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Cinturones negros en inteligencia

Ibai Otero, ayer delante de la facultad en la que estudia el doble grado de Matemáticas y Física.

La capacidad académica es una virtud que como cualquier tipo de talento solo brilla cuando hay trabajo detrás. Inés Alba Vázquez e Ibai Otero Gómez son dos ejemplos de estudiantes que saben disfrutar del aprendizaje como camino de una continua experiencia vital.

Inés Alba se matriculó en la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

Vilagarciana y cambadés serán galardonados por la Xunta como dos de los mejores 20 expedientes de Bachillerato en 2021. Y es que no contentos con unas notas medias en la etapa preuniversitaria cercanas al 10, ambos aceptaron el reto de someterse a unos exámenes posteriores al ABAU convocados por la Consellería de Educación. Sus puntuaciones volvieron a ratificar unas altas capacidades que les situaron en tan privilegiado estatus estudiantil.

El cambadés Ibai Otero y la vilagarciana Inés Alba han merecido el reconocimiento de la Xunta como dos de los 20 mejores expedientes académicos de Bachillerato en 2021

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Ahora, ya iniciados sus respectivos caminos universitarios, reconocen que no han podido tener mejor broche a sus etapas en los institutos Castro Alobre y Francisco Asorey. El propio Ibai subraya que “se presentaron a la prueba un montón de personas y siempre reconforta el reconocimiento”. En la misma línea se expresa Inés Alba, “es un gran honor”.

Santiago y Madrid se han convertido en sus destinos. El cambadés tenía claro que quería apostar en la USC por el doble grado de Matemáticas y Física, “siempre tuve muy buenos profesores de matemáticas y en los últimos años en el instituto me llamó mucho la atención la física. Me gusta la investigación y quiero enfocar mi carrera profesional hacia ahí”.

Ambos estudiantes tienen en el kenpo una afición compartida en Vilagarcía.

A Inés Alba una beca le abrió las puertas de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, dos años atrás había hecho méritos para irse a Estados Unidos gracias a la Fundación Amancio Ortega. Ella sí que no tenía tan claro hacia donde enfocar sus licenciaturas, “estuve mucho tiempo dudando. Me gusta mucho el trabajo de laboratorio y me gustaría especializarme en la investigación del cáncer. En un principio iba a hacer Ingeniería Biomédica, pero cuando surgió la oportunidad de hacer el doble grado en Madrid de Farmacia y Biotecnología Bilingüe no me lo pensé”.

Dos distinguidos estudiantes unidos por la práctica del kenpo en Vilagarcía, disciplina en la que son cinturones negros y a la que agradecen el haberles aportado el equilibrio mental y físico para rendir aún mejor académicamente.

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