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Terrazas llenas e interiores vacíos tras el cambio en las restricciones hosteleras en O Salnés

Interiores casi vacíos y terrazas con bastante afluencia en la primera jornada de las nuevas restricciones en O Salnés. Noé Parga

Terrazas con el aforo permitido casi al completo e interiores totalmente vacíos. Esa ha sido la escena que se ha vivido prácticamente en todos los locales de hostelería de O Salnés, desde Vilagarcía hasta O Grove sin excepción.

Con las condiciones meteorológicas favorables a permanecer en la terraza, los clientes han optado por aquello que inspira mayor seguridad, el aire libre. A primera hora de la mañana esa era la imagen en las terrazas de Vilanova, donde había un cierto ambiente, mientras los interiores permanecían vacíos pese a que “tenemos todos los medios para evitar contagios, desde la separación de las mesas hasta medidores de dióxido de carbono y ventilación constante, pero la mayor parte de los clientes que han pasado por aquí han preferido el exterior”, explicaba ayer el propietario del Pé de Cuba, Diego Nogueira. En ese municipio está permitido la ocupación interior del local al 50% de su capacidad.

Una situación similar se han encontrado establecimientos de Cambados como la Taberna de Triana, donde para comer “no tuvimos una sola mesa en el interior, toda optó por consumir en la terraza; creo que no será hasta dentro de unos días cuando los clientes comiencen a perder ese miedo que se ha instalado en la gente a permanecer en interiores”, una situación en la que coincide con su homólogo del Brother’s. El municipio cambadés permanece al 30% de su capacidad en el interior y al 50% en terraza.

Los propietarios de varios establecimientos recurrirán a una declaración responsable de sus clientes para evitar pedirles el certificado de vacunación

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Richar Santamarina, presidente de Ahituvi, coincide en la percepción de sus homólogos sobre esta primera jornada en la que “no tuvimos ninguna mesa en el interior, todos apostaron por la terraza visto que las condiciones meteorológicas acompañaban, especialmente por la tarde”. El vilagarciano reconoce que “a la gente todavía le da repelús estar en el interior de los locales, pero en la práctica totalidad tiene instalados medidores de dióxido de carbono, filtros y todo tipo de medidas para evitar un contagio, creo que en ese aspecto estamos mostrando una responsabilidad y una madurez impresionante”. Además, existen datos de la Mancomunidade de O Salnés que avalan la seguridad en el interior de los establecimientos.

Santamarina apuntaba ayer también a otra circunstancia que preocupa a los hosteleros, la de hacerse cargo de reclamar a sus clientes una PCR negativa o una certificación de vacunación. “Nosotros se lo estamos diciendo a la gente, que tiene que traer ese documento, pero no se la vamos a solicitar porque no sabemos si puede ser verdadera o falsa y, sobre todo, porque no tenemos la capacidad jurídica para hacerlo”, explica. Además, también se pregunta porque los hosteleros deben hacerlo y no otros sectores como “los supermercados, donde también entra la gente a interiores”.

Al igual que otros hosteleros de la ciudad, Santamarina está preparando una declaración responsable para los clientes conforme ellos se comprometen a tener esos documentos y pedírselos “será cuestión de la administración o de la Policía, que son los que tienen competencias para ello”. El vilagarciano pone un ejemplo muy claro: “si le preguntamos a una persona si tiene el certificado o la PCR, nos responde que sí y se niega a enseñártelo ¿Qué podemos hacer los hosteleros? Nada, tendrá que ser la autoridad la que los pida y nosotros, para no entrar en esos conflictos, solo podemos apelar a la responsabilidad del cliente”.

Lo que tiene claro Santamarina es que “no podemos ser uno de los sectores más castigados por la pandemia los que ejerzamos de policías y de rastreadores, bastante tenemos con adecuar nuestros establecimientos a las normativas sanitarias, algo que estamos haciendo todos pese al castigo al que se nos ha sometido”.

Confinamiento Fátima Abal

Mientras los hosteleros tratan de remontar un verano que apunta a perdido por las restricciones, la pandemia y los contagios continúan al alza en la comarca de O Salnés, llegando incluso a poner en riesgo la salud de los alcaldes.

Si la pasada semana el confinado era el de O Grove, José Antonio Cacabelos, desde ayer se encuentra encerrada en su casa la de Cambados, Fátima Abal, tras un contacto con un positivo. La propia regidora de la villa del albariño lo explicaba ayer en su página de Facebook. Todo arranca el pasado lunes, cuando compartió espacio con un apersona y sus dos hijos. Al día siguiente, esta persona la llamó advirtiéndole de que un familiar había dado positivo y que había tenido contacto con él. A pesar de haber sido un contacto directo, la mujer todavía no había sido contactada por los rastreadores a día de ayer, pero decidió comunicarle a la alcaldesa que comenzaba a sentir unos síntomas muy semejantes a los del COVID. Esa circunstancia ha llevado a la alcaldesa a confinarse a la espera de poder hacer una PCR ya que, al haber sido vacunada, puede dar un falso positivo en la de antígenos de las farmacias. La regidora censura la tardanza que se está registrando a la hora de rastrear posibles positivos y apunta a que “si esto es así, no me extraña que nos encontremos con casi 200 positivos en el Concello”.

Los positivos continúan al alza en la comarca


La comarca de O Salnés sigue sin conseguir ralentizar el avance de la quinta ola de la pandemia ya que los casos siguen creciendo en todos los municipios, a excepción de Meis y A Illa, donde se registraron más altas que contagios. Según los datos facilitados ayer por el Sergas, el área sanitaria Pontevedra O Salnés mantiene 33 pacientes COVID ingresados en planta de hospitalización, 25 en el Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra, cuatro en el Miguel Domínguez y otros cuatro en el Hospital de O Salnés. A ellos hay que sumar cuatro pacientes en la UCI de Montecelo. Además, permanecen 2.748 casos COVID evolucionando en domicilio, lo que hace un total de 2.785 casos. El municipio que continúa liderando este ranking tan negativo es el más turístico de Galicia, Sanxenxo, donde había registrados a día de ayer 372 casos COVID, es decir, 2.136 casos por cada 100.000 habitantes. Por encima del millar de casos de incidencia continúan Cambados (194), O Grove (147) y Meaño (67), tres municipios que se encuentran en el nivel máximo de restricciones. Vilagarcía también mantiene unos números muy altos, con 270 infectados y una incidencia por cada 100.000 habitantes de 718 casos. Vilanova de Arousa, con 89 casos y Ribadumia, con 39, mantienen una tendencia al alza. El Sergas continúa con la realización de cribados voluntarios en diferentes puntos de la comarca. El último fue el que se llevó a cabo el viernes en el pabellón cambadés de San Tomé en el que participaron 884 jóvenes de entre 18 y 35 años, detectándose cuatro positivos.

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