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Las calles de O Grove pintan al ritmo de la música

El pintor y el músico se retroalimentan con sus artes. FdV

“La mejor manera de sembrar el arte por la calle es, literalmente, hacerlo en la calle”. Carlos Álvarez Besada, pintor originario de O Grove, ha cumplido con su palabra. Junto con su amigo Carlos Oubiña, que además le da clases de música, ha instalado su estudio sobre la acera de Castelao en O Grove, la calle “Catorce”, para contagiarse de su bullicio y lograr que quienes por ella pasen se detengan a catar la creación artística en directo.

Con la unión de Besada y Oubiña se dan cita en plena calle los pinceles y las notas musicales que los guían hasta rellenar un lienzo que, a primera hora de este evento, estaba en blanco. El uno se retrata al otro: el pintor tiene por modelo al pianista que, al compás de una música elegida a imagen y semejanza de quien pinta, guía por el lienzo a los pinceles. “Es algo diferente para mi pintura”, comenta Besada, que aunque suele pintar con música, “ni es en directo ni es en la calle”.

Este dúo es un shock para el peatón. “Si ya choca ver a una persona pintando en plena calle, ver a otra a su lado con todo un piano y un decorado de acompañamiento, no me quiero ni imaginar...”, bromea el Carlos Álvarez Besada. Hoy repetirán su acción, “si el tiempo acompaña”, en el mismo lugar que estos días durante la tarde. Aunque, eso sí, intentarán que sea siempre una sorpresa: “nosotros no hemos hecho más que un permiso para estar aquí, en la calle tocando y pintando, pero no hemos avisado a nadie porque, precisamente, non queríamos que nadie se esperase esto. Aún así, poco ha durado la voz sin correrse, pues las redes sociales han empezado a llenarse al poco rato de empezar la obra con fotos y vídeos protagonizados por ellos.

Predicadores de la belleza

Hacer presente al arte en los lugares más mundanos, acercándolo a la sociedad, es uno de los motivos principales que más los empujan a transportar el estudio a la calle, el ser capaces de “democratizar el arte” y hacerlo accesible para todos. “La gente se paraba a vernos, sorprendida en el medio de sus recados o de su paseo con dos dos hombres, uno tocando el piano y otro pintándolo”. Agradecen, dice el pintor, encontrar esta estampa en plena calle, pues “con esta aparición, así de inesperada, aún se disfruta más la música, de forma frugal y sin necesidad de alterar ninguna agenda personal”. Pero no solo era eso. “La gente puede ver en directo cómo se hace una pintura, cómo se pasa del boceto al óleo, como se van creando formas, con texturas y colores únicos”, un proceso que resulta “desconocido” para el gran público.

La conexión de Álvarez Besada con O Grove y sus gentes viene de antiguo, tanto por la vertiente que le lleva a rodearse de ellas como su gusto por pintarlas. Se define como un retratista, “aunque también con gusto por los paisajes”, que ante todo disfruta pintando la realidad. Esto es algo que le ha llevado a pintar en una playa, también entre sus bañistas, aunque sobre todo lo ha conducido a pintar a sus paisanos. Le gusta pintar fuera, “en azoteas o a pie de calle”, pero si puede elige los géneros más populares.

La conjunción de estas dos tendencias se produjo en trabajos como el de “Parlamento”, un cuadro que pintó en 2016 y que resultó merecedor del premio de pintura Ernesto Goday, dotado con 3.000 euros. En él se retrata a nueve hombres de O Grove sentados en un banco y simplemente conversando. “Son formas de tejer comunidad que logran hacer de cualquier pueblo un lugar más habitable”.

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