Aunque no son del agrado de todos, ya que hay vendedores que consideran que “se evita que pase la luz, por lo que esto parece un zulo” –declaran–, el Concello de Vilagarcía instaló ayer nuevos parasoles en las ventanas de la plaza de abastos.

Lo hizo, precisamente, a petición de algunos de los concesionarios, que de este modo quieren protegerse y preservar los productos que tienen a la venta. Los operarios colocaron las “cortinas” –papel pegado al cristal– en las ventanas de la parte contraria al río, para beneficiar así a puestos de venta de bacalao salado, pescados y mariscos.