Más de un año de miedos, confinamientos, mascarillas y todo tipo de restricciones dejan huella. Y eso se nota ahora que el número de vacunaciones sigue en aumento, que la pandemia parece afectar menos que antes y que, poco a poco, la nueva normalidad está aquí.
Pero sobre todo se nota que ha llegado el verano, por mucha tormenta que se avecine estos días. De ahí que los arousanos y los muchos turistas que ya están en esta comarca aprovechen al máximo jornadas tan calurosas y/o asfixiantes como la de ayer para tomar las playas.
Da igual que tengan Bandera Azul o que carezcan de ella, que sean de río, estén bañadas por el atlántico o se resguarden en la ría de Arousa. Lo difícil ayer era encontrar una zona de baño en la que no hubiera gente.
Con el mercurio superando de nuevo los treinta grados centígrados los arousanos no se lo pensaron dos veces e invadieron sus arenales, al igual que las terrazas de los bares, los restaurantes y, sobre todo, los chiringuitos.
A Lanzada (O Grove), con una estampa que solo puede tacharse de espectacular, volvió a demostrar por qué es “la madre de todas las playas”.
Pero igual de llamativa era la imagen que ofrecían O Bao, Campanario, Compostela, Area Grande, Area da Cruz, Raeiros, As Pipas, As Sinas, O Terrón y tantas otras zonas de baño arousanas.