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Amazon inspira la vendimia en Cambados

Abraham Leiro Fernández, ayer bajo un viñedo. | // IÑAKI ABELLA

Abraham Leiro Fernández no terminaba de encontrarse a gusto en el instituto. Los estudios no le motivaban demasiado, y terminó cuarto de ESO con cuatro asignaturas pendientes. Sus padres decidieron mandarlo a trabajar en la vendimia, pensando que al sufrir en su piel la dureza del trabajo físico, Abraham recapacitaría y le pondría más interés a los libros. De algún modo lo lograron, pero además la lección de vida que querían darle al chaval desembocó en una revolución en la gestión de la logística de la vendimia.

“El programa informático que ha diseñado para nosotros Abraham Leiro nos ha supuesto un avance enorme, una gran mejora en la recepción y el envío de la uva”, afirma Fernando Crusat, presidente de la Agrupación Profesional de Viticultores Rías Baixas.

Abraham Leiro tenía 16 años cuando acudió a vendimiar con su tío, Bruno Somoza, a la sazón directivo de Rías Baixas. Y se dio cuenta de que la logística de la vendimia era un auténtico infierno de horas y horas de trabajo. Todas las anotaciones se hacían a mano, en una libreta; el veedor tardaba más de una hora en certificar que todo estaba en orden; y cargar un camión de uva podía llevar media tarde. Eso siempre y cuando no se detectase a última hora algún error en el cómputo de los palés y las cajas, puesto que si sucedía eso no quedaba más remedio que descargar todo y volver a empezar de cero. El joven comprendió que era urgente mejorar la gestión de esa logística y se puso manos a la obra.

“Este programa nos permite ahorrar hasta cinco horas de trabajo al día”

Abraham Leiro Fernández - Programador informático

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Al año siguiente, cuando él tenía 17, presentó a la misma agrupación de viticultores un programa informático inspirado en la gestión de la logística de Amazon, la mayor empresa de distribución de mercancías del mundo. Solo que él adaptaba el programa a las características de una vendimia. La Agrupación Rías Baixas le dio una oportunidad, y la experiencia salió tan bien que este año han repetido, con nuevas funcionalidades. “Este programa nos permite ahorrar hasta cinco horas de trabajo al día”, afirma el joven, natural de Vilanova.

Mover 200.000 kilos de uva

La Agrupación de Viticultores Rías Baixas cuenta con casi un centenar de socios y en 2020 recogieron unos 200.000 kilos de uva. La entidad tiene su nave de recepción en el polígono industrial de O Salnés, y allí cargan la mercancía en camiones, que después trasladan a las tres bodegas a las que le están vendiendo la uva durante esta campaña.

Con un número tan elevado de viticultores y de mercancía entrando casi toda al mismo tiempo, la gestión de esa logística se vuelve un complicado rompecabezas y es fácil cometer algún error en las anotaciones.

“Con este sistema somos capaces de subir un camión en 20 o 25 minutos, y el veedor puede tener listo su informe en 10 minutos”

Abraham Leiro Fernández - Programador informático

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Por ello, Abraham Leiro sustituyó las anotaciones manuscritas por un sistema de códigos de barras, con el que se digitalizan en tiempo real todos los datos de interés: la identidad del viticultor, el número de cajas aportadas por cada uno, el peso bruto... Toda esa información es procesada en tiempo real por el “software” desarrollado por Leiro, lo cual permite desde organizar en pocos minutos la carga de un camión hasta imprimir en segundos los informes que necesitan los auditores del consejo regulador. “Con este sistema somos capaces de subir un camión en 20 o 25 minutos, cuando antes se tardaba entre una hora y dos, y el veedor puede tener listo su informe en 10 minutos”, sostiene el joven vilanovés.

Además, las bodegas conocen en tiempo real la cantidad de uva que les va a llegar y los viticultores pueden consultar en sus propios teléfonos móviles sus albaranes, el cupo que les queda para el día siguiente o los pesajes oficiales de su uva hechos en la bodega.

