La parroquia meañesa de Simes pone en valor el Mirador da Barreira con la colocación de un letrero de grandes dimensiones que se convertirá en emblema de la localidad, y que responde a una iniciativa con sello cien por cien vecinal.
El sábado, aprovechando la estampa del anochecer sobre el valle, se inauguraba un cartel donde reza “Simes”, concebido en hierro pintado y con dimensiones de 5 metros de largo por 2 de alto, pero que ofrece una doble estampa: un “Simes” que fue afirmado sobre una estructura hormigonada y que se contempla a la llegada al mirador; y el otro “Simes” gemelo –tirando del negativo de la pátina–, que fue atornillado en el muro que sostiene el mirador, y que se puede contemplar desde el valle. Para potenciar su efecto, este último, es iluminado por la noche para lucir desde la parroquia, valiéndose de unas pequeñas placas fotovoltaicas.
Instalado en el Mirador da Barreira, las letras tienen unas dimensiones de 5 metros de largo por 2 de alto | La Comisión de Fiestas contó con el apoyo de empresas locales
Esta original iniciativa partía en su día de la Comisión de Fiestas de Simes, pero optó por involucrar al resto de los colectivos de la localidad: Asociación de Vecinos, Asociación de Montes, y los colectivos parroquiales de A Candelaria, Hijas de María y O Corazón de Jesús, que hicieron causa común. “Quisimos que este fuera un proyecto, no de unos pocos, sino de todos los vecinos, y todos se han involucrado de forma admirable” explica Jorge Besada, presidente de la Comisión de Fiestas. “Ha sido un año aciago -agrega- sin poder celebrar fiestas en Simes, y nosotros que siempre habíamos visitando en estos años tantas casas, que se vinieron portando además de forma fabulosa con sus aportaciones, estimamos que había llegado el momento de corresponder y devolverle a los vecinos ese cariño”.
Quisimos que este fuera un proyecto, no de unos pocos, sino de todos los vecinos, y todos se han involucrado de forma admirable
El coste de este doble letrero ronda los 1.500 euros, cuantía que afrontan en conjunto los diversos colectivos, pero que solo pudo hacerse módica con el trabajo altruista de los promotores y la suma de empresas locales. Jorge Besada explica el secreto: “todas las empresas que han tenido que ver con esto son meañesas. Y añadido -agrega- está nuestro trabajo material, en que los vecinos nos hemos juntado para trabajar de forma altruista: echar la base de hormigón, poner el andamiaje para atornillar en letrero cara al valle, luego colocar las letras arriba en la base… Fue un trabajo colectivo, como se hacía antes en las parroquias”.
Ante la situación COVID la organización optó para una inauguración prudente. “Barajábamos invitar a toda la parroquia a subir –explica Jorge Besada– haciendo un registro por la situación y poder compartir un ágape arriba, pero tal y como se está disparando el virus optamos por la prudencia y contar solo con una delegación en representación de cada uno de los seis colectivos involucrados”.
