Desde Lisboa hasta Pontevedra. Ese era origen del medio centenar de hospitaleros que, durante el fin de semana, participaron en la XX edición del Encontro de Hospitaleiros do Camiño Portugués a Santiago, que se celebró en Pontevedra. Todos ellos viajarían el domingo a Vilanova para conocer la ría de Arousa, el camino original, en un viaje que les llevaría en el catamarán de Rías Baixas Tours a un viaje a Sálvora y a descubrir algunos de los atractivos xacobeos que esconde la ría.
La actividad, explicaba ayer Ramón Cardalda, presidente del colectivo Presume Vilanova y responsable de la empresa que transporta peregrinos entre el puerto de la localidad y el de Pontecesures, es “dar a conocer la Variante Espiritual y el viaje por la ría de Arousa a los hospitaleros que hay en el Camiño Portugués ya que ellos son los mejores embajadores que podemos tener”. No en vano, insiste Cardalda, los hospitaleros “son los que aconsejan muchas veces a los peregrinos, que les preguntan hacen consultas sobre su viaje y, que conozcan la Variante es algo muy importante, ya que podrán aconsejar su recorrido y cuando lleguen a Pontevedra, serán conocedores de la posibilidad de hacer el recorrido en barco por la ría de Arousa, desde Vilanova hasta Pontecesures o Padrón”. Cardalda insiste en que este tipo de acciones son muy importantes “más incluso que algunas que están desarrollando las administraciones y cuyo efecto sobre los peregrinos es mucho más limitado”. Una de las figuras que destaca Cardalda es la del presidente de la Asociación de Amigos do Camiño Portugués, Celestino Lores, “la persona que jno solo impulsó la creación de la Variante, sino que la puso a andar y que ha traído este fin de semana a una gran parte de los hospitaleros de los albergues que existen entre Lisboa y Pontevedra a conocernos, gracias a él tenemos lo que tenemos, un constante crecimiento de peregrinos, solo interrumpido por la pandemia”.
El vilanovés reconoce que la Variante ha comenzado a recuperarse del duro varapalo que sufrió con la llegada de la pandemia. Es cierto que los meses de junio y julio no fueron lo esperado, con muy pocos peregrinos por el camino, pero “esa situación cambió de manera notable en los meses de agosto y septiembre, donde comenzamos a acercarnos a cifras de peregrinos propias de antes de la llegada del COVID-19”. La llegada de peregrinos durante estos dos últimos meses hace que “no podamos calificar de malo el verano, sobre todo si se tiene en cuenta de lo que estamos saliendo; supongo que también ayudó el Xacobeo y esperemos que siga creciendo de cara a 2022, con la ampliación autorizada por el obispado”.
De hecho, Cardalda asume que, con la llegada del invierno, se va a registrar una caída en el número de peregrinos, una situación que “esperemos que remonte a partir de la próxima Semana Santa, sobre todo, gracias a la vacunación y al retroceso de la pandemia”.
