De la cima a la desaparición, del cielo al infierno y en poco más de un mes. El sénior masculino del Asmubal Meaño que venía de lograr el histórico ascenso a Primera Nacional se inmola. Y lo hace de tal manera que el equipo no partirá la próxima temporada en competición alguna, ni nacional ni autonómica.

El divorcio entre Garrido y directiva fue trasladándose a los pesos pesados de la plantilla, vinculando en parte su continuidad a la del técnico. Tras el ascenso, el divorcio creció como un reguero de pólvora. Víctor Garrido planteó una oferta económica y deportiva, que al final aceptó el club, pero para entonces el entrenador alegó que llegaba ya tarde toda vez que había cerrado su acuerdo con el Reconquista vigués. Por otra parte la directiva lamentaba en esos días la puesta en marcha de una operación salida, que se temía hacía un tiempo, aspecto éste que negaban los pesos pesados de la plantilla, mientras urgían el nombre del nuevo técnico, el de Pazos, que llegaba a finales de junio.

Víctor Garrido planteó una oferta económica y deportiva, que al final aceptó el club, pero para entonces el entrenador alegó que llegaba ya tarde

Pero para entonces los pesos pesados confirmaban su adiós. Aunque se intentó, el club se encontró con no poder reunir plantilla suficiente, ni calidad, para partir en categoría nacional, lo que motivó su comunicación de renuncia a la Federación Española. Pero a mayores, ese hecho conllevaba una sanción que, a la postre, y desde la Federación Gallega relegaba al sénior masculino meañés a partir de nuevo desde cero, esto es, salir en la temporada 2021-22 en Segunda Autonómica. Y ante esa opción, el boquete que había quedado abierto en la plantilla, creció para hundir definitivamente el barco, sin jugadores dispuestos a salir en el furgón de cola.

El sector de ascenso se jugó en vano. La plantilla, del ascenso, a la postre, será recordada también como la de la inmolación

En todo este horizonte pesó la trayectoria meteórica del Asmubal, que en dos temporadas consecutivas conseguía sendos ascensos, para el debut histórico en nacional. En una disciplina donde los jugadores son escasos, los mejores se convierten en bien preciado. Así las cosas una entidad humilde como el Asmubal se convertía en víctima propiciatoria para que otros clubs más poderosos en lo económico echaran sus redes sobre feudo meañés. De esta forma el sector de ascenso se jugó en vano. La plantilla, del ascenso, a la postre, será recordada también como la de la inmolación, haciendo bueno el refranero: “Para este camino no hacían falta estas alforjas”.