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La suspensión de la Festa do Marisco dejará pérdidas millonarias en la hostelería y la pesca

Un grupo de comensales en una edición pasada de la Festa do Marisco de O Grove FdV

La suspensión de la Festa do Marisco de O Grove, anunciada ayer por el alcalde, José Cacabelos, ha caído como un jarro de agua fría sobre los principales sectores económicos de la localidad, la hostelería y la pesca, pues ambos se verán muy perjudicados por la cancelación del evento gastronómico. La suspensión de la fiesta dejará pérdidas millonarias en la comarca. “Era una semana de verano en pleno otoño”, afirman los hosteleros sobre la ingente afluencia de visitantes que recibe O Grove entre principios de octubre y el puente del Pilar.

La última Festa do Marisco que se celebró fue la de 2019. En ella, el Ayuntamiento gastó 972.000 euros (incluyendo los conciertos y exposiciones), e ingresó 735.000 por la venta de productos en la carpa gastronómica oficial. Todo ese dinero dejará de ingresarse en esta ocasión.

“La suspensión de la fiesta nos perjudica, porque cuando hay fiesta tenemos en la lonja una semana con precios como los de agosto en pleno otoño”

Antonio Otero - Patrón mayor de O Grove

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También se verán resentidas las cuentas de los pescadores, puesto que el Concello destina unos 400.000 euros a adquirir los productos en las lonjas gallegas, de los cuales unos 70.000 se quedan en la de O Grove. El patrón mayor de esta localidad, Antonio Otero, admite que, “la suspensión de la fiesta nos perjudica, porque cuando hay fiesta tenemos en la lonja una semana con precios como los de agosto en pleno otoño”.

También se resiente mucho el mercado laboral. Solo en la carpa gastronómica trabajaban cada año unas 80 personas, a las que hay que sumar todas las contrataciones que hacían los hoteles, restaurantes y hasta los barcos de pasaje. Sin fiesta, gran parte de este personal no será necesario.

“Quizás no se pueda hacer una Festa do Marisco al uso, pero eso no quita que no se puedan organizar unas jornadas gastronómicas en los restaurantes o unos conciertos"

José Benavides - Vicepresidente de Emgrobes

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Para evitar una pérdida dramática de ingresos, los empresarios de la hostelería solicitan al Ayuntamiento que se organice algo, por poco que sea. “Quizás no se pueda hacer una Festa do Marisco al uso, pero eso no quita que no se puedan organizar unas jornadas gastronómicas en los restaurantes o unos conciertos como se hicieron en Vilagarcía o Cambados”, afirma José Luis Benavides, vicepresidente de Empresarios Grovenses de Bens e Servicios (Emgrobes). “Los hoteles tienen reservas de grupos para octubre, perder eso sería gravísimo”.

Benavides solicita también un esfuerzo publicitario en esas fechas, para que los potenciales visitantes sepan que aunque no haya Festa do Marisco, encontrarán la hostelería abierta y podrán degustar en ella sus platos preferidos.

“El Concello no se puede permitir el lujo de adelantar 300.000 euros y después no poder recuperarlo”

José Cacabelos - Alcalde de O Grove

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José Cacabelos explicó que la situación sanitaria sigue siendo tan incierta y cambiante (ahora mismo O Grove es el único municipio de Galicia sometido a restricciones máximas), que sería muy arriesgado organizar la fiesta. Argumenta que solo echarlo todo a rodar tiene un coste fijo de 300.000 euros y que, “el Concello no se puede permitir el lujo de adelantar ese dinero y después no poder recuperarlo”. “No podemos arriesgarnos”.

Así las cosas, el coronavirus ha provocado por segundo año consecutivo la cancelación de la Festa do Marisco, al menos tal y como es popularmente conocida. Ya no se celebró en 2020.

