Dentro de sus habituales iniciativas culturales, O Faiado da Memoria contará mañana (20.30 horas) en Vilagarcía con la presencia de Ghaleb Jaber Ibrahim, presidente de honor de la Fundación Araguaney-Ponte de Culturas. El objeto de la visita al local de Ravella no es otro que dar a conocer su libro “Regalo de memoria” , todo un homenaje a los recuerdos de familia en su Palestina natal para honrar la memoria de su hermana Karime a la que el alzhéimer segó la vida.

Una recopilación de relatos tiernos, personales, descarnados en ocasiones, pero llenos de verdad y sentimiento. Un paseo guiado por los recuerdos y vivencias de una familia humilde y trabajadora que nunca paró en su empeño, en su sueño de prosperidad.

–Viene usted mañana viernes a Vilagarcía con un “Regalo de Memoria” debajo del brazo en forma de libro. ¿Qué puede avanzar sobre él?

–El libro realmente es una historia sencilla. La de una hermana que a los 55 años empieza a desarrollar una demencia suave, pero que al final evolucionó hacia un proceso de Alzhéimer irreversible. Todo fue rápido y sirvió para demostrar que estamos confundidos cuando siempre relacionamos el Alzhéimer con una mayor edad y no tiene edad. Todo fue muy violento y muy fuerte ver el que su estado de salud era cada vez más grave en un tiempo muy corto de apenas 5 años.

–¿Por qué se decidió a contarlo?

–Cada vez que iba a Jordania, más o menos cada tres meses, iba viendo el deterioro de una persona en la última fase de la enfermedad. En ese momento me entró una angustia tremenda por el miedo a perder esas vivencias que tuvimos en Palestina, con los abuelos y la familia. Esas pequeñas historias de la infancia que son un gotero de vida. Estaba tan centrado en contarlo que en una semana escribí unas once historias del ataque de pánico que me había entrado. Es mi homenaje de duelo tremendo a mi hermana mayor. Una mujer que dejó 13 hijos. Narré una historia para destacar el ejercicio de la memoria, nuestras raíces y que siempre en nuestro quehacer diario haya espacio para los recuerdos. Un ejercicio mental rutinario para que las neuronas no se atrofien. Es algo que deberíamos tener siempre en cuenta y luchar contra este tipo de demencias. Sin ir más lejos, los derechos de este libro son todos a favor de la Asociación contra el Alzhéimer.

–El título elegido “Regalo de memoria” es de lo más apropiado.

–Es que quizá no haya otra fórmula que combatir estas enfermedades que con la memoria. El prólogo lo escribió Maruja Torres y ella me decía en aquella carta que el libro es un regalo de memoria y fue a raíz de esta carta de Maruja que le pusimos el título.

–¿Quizá tan loable como duro de escribir?

–Todos escribimos con la tinta de las emociones, pero este libro está escrito también con muchas lágrimas. Me produce todavía mucha emoción y yo siempre he ligado el corazón con la emoción. La emoción es el cerebro que estimula el corazón y así late más fuerte y más rápido. Creemos que las cosas son importantes, pero las cosas son materiales. Las emociones son lo que nos guían.

–Parece que incluso ha utilizado una estructura creativa fiel a la tradición oral árabe.

–Es mi sintaxis y mi forma de contar las cosas. Cuando hice el doctorado en Periodismo una persona en el tribunal me dijo que mi sintaxis es diferente, pero le dije que si fuese normal no aportaría nada como trabajo de investigación. La tradición oral aporta mucha frescura a la lectura porque va acompañada con imágenes. Una de las cosas de la tradición árabe es que tiene que trasladar siempre a una imagen todo aquello que se cuenta.

“La vida no se vive en clave de pasado, pero hay que tenerlo como base para seguir construyendo”

– Una cuestión que llama la atención en su trayectoria es su permanente deseo de aprender. Es doctor en Cardiología, empresario, periodista y con 70 años sigue matriculado académicamente.

– Sigo matriculado, como toda mi vida. He estudiado medicina, empresa, periodismo, cursos de Derecho... Todo es porque me encanta el ejercicio del pensamiento y conocer el porqué de las cosas. El ejercicio más sencillo es aceptar las cosas que nos cuentan como si fueran dogmas, pero yo soy de los que creé que debemos preguntarnos el porqué. La vida es movimiento y evolución. Para eso tenemos que analizar y conocer y no dejarnos llevar por el inmovilismo. Tenemos que escapar de ello.

– Es usted una persona exitosa en el campo empresarial, ¿pero comparte que quizá uno de los patrimonios más importantes de cualquier persona es el pasado?

– Siempre y cuando sepamos entender ese pasado y saber reaccionar con él. No se trata de mirar hacia atrás para nada. Vivimos como seres humanos y vivimos gracias a los recuerdos y los sueños. Eso es lo que representa la vida, nuestros sueños de futuro forman parte de nuestro presente, pero el pasado hay que respetarlo siempre. La vida no se vive en clave de pasado, pero hay que tenerlo como base para seguir construyendo.

– Hablando de pasado, usted llegó con apenas 17 años a Compostela procedente de Palestina. Una identidad con Galicia que también queda altamente de manifiesto en su libro.

– Yo no reconozco fronteras. Soy un antisistema convencido. Es importante tener un sistema o unas reglas para regular la vida, pero la humanidad es única. Los colores, las lenguas... son una adaptación al medioambiente, pero no se puede discriminar a nadie por ello. Me siento muy gallego, como el más gallego, y también el más palestino. Defiendo la causa de un pueblo y no se puede sufrir apartheid, corrupción o sistemas que dicen que nada se puede cambiar cuando todo evoluciona. Soy rebelde con todo lo que está pasando a nivel político. Por ejemplo, no podemos solidarizarnos con el pueblo de Palma todos, para que luego dentro de tres telediarios nos olvidemos de todo. Parece como si esta sociedad tuviese un Alzhéimer generalizado.