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A ritmo de récord en Fexdega con 300 vacunas por hora

Un fallo informático colapsó la entrada al recinto de Fexdega a mediodía Iñaki Abella

El reto se cumplió una vez más en Fexdega donde estaban citados 2.500 arousanos para ser vacunados. Se crearon dos turnos, de mañana y tarde, con 10 profesionales en cada uno de ellos para lograr el objetivo en la cita más multitudinaria de Vilagarcía. “La ratio por enfermero es de 125 personas, lo que se puede cumplir casi sin esfuerzo”, explica el coordinador del equipo Miguel Carreiro. Las expectativas se cumplieron a pesar de que a mediodía surgió un imprevisto informático que obligó a cerrar las puertas de Fexdega durante media hora. Se formó una tremenda cola que daba la vuelta al recinto.

La velocidad de vacunación en Fexdega aumentó de forma muy notable ayer. Estaban llamados 2.500 vecinos de la comarca pertenecientes a los grupos que les correspondía la segunda dosis de Pfizer, los adolescentes que en esta semana cumplieron 12 años de edad y, por vez primera, los que superaron la COVID y habían recibido el parte del alta epidemiológica.

Toda una experiencia para los veinte enfermeros que desde primera hora de la mañana sabían que el objetivo había que cumplirlo, aunque hubiera que pisar el acelerador en las curvas como la que surgió a mediodía cuando por un fallo informático hubo que cerrar las puertas del edificio ferial.

En apenas media hora, cuando se resolvió el problema, los llamados a esta cita daban casi una vuelta completa a las instalaciones. Pero igual que se formó la cola se desatascó ya que enseguida un agente de Protección Civil fue dando paso hacia las cabinas de vacunación. En tan solo unos minutos, las decenas de sillas para hacer los 15 minutos de espera estaban al completo.

La vilagarciana Andrea Dorado completa la pauta Iñaki Abella

Es el mejor ejemplo para explicar el vertiginoso ritmo de vacunación que se consiguió en la jornada con aproximadamente 300 ciudadanos por hora, lo que dicen, entra dentro de lo normal.

El esperado refuerzo para Beatriz Ledo

Beatriz Ledo también soportó con paciencia la cola en Fexdega para recibir el refuerzo de Pfizer. En su caso, además de por su salud y la de los suyos, admite que quiere estar inmunizada cuando antes porque lleva semanas buscando un puesto de trabajo, quizás le salga el de un supermercado. 

Miguel Carreiro, coordinador del equipo que llevó a cabo la maratoniana jornada de vacunación, explicaba que la segunda dosis “se administra en menos tiempo porque es en la primera cuando nos paramos más a explicarles los posibles efectos adversos como fiebre, cansancio o dolor de brazo, o cómo tienen que conseguir el certificado o el acceso para la llamada Chave 365; eso ahora no hace falta porque lo tienen aún muy fresco pues solo han pasado 21 días”, explica.

“Es verdad que algunos sufren mareos tras el pinchazo, pero son cosas muy leves”

Miguel Carreiro - Coordinador de los equipos de vacunación de Fexdega

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Carreiro se mostraba muy optimista por el ritmo del trabajo, consciente de que el proceso de vacunación está “normalizado”, lo que no quiere decir que no se registren algunos pequeños contratiempos. “Es verdad que algunos sufren mareos tras el pinchazo, pero son cosas muy leves”, de poca monta.

"Quiero llegar vacunado a clase"

El cambadés Óscar Rial es optimista tras completar su proceso de vacunación que reconoce estaba deseando para normalizar la vida y también el curso. Desea que las clases de Electricidad y Electrónica que cursa enVilagarcía sean este año presenciales, pero también espera algo más de confort: “Pasamos mucho frío”.

La fila de ciudadanos a la espera de vacunarse dio la vuelta al recinto ferial Iñaki Abella

Esa tranquilidad es la que contagiaba a los llamados a vacunarse como Juan Paz Cores, de 21 años que admite que esta “deseando tener la pauta completa” porque entiende que le dará una mayor seguridad a partir de ahora, en un momento clave de su vida pues acaba de concluir el ciclo medio de Electricidad y Electrónica y acudió a un cursillo de Gestión de Cruz Roja. De momento se conformará con la campaña de 15 días en la vendimia de su Ribadumia natal, en la que ahora estará más seguro bajo la vid.

También Raúl Domínguez, empleado en una firma de diseño en 3D de Caldas, se muestra aliviado al cerrar su ciclo de vacunación. “Sin ella no te sientes seguro en la calle, sobre todo si hay compañeros o familiares que sean vulnerables”, razona.

Engorroso trámite para los universitarios

Muchos son los universitarios que tendrán que volver a Vilagarcía a mediados de la próxima semana para recibir la segunda dosis de la vacuna. Es el procedimiento recomendado a los alumnos que ya han iniciado las clases en los distintos campus universitarios de Galicia para evitar el engorroso trámite de emplear la cartilla sanitaria de desplazado y pedir cita al médico de cabecera que les corresponda en su lugar de estudios. A mediodía se presentaron en Fexdega varios estudiantes con el mismo problema y para proponer que les adelantasen la vacunación, lo que resultó imposible porque el protocolo sanitario establece los 21 días de diferencia entre una inyección y la siguiente. A algunos, como a una estudiante del campus de Ferrol, el regreso a Vilagarcía a mitad de la próxima semana le pareció demasiado incómodo, aunque tiene el fin de semana para pensarlo de forma pausada. La solución de la atención con la cartilla de desplazado tiene el inconveniente de que la vacuna puede recibirla con una semana o más de retraso cuando ya todos están deseando es hipotética “inmunidad” al SARS CoV-19.

Intranquilidad ante la segunda dosis

Andrea Dorado prepara oposiciones de Educación Primaria tras culminar su grado en Pontevedra. Ayer se mostraba contenta por “recibir la segunda dosis” tanto por su seguridad como la de quienes la rodean. Admite que la inyección le provoca “cierta inquietud” aunque pudo la responsabilidad y aguantó casi media hora a la reapertura de puertas en Fexdega tras el fallo informático.

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