La VI edición de las jornadas sobre arte contemporáneo que organiza la Fundación Manolo Paz homenajearon ayer a una de las figuras más importantes de la arquitectura en Galicia, e incluso, en España: Manolo Gallego Jorreto. Celebradas en un espacio paradisíaco y ante un centenar de personas, el arquitecto de O Carballiño recogió la pequeña escultura elaborada por su amigo visiblemente emocionado, tanto por el reconocimiento como por las palabras que le dedicaron las personas que pasaron por el atril y por el aplauso que le dedicaron los allí presentes, entre los que se encontraba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

Público participante en las jornadas de la Fundación. Noé Parga

Manolo Paz explicó los motivos por los que este premio era para el arquitecto de O Carballiño, unos motivos basados en “una forma de aportar a la arquitectura fusionándola con el paisaje gallego”. El gesto fue agradecido por el arquitecto que reconoció que “me gusta mezclar arte y naturaleza porque este es el cerne de la cultura gallega”. Gallego parafraseó a Álvaro Cunqueiro, del que recordó la frase “la naturaleza es un puzzle de pequeñas cosas engarzadas, todo está relacionado y yo soy uno de esos puntos; esta frase me hizo pensar bastante y darme cuenta de que nosotros tenemos el paisaje en el interior, tan solo hay que buscarlo”.

El presidente de la Xunta cerró la intervención reclamando las figuras de escultor y arquitecto como dos grandes activos que “tenemos en este país, Galicia”, ensalzando tanto a los deportistas olímpicos -llegaba de un acto con ellos en Pontevedra- como a la creatividad artística que muestra la comunidad autónoma. El presidente destacó el vínculo de Cambados con la escultura, ya que en la villa del albariño han nacido varios de los mejores escultores de Galicia. Tampoco se olvidó de la figura de Gallego, recordando que el vive en una casa construida por el “una casa que, cuando me levanto y cuando me acuesto, veo la Catedral de Santiago y me hace ser consciente de los motivos por los que estoy aquí; Gallego ha impulsado una arquitectura que siente Galicia y que la transforma en lugares que se pueden habitar, un urbanismo pensado para la gente y no para la cuenta corriente”.

Feijóo felicita a Manolo Gallego por el reconocimiento de ayer Noé Parga

Enclavado en un lugar paradisíaco

Manolo Gallego es uno de los arquitectos más prolíficos de Galicia, con obras destacadas en casi todas las grandes ciudades, pero también es el padre de transformaciones urbanas que han cambiado la cara de pequeños pueblos sin modificar su esencia. Es el caso del trabajo que ha realizado en A Illa, donde diseñó toda la zona administrativa que va desde el peirao de pau hasta el de O Naval. En ese espacio se ha construido la casa consistorial o el auditorio municipal, sendos recuerdos al pasado conservero que tuvo A Illa de Arousa en su momento. Gallego también se encargó del proceso de musealización de la antigua fábrica de Goday y de la rehabilitación de las casas modernistas, otro vestigio importante del poder que tuvieron las conserveras en el municipio. El pequeño municipio isleño siempre estará presente en el corazón del arquitecto de O Carballiño. En ese lugar, en concreto en las inmediaciones de Espiñeiro fue donde diseñó una de sus primeras edificaciones, una casa reconocida como una obra espectacular que se fusionaba con el paisaje. Una de las grandes obras que ha diseñado ha sido la casa de Monte Pío, la residencia del presidente de la Xunta, un lugar que recordaba ayer el propio Feijóo, ensalzando la posibilidad de contemplar la Catedral de Santiago desde ese lugar. También ayer destacaban la construcción de la lonja de Lira, un edificio que se integra en el paisaje de otro lugar emblemático de Galicia, el Monte Pindo. Gallego acumula multitud de premios por esa dilatada carrera, entre ellos, dos premios Nacional de Arquitectura y una Medalla Castelao.

Un legado repartido por toda Galicia

Uno de los grandes atractivos con los que cuenta la Fundación Manolo Paz es el lugar paradisíaco en el que se encuentra instalada. Se trata de una finca impecablemente cuidada en la que se pueden contemplar algunas de las obras más significativas del autor cambadés. Pero su valor no solo es artístico, sino que esas obras se complementan con el paisaje que ocupan y que permite observar la desembocadura del Umia y todo el espacio de la ría hasta A Illa de Arousa. Esa fusión entre arte y paisaje es lo más llama la atención al visitante de la Fundación. La obra de Manolo Paz es internacional y ampliamente reconocida fuera de Cambados. Desde el pasado mes de febrero, la galería de Madrid Max Estrella se ha sumado a la reivindicación de la obra del escultor, destacando que, desde sus inicios en los años 80, siempre se ha posicionado al margen de modas con el objetivo de transformar la materia inerte en una obra de arte. A lo largo de todas estas décadas, Paz no ha cejado en su empeño, abordando proyectos de gran magnitud desde su Galicia natal a Europa y Estados Unidos.