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La conexión de Dena con la Autovía do Salnés parada por la finca de un vecino y un transformador

Vial que deberá comunicar la zona de Abuín en Dena con la Autovía do Salnés.

La obra de ampliación del vial de Abuín en Dena, para comunicar la localidad con la Autovía de O Salnés a través del parque empresarial de Sanxenxo, aún no ha arrancado seis meses después de haber sido adjudicada a la firma Construcción Enrique C. Casas. Se trata de la ampliación del primer tramo del vial, con una longitud de 512 metros y que supondrá la inversión de 233.765 euros, cifra en la que se adjudicó el contrato, rebajando en 16.921 euros el presupuesto técnico de partida, y que superaba la oferta de las otras seis firmas presentadas a concurso.

El proyecto, financiado íntegramente por la Diputación, tendría un plazo de ejecución que será de cuatro meses que se contabilizará a partir de la formalización del contrato. A finales de noviembre el regidor reconocía que la obra del vial no arrancaría “antes de mediados del mes de enero”, si bien, en la práctica, la obra se viene dilatando en el tiempo.

Pendiente de la vendimia

El gobierno local, a través del edil de obras, admitía que el arranque está pendiente de unas modificaciones puntuales que se están valorando con la empresa. Una vez que se salve el escollo se prevé que eche a rodar, si bien en algunos tramos puede aplazarse en espera de que los propietarios de viñedos afectados puedan recoger la uva en vendimia de esta campaña.

Entre ellos, dos escollos a dirimir. Uno, el tramo condicionado por un transformador eléctrico construido en la primavera 2019 a pie de vial, cuando el concello barajaba la ampliación del mismo, y sobre el que está pendiente una resolución municipal en respuesta a la reclamación de Gas Natural para declarar la parte afectada por la invasión de las puertas al abrir, como de interés público. Y otro el surgido a la altura del número 5 de Abuín donde propietario y Ayuntamiento discrepan sobre el espacio a ocupar.

El vial corta por la mitad una finca

En este enclave, el afectado, que dispone de dos terrenos enfrente, dispuestos a ambos lados del vial, argumenta -siempre según su versión-, que “el acuerdo con el Concello era ocupar 2,5 metros de terreno a cada lado, cediendo esas franjas, como el resto de los afectados, sin compensación económica alguna”. De obrar así, se contribuiría a poder eliminar una pequeña curva del trazado en ese punto, favoreciendo a los vehículos una salida más segura desde un vial transversal que sube desde la parte baja de Abuín y que desemboca en esta principal que se va a ampliar.

Sin embargo, cuando la empresa procedió a estacar hace meses el terreno a ocupar, en ese punto se cargaba los cinco metros de ancho en una sola orilla, a lo que se mostraba contrario el propietario. “Los operarios de la empresa –apunta– nos dijeron que era lo indicado, que ellos cumplían con lo que les dijeran, y cuando se personaron aquí el alcalde más un edil nos dijeron que no podía ser lo acordado, porque salía más caro retranquear este murete de pastas” (señala en relación a la orilla de la finca asiento de la vivienda).

“Me siento atropellado –lamenta el propietario–, y como el Concello no atendía las razones sobre la propiedad, acudí a Aspérez” (en relación al líder de la oposición) para visibilizar la situación.

Interpelado por este punto, el regidor evitó pronunciarse, pero sí lo hizo el edil de obras Ramón Tilve, quien discrepa de la versión del propietario y aclara la posición del concello: “Este punto –afirma– es precisamente del que estamos pendientes de volver a valorar, en aras a llegar a un acuerdo entre las partes”. “Son algunos contratiempos como este –agrega– los que están retrasando un poco la ejecución del proyecto, pero confiamos reconducirlo en breve entre las partes”.

La actual carretera tiene un ancho de apenas cuatro metros

El actual vial aglomerado cuenta con una anchura de tan solo cuatro metros, que dificulta la circulación en ambos sentidos. El objetivo es convertirlo en una carretera interior de ocho metros de ancho, con las pluviales canalizadas por cunetas de hormigón en los márgenes.

La obra incluye muros de mampostería para sustentar los taludes y el cierre del linde de las fincas con el vial, disponiendo para ello un muro de 0,50 metros de altura, construido de perpiaño con postes de piedra intercalados cada 3 metros. Además en una zona de viviendas el vial ampliará su anchura a los diez metros, cargando la misma hacia el lado contrario a las casas. En ese tramo se pretende construir una acera por uno de los márgenes para facilitar el tránsito de peatones.

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