La campaña Balaenatur, que se desarrolla por segundo año consecutivo en las Rías Baixas, a instancias de la Fundación Biodiversidad –del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico–, sigue ofreciendo resultados vitales para un mejor conocimiento de las especies marinas y su nivel de afectación frente al cambio climático.

Se lleva a cabo por mediación del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI) y se centra en los rorcuales; muy especialmente en el animal más grande del planeta, la ballena azul, de un tiempo es esta parte visitante habitual del estío gallego.

Aunque también presta atención a los delfines comunes y mulares (arroaces), las nutrias, las aves marinas y las tortugas.

Respecto a estas últimas, puede decirse que las expediciones más recientes del equipo científico que dirige Bruno Díaz, que zarpan siempre desde O Grove, permitieron descubrir en aguas de las Rías Baixas un ejemplar de esas portentosas tortugas conocidas como laúd, tinglar, baula o tortuga de cuero (Dermochelys coriacea).

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El estudio de los delfines en las Rías Baixas Manuel Méndez

1.200 metros de profundidad

En el BDRI, donde explican que nadaba al lado de un no menos llamativo grupo de calderones grises –una especie también conocida como delfín gris o delfín de Risso–, detallan que este individuo adulto se encontraba en las proximidades del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia.

Motivo por el cual, abundando en su labor didáctica, y tratando de concienciar a la población sobre la necesidad de preservar el medio marino y a las especies que lo habitan, el BDRI aprovecha para resaltar que “las tortugas laúd se sumergen a más de 1.200 metros de profundidad y pueden permanecer bajo el agua hasta 85 minutos”.

Uno de los calderones grises. BDRI

Una tonelada de peso

La especie de tortuga más grande del planeta –puede superar los dos metros de longitud y alcanzar cerca de una tonelada de peso–, también es “la que ostenta la mayor distribución migratoria de todos los reptiles, viéndose sometida en la actualidad a una importante presión que amenaza su supervivencia y reproducción. 

Se trata, en consecuencia, de “un fantástico avistamiento de una tortuga laúd en aguas gallegas” –es frecuente en los mares tropicales o subtropicales–, tal y como recalcan en el BDRI, sin perder de vista el también importante avistamiento de los calderones grises (Grampus griseus).

Este es un delfín de hasta 3,5 metros de longitud y 350 kilos de peso que se reconoce por su cabeza globosa y las abundantes marcas alargadas de color blanco que tiene en su cuerpo, la cuales, si buen pueden confundirse con cicatrices, ya se encuentran presentes en los recién nacidos.