Después de un buen tiempo de crispación política y enfrentamientos dentro y fuera de su partido, Alberto García García volvió ayer a sonreír. Lo hizo cuando inauguró la oficina de Correos que él mismo se encargó de gestionar.
“Estrenamos un servicio que no teníamos cuando en otros pueblos y ciudades este tipo de oficinas tienden a desaparecer”, presumía el alcalde de Catoira.
Lo hacía mientras dejaba constancia de que “es una muy buena noticia para el conjunto de los vecinos de nuestro pueblo y de municipios cercanos, ya que también dará servicio a los de Bamio (Vilagarcía), Isorna (Rianxo) y lugares como Vilarello y Cordeiro”, en Valga.
Precisamente este municipio podría haber sido uno de los interesados en conseguir esta oficina, ya que depende del servicio postal que se le presta desde Pontecesures.
Pero finalmente parece que fue García quien se llevó el gato al agua, de ahí su satisfacción cuando ayer, en compañía del único concejal leal que le queda, estrenaba esta sede postal instalada en un edificio municipal.
Una oficina “que es una de las siete abiertas en España, ya que junto a la nuestra están dos en Navarra y otras en Cantabria, Málaga, Almería y Sevilla”, explicaba el propio García antes de resaltar que “también se consigue una ampliación de horarios, ya que si antes se prestaba el servicio de 9.15 a 11.00 horas, desde ahora se hará de 10.30 a 14.00 horas”.
Un empleado se ocupará de prestar atención al público en el inmueble, mientras que el reparto puerta a puerta se ve reforzado con otro trabajador más.
