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Ravella quiere calles exclusivas para peatones, sin bicis y sin furgones de reparto

Una furgoneta de reparto estacionada sobre la plaza de Galicia, a pesar de tener dos zonas de carga y descarga a escasos metros, donde sí están aparcados los camiones. M. Méndez

El Gobierno de Vilagarcía quiere poner freno a la invasión de zonas peatonales que se produce en el centro de la ciudad, la cual, como denuncia FARO DE VIGO desde hace semanas, tiene como principales protagonistas a los conductores de todo tipo de empresas de reparto que se saltan a la torera los horarios y zonas establecidos para carga y descarga.

Dos auxiliares de policía vigilando en Arzobispo Lago y Praza de Galicia. M. Méndez

Para poner coto a tales acciones, con las que se pone en peligro la integridad de los ciudadanos y se causan daños en jardines y elementos del mobiliario urbano, no solo se ha intensificado la presencia policial, con el consiguiente aumento de sanciones; nada menos que 26 en la última semana.

Además de esto el ejecutivo local y los técnicos del Concello diseñan una ambiciosa reestructuración o reorganización viaria que dará pie a la implantación de zonas exclusivas para peatones.

¿Qué quiere decir esto? Pues que habrá calles y plazas peatonales como las de ahora. Pero a diferencia de éstas, no se permitirá el paso de vehículos por ellas en ningún momento del día, ni siquiera para carga y descarga.

Las señales que indican las limitaciones en Arzobispo Lago, que no siempre se cumplen. M.M.

Y no solo eso, sino que también serán calles y plazas libres de bicicletas, patinetes y cualquier otro artefacto que pueda poner en peligro al integridad de las personas, muy especialmente en el caso de niños y ciudadanos de avanzada edad.

Se trata, en definitiva, de trazar zonas realmente peatonales que resulten tan confortables como seguras para los viandantes.

Pero que los ciclistas no se alarmen, ya que, pensando en ellos, se está actualizando la ordenanza de circulación, tratando de adaptarla a la nueva realidad de una ciudad como la vilagarciana, cada vez más peatonalizada y humanizada.

Una ciudad, dicho sea de paso, “en la que cada vez disfrutamos de más zonas peatonales y donde seguimos habilitando ciclovías”, espetan en el gobierno que dirige el socialista Alberto Varela.

Vehículos estacionados en la plaza de Galicia, que es peatonal. M. Méndez

En este sentido, reiteran en el ejecutivo su firme apuesta por la “movilidad alternativa y sostenible”, lo cual pasa por el establecimiento de medidas de apoyo a los ciclistas que se complementen con las acciones aludidas al principio en cuanto a protección de peatones.

Cámaras con lector de matrículas y gestión en tiempo real de aparcamientos y tráfico

Para controlar la situación en las zonas peatonales de la ciudad que se ven invadidas por los vehículos de empresas de mensajería, limpieza y similares, el gobierno de Alberto Varela defiende el papel de la Policía Local y el establecimiento de zonas exclusivas para los viandantes, en las que ni siquiera las bicicletas tengan acceso.

Una patrulla de la Policía Local en la Praza de Galicia.

Una patrulla de la Policía Local en la Praza de Galicia. M. Méndez

Una plataforma para gestionar en tiempo real el tráfico de las zonas peatonales

Pero hay otros mecanismos de control que parecen ilusionar al ejecutivo, tales como la contratación de una plataforma “que permitirá gestionar en tiempo real el tráfico en las zonas peatonales, los aparcamientos disuasorios, los estacionamientos de bicicletas” y todo tipo de aspectos relacionados con la ordenación viaria de la ciudad.

La flexibilidad también tiene límites

Cierto es que en Ravella quieren ser flexibles con los repartidores que tienen que trabajar y ajustarse a un margen de veinte minutos para realizar sus operaciones de carga y descarga, siempre de 7.00 a 11.00 y de 15.00 a 18.00 horas.

Pero también lo es que todo tiene un límite, incluidas esa flexibilidad y comprensión de las que trata de hacer gala el ejecutivo local.

Máxime cuando algunos automovilistas abusan de las facilidades que se les brindan y se saltan ampliamente esos horarios, o ni siquiera se preocupan lo más mínimo por tratar de respetarlos.

Al igual que hay conductores –tanto repartidores profesionales y conductores de todo tipo de empresas como particulares– que transitan por calles como Rey Daviña, Castelao y Conde Vallellano, o por plazas como las de Galicia, España e Independencia, por simple comodidad, para no aparcar en las zonas habilitadas para ello, para evitar atascos e incluso para atajar entre un extremo y otro de la ciudad.

Cuatro vehículos de reparto de una empresa de mensajería, estacionados en zona peatonal. M. Méndez

Al margen de esta herramienta, aún en fase de estudio, Ravella parece confiar plenamente en el sistema de cámaras con lector de matrículas adquirido recientemente para mejorar el control de infracciones de tráfico. Y es que, entre otras muchas funciones, ese instrumento servirá para “agilizar la comprobación del cumplimiento de las normas de acceso a las zonas peatonales”.

Es decir, para que en todo momento –de acuerdo con los horarios y demás restricciones establecidos en la normativa en vigor– únicamente accedan a esos espacios protegidos para el viandante aquellos que estén autorizados, tales como los vecinos domiciliados, los profesionales del transporte y los servicios públicos.

La policía hace lo posible

En el Concello de Vilagarcía buscan fórmulas alternativas para regular la circulación rodada, hacer cumplir las normativas en vigor y lograr que el trabajo de unos –los repartidores– no perjudique el bienestar de otros, los peatones. Pero eso sí, dejando claro que la Policía Local hace todo lo posible para controlar la situación, aunque no resulte sencillo, dado que la superficie de las zonas peatonales es cada vez mayor en la ciudad y el número de agentes disponibles no es siempre suficiente.

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