nunca debía haber salido de las “aguas tranquilas” de la ría de Arousa o como máximo “a una milla de la provincia marítima de Vilagarcía”. Explican que la Rosa “es una embarcación de tercera lista, dedicada a la pesca, una lancha rápida planeadora, del tipo de las que en las rías gallegas presta habitualmente servicio de navegación a las bateas de mejillón”.

Pero este tipo de planeadoras, indican, ”de tipología muy común en la navegación y pesca en el interior de las rías”, al ser de la tercera lista, “no estaba autorizada a trabajar como auxiliar de acuicultura”, si bien la CIAIM “no ha podido constatar la actividad concreta que estaba desarrollando el día del accidente, ni por qué se encontraba fuera de su zona autorizada de navegación, al haber rehusado el patrón declarar” ante los inspectores.

"La lancha tenía restringida su zona de navegación al interior de la ría de Arousa y hasta una milla más allá de la costa"

Informe del Ciaim

En el informe si se recoge el hecho de que la fueraborda estaba destinada a la “pesca local”, una flota que puede alejarse hasta diez millas de la costa pero que en el caso de la Rosa “tenía restringida su zona de navegación al interior de la ría de Arousa y hasta una milla más allá de la costa”, según el informe emitido por la Capitanía Marítima de Vilagarcía”.

Por tanto, recuerdan los expertos del Ministerio, el patrón debería haber contado con autorización de la Capitanía correspondiente para llegar a Ons.

Los expertos sostienen además que si el barco era inadecuado, las condiciones del mar eran igual de malas, y de hecho la Salvamar Sargadelos comunicó que a las 14.03 horas del día del accidente “había un oleaje de tres metros en la zona”, lo que permite concluir a los expertos que “la embarcación navegaba con oleaje que superaba con mucho el diseño” lo que condicionaba su estabilidad en esas condiciones.

A ello suman en la Comisión del Ministerio de Transportes el hecho de que “solamente el patrón figuraba como enrolado en la Rosa”, mientras que los otros dos tripulantes, “uno de ellos estaba enrolado en otra embarcación y el otro no figuraba en ningún registro”. Es más subrayan que este, seguramente, “no posee certificación alguna, ni profesional ni de recreo para navegar”.

En el informe también se indica que la embarcación fue recuperada y remolcada por la Guardia Civil sin que se le hayan apreciado vías de agua que pudieran haber influido en el siniestro.

Recomendación dirigida a todas las cofradías

El informe que acaba de dar a conocer el CIAIM deberá ser divulgado entre las cofradías de pescadores por la Capitanía Marítima de Vilagarcía “con el fin de concienciar a sus miembros de los riesgos de navegar en condiciones excesivamente adversas en este tipo de embarcaciones, y de la necesidad de utilizar en todo momento el chaleco salvavidas”. Explican los expertos de este organismo dependiente del Ministerio de Transportes que se está dando una casuística preocupante con este tipo de embarcaciones que vuelcan y pierden la estabilidad “con condiciones meteorológicas que exceden las máximas admisibles por categoría de diseño de la embarcación”. Por ello recomiendan a la Capitanía Marítima que haga constar las limitaciones en la resolución de los despachos, así como el certificado de conformidad que corresponda. Asimismo, el organismo dicta una serie de “lecciones de seguridad” dirigidas a los patrones de pesca de embarcaciones de bajura regularizadas y con proyectos y memorias de estabilidad y flotabilidad que deben “limitar sus navegaciones a lo establecido en la normativa ISO para la categoría de diseño de su embarcación”. Añade que “todos los tripulantes de embarcaciones de pesca como la que resultó accidentada, de pequeño porte, sin cubierta, sin superestructuras de abrigo, sin radiobaliza y sin balsa salvavidas, deberían llevar en todo momento el chaleco salvavidas, con independencia de las condiciones meteorológicas.