Inteligencia artificial

Los padres de Abraham Leiro acertaron con la fórmula. Su hijo retomó con ganas los estudios. Sacó adelante la ESO y cursó un ciclo medio de Telecomunicaciones en Vilagarcía, en el que amplió sus conocimientos y habilidades, puesto que ya tenía conocimientos previos de programación.

“Me está costando compatibilizar el trabajo con los estudios. La empresa es flexible y me pone facilidades para seguir estudiando, pero al final estamos hablando de pasar 14 horas activo”

Abraham Leiro Fernández - Programador informático

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Hace unos meses encontró un empleo en una empresa informática de Vigo y se matriculó en el ciclo superior de Robótica del instituto Bouza Brey, en Vilagarcía. “Me está costando compatibilizar el trabajo con los estudios. La empresa es flexible y me pone facilidades para seguir estudiando, pero al final estamos hablando de pasar 14 horas activo”.

A lo que no renunció el joven programador fue a la vendimia. Para poder trabajar en ella pidió vacaciones en su empresa. “Le dijimos que no las pidiese, que solo llevaba dos meses trabajando con ellos y que no era buena idea, pero él insistió”, explica Bruno Somoza. Abraham Leiro no se amilanó. Sabía que llevaba muy poco tiempo en la empresa, pero se atrevió a pedir las vacaciones aún a riesgo de recibir una mala respuesta. No podía dejar sola la criatura que había alumbrado hacía un año.

Y menos aún porque había crecido. “Hemos incorporado la inteligencia artificial a la gestión del reparto de cajas entre los viticultores”, de modo que los socios reciben solo aquellos envases que según el algoritmo van a ser capaces de llenar.

Lo habitual es que los agricultores pidan más cajas de las que realmente necesitan. No cuesta nada llevarlas y resulta difícil calcular lo que podrán vendimiar en un día. Además, es muy desagradable terminar las cajas cuando todavía quedan varias horas de día por delante. Pero en la práctica, lo que sucede es que la mayoría de los productores regresan a la nave con multitud de envases vacíos.

Un sistema de inteligencia artificial asigna el número de cajas vacías que debe llevar cada viticultor según su historial de vendimia

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Mediante técnicas de “deep learning”, el programa informático analiza el historial de producción de cada viticultor y lo coteja con otras variables (como el rendimiento máximo de cada cosecha), y establece cuántas cajas tiene que llevar en efecto cada socio. Sin cálculos humanos hechos a ojo, el margen de error se estrecha. “Según los inspectores, somos el centro de acopio de uva más avanzando de Galicia”, concluye Abraham Leiro.

Hasta no hace mucho, cumplimentar hojas de Excel en la recepción de la uva sonaba casi a ciencia ficción. Dentro de pocos años, ya será prehistoria.

Fernando Crusat: “La uva es de buena calidad y se encuentra en buen estado sanitario”

Fernando Crusat Méndez, presidente de la Agrupación de Viticultores Rías Baixas afirma que ya han superado la producción de 2020, que había ascendido a unos 200.000 kilos. Y todavía les faltan al menos dos días más de vendimia, con lo que el resultado final de la campaña será muy superior al de la cosecha pasada.

En lo que respecta al estado sanitario de la uva, Crusat admite que son muchos los viticultores preocupados por el avance de la botritis, debido a las lluvias caídas a mediados de la semana pasada. No obstante, plantea que si bien es cierto que las precipitaciones desencadenaron ese proceso, “en líneas generales la uva que se está vendimiando es de buena calidad y se encuentra en buen estado sanitario”.

La Agrupación Rías Baixas es la mayor entidad de viticultores de la denominación de origen. Fundada en 2016, la agrupación ofrece a sus socios numerosas ventajas, como la negociación directa con las bodegas del precio de la uva o la reclamación de eventuales impagos, y les realiza de forma gratuita todos los trámites administrativos y fiscales. Además, cuenta con dos vocales en el pleno del consejo regulador.

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