“Quizás tampoco se debió haber hecho la fiesta del Carmen, y quizás se debieron controlar mejor los botellones que había hasta las ocho de la mañana”

José Benavides - Vicepresidente de Emgrobes

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Este año los municipios arousanos sí están apostando por la recuperación de las fiestas, pero en formatos muy distintos a los tradicionales. En Cambados se hizo la Festa do Albariño, pero la programación se redujo a cinco conciertos con público sentado y la cata concurso del albariño, pues se canceló la venta de vino en las casetas de A Calzada; en Vilagarcía, se celebró Santa Rita y estos días se está haciendo lo propio con San Roque, pero la programación también es de mínimos, con conciertos, espectáculos de circo y poco más. Se cayeron del calendario tanto la Festa da Auga como el Combate Naval.

Comparación con Sanxenxo

José Luis González Benavides cree que el Ayuntamiento, “pudo esperar un poco más” a tomar una decisión sobre la fiesta, con la esperanza de que la situación mejorase. En todo caso, y con los números actuales de contagios, Benavides asume que, “es correcto que no se haga una Festa do Marisco al uso”. Eso sí, también se queja de que el Concello pudo hacer más por evitar la gran extensión de contagios que se produjo en las últimas semanas. “Quizás tampoco se debió haber hecho la fiesta del Carmen, y quizás se debieron controlar mejor los botellones que había hasta las ocho de la mañana”.

Benavides también critica a la Xunta, pues está convencido de que, “O Grove está sufriendo un trato discriminatorio con respecto a Sanxenxo”. “Estamos recibiendo un trato injusto. Los ciudadanos no tenemos por qué pagar las rencillas entre partidos políticos”.

Antonio Otero, por su parte, afirma que no le cogió por sorpresa la cancelación del evento, y añade que, “desde la Cofradía vamos a apoyar al Concello tome la decisión que tome, porque seguro que buscan lo mejor posible”.

El Concello no se arriesga a perder 300.000 euros

El alcalde, José Cacabelos, explica que la intención inicial del Ayuntamiento era celebrar la fiesta. En primavera, las perspectivas eran buenas. La vacunación avanzaba a velocidad de crucero, y el número de casos activos de COVID estaba descendiendo día tras día. Pero después de San Juan y el final de las clases, todo se truncó. Llegó la quinta ola, y O Grove fue una de las localidad más afectadas, hasta el extremo de que en estos momentos está en restricciones máximas.

Cacabelos argumenta que esperaron hasta última hora a tomar una decisión sobre la fiesta, con la esperanza de que la situación sanitaria mejorase, pero no sucedió. “No avanzamos, estamos estancados, y no creemos que la situación vaya a mejorar mucho en el mes y medio que faltaría para el comienzo de la fiesta”, pues estaba previsto que se celebrase entre el 30 de septiembre y el 12 de octubre.

El alcalde de O Grove sostiene que para celebrar una fiesta como la del Marisco, “necesitaríamos un nivel de normalidad, de seguridad muy altos”. Y es que señala que los gastos fijos de montar toda la infraestructura son tan elevados (unos 300.000 euros), que la fiesta sería inviable económicamente con menos del 75 por ciento del aforo de la carpa, que tiene capacidad para 6.000 personas.

“A poco más de un mes del inicio de la fiesta, las medidas de restricciones actuales son imposibles de gestionar en un evento como es la Festa do Marisco. Celebrarla hoy supondría controlar los aforos (que en la carpa no podría superar el 30 por ciento), evitar las colas, que los comensales estuviesen todos sentados e instaurar el servicio de mesa”, razona.

Los gastos, en consecuencia, se dispararían, pero al mismo tiempo los ingresos disminuirían, con el consiguiente agujero contable para las arcas municipales. Un dinero que además aportaría en exclusiva el Concello. “Pedimos una ayuda a la Xunta de Galicia, pero no obtuvimos respuesta, a pesar de que la Xunta sí está apoyando económicamente otras fiestas y eventos”, concluyó.

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