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Caída histórica de la natalidad en O Salnés: ¿Cuántos niños nacieron en tu pueblo durante la pandemia?

A Illa es el municipio de O Salnés con el mejor saldo vegetativo, aunque negativo, con 12 fallecimientos más que nacimientos. Iñaki Abella

2020 quedará marcado para la posteridad como el año de la pandemia. A mediados de marzo nuestras vidas dieron un giro de 180 grados y se pusieron patas arriba debido a la irrupción del COVID. El aislamiento social, la destrucción de empleo y el hundimiento de la economía marcaron un antes y un después en la sociedad a nivel global. Todo se ha visto afectado por el virus y la evolución demográfica no iba a ser una excepción. Según los últimos datos publicados este verano por el Instituto Galego de Estadística (IGE), en O Salnés nacieron a lo largo del año pasado un total de 645 niños, lo que se traduce en la natalidad más baja desde que existen registros oficiales en el IGE, es decir, en 1975, hace 46 años.

Solo Meis aguanta el tipo

De los nueve concellos que forman parte de la comarca solo uno ha logrado mantenerse en niveles pre-COVID. Se trata de Meis, un municipio rural que está atrayendo a nuevos vecinos que pretenden iniciar un proyecto de vida en el corazón de O Salnés. En 2020 nacieron en esta localidad 31 bebés, igual que en 2019.

En 2020 murieron en O Salnés menos personas que en los dos ejercicios anteriores: 1.103 vecinos, frente a 1.117 en 2019 y 1.112 en 2018

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Además de la excepción de Meis, la única buena noticia que arrojan las estadísticas de nacimientos y defunciones relativas a la comarca arousana es que en 2020 murieron menos personas que en los dos ejercicios anteriores. Así, fallecieron 1.103 vecinos, mientras que en 2019 se contabilizaron 1.117 y en 2018, 1.112.

Con todo, el saldo vegetativo continúa siendo negativo (por décimo ejercicio consecutivo) al acusarse el desplome de la natalidad. Durante el año de la pandemia murieron casi el doble de salinienses de los que vinieron al mundo (1.103 frente a 645).

Más niñas que niños

De los recién nacidos, la mayoría fueron mujeres (326 frente a 319 varones) a diferencia de los seis ejercicios precedentes en los que predominó el sexo masculino.

Atendiendo a la evolución de la natalidad por municipios, Vilagarcía acogió la tercera parte de los partos al ser, con diferencia, el ayuntamiento más poblado. Así, en la capital arousana nacieron durante el año COVID 223 bebés, veinte menos que en 2019. En este caso fueron más hombres (113) que mujeres (110). Las defunciones aumentaron en la ciudad, por lo que el saldo vegetativo empeoró, al pasar de -130 a -167 en un año. Vilagarcía lleva nueve ejercicios seguidos con esta variable demográfica en niveles negativos.

Después del municipio vilagarciano se encuentra Sanxenxo, con 92 alumbramientos, cuatro menos que en 2019.

Le siguen Cambados, con 83 (dos menos que el año anterior), O Grove con 68 (cinco menos) y Vilanova con 51 (nueve menos). Las demás localidades se sitúan entre los 30 y 40 nacimientos al año: Ribadumia con 35 (13 menos que en 2019) y Meis, Meaño y A Illa con 31 cada una.

Si tenemos en cuenta la relación entre nacimientos y defunciones, el municipio isleño es el que mejor saldo vegetativo presenta, si bien se sitúa en cifras negativas, igual que el resto de la comarca y del conjunto de Galicia.

Según el balance del Instituto Galego de Estadística, la diferencia entre personas fallecidas (43) y nacidas (31) en A Illa es de -12. En Cambados es de -34, en O Grove de -45, en Meaño de -27, en Meis de -29, en Ribadumia de -20, en Sanxenxo de -83, en Vilagarcía de -167 y en Vilanova de -41.

Las bodas, en caída libre

Con respecto a las bodas, también cayeron en picado durante la pandemia, con solo 288 matrimonios en toda la comarca en 2020, casi la mitad de los formalizados en 2019 (466).

Vilagarcía albergó 78 enlaces nupciales, Sanxenxo 52, Cambados 46, O Grove 33, Vilanova 31, Meis 16, Ribadumia 15, A Illa 11 y Meaño 6.

Hay que tener en cuenta que durante varios meses este tipo de celebraciones estuvieron canceladas. Y cuando se retomaron, muchos contrayentes prefirieron esperar a que la situación sanitaria mejorase para darse el “sí, quiero”.

El padrón de Vilagarcía solo perdió veinte habitantes pese al descenso de bebés e incremento de muertos

Durante el año de la pandemia Vilagarcía sufrió una leve pérdida de población que se cifra en veinte habitantes. Según la propuesta de padrón comunicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) al Concello, a 1 de enero de 2021 estaban censados en la capital arousana 37.545 vecinos, frente a los 37.565 de principios de 2020. Esto supone un altibajo más en los registrados a lo largo de la última década, un periodo en el que la evolución demográfica en la ciudad ha sido bastante irregular.

En 2010 el municipio marcó un récord con el censo más alto de su historia: 37.926, rozando así los ansiados 38.000 habitantes. Pero tras una década muy próspera en la que el padrón ganó del orden del 4.000 vecinos (desde el año 2000), comenzó la caída. La ciudad perdió población en 2011 y 2012. En 2013 experimentó un importante repunte de 120 vecinos (de 37.621 a 37.741), pero la alegría duró poco, ya que después vinieron tres ejercicios consecutivos de descensos hasta caer hasta las 37.283 personas empadronadas. Por tanto entre 2013 y 2016 el censo se desplomó en casi medio millar de ciudadanos. Ese 2016 supuso un punto de inflexión, pues Vilagarcía regresó a la senda del crecimiento poblacional con 37.479 habitantes en 2017 y 37.519 en 2018.

En 2019 el padrón disminuyó en casi medio centenar de vilagarcianos y en 2020 aumentó en 109. Pero llegó la pandemia de COVID y el censo ha sufrido un nuevo altibajo. Durante el año 2020 en la capital arousana se incrementó el número de vecinos procedentes de otros países (pasó de 1.466 extranjeros a 1.625 en doce meses), lo que minimizó la caída global del censo de habitantes.

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