Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los estragos de la ultraderecha en adolescentes de Vilagarcía

Los hechos denunciados ocurrieron en Rivero de Aguilar. Noé Parga

La agresión homófoba que denunció el fin de semana en comisaría un menor de Vilagarcía ha sido condenada por varios colectivos. Al comunicado de Avante LGTB+ se suman las declaraciones de la asociación feminista O Soño de Lilith y de la agrupación juvenil política Galiza Nova, así como del propio BNG comarcal, que manifiestan su más enérgica repulsa hacia este tipo de ataques. No obstante, no les ha causado sorpresa, pues advierten de un repunte de homofobia, racismo y machismo en niños y adolescentes desde que la ultraderecha consiguió representación en la instituciones públicas.

"Yo doy charlas en colegios e institutos y antes el 90% de la clase se consideraba feminista y ahora hay alumnos que llegan con datos que son mentira, como las denuncias por violencia de género falsas"

Daisy Alcalde - Asociación O Soño de Lilith

decoration

Daisy Alcalde, de O Soño de Lilith, lo tiene claro: “Lo venimos notando desde hace un par de años y estamos muy preocupadas. Yo doy charlas en colegios e institutos y antes el 90% de la clase se consideraba feminista y ahora hay alumnos que llegan con datos que son mentira, como las denuncias falsas".

Desde edades tempranas

Apunta que a esas edades tan tempranas los chavales todavía no tienen la formación y capacidad necesarias para cuestionar la información que reciben. “Tampoco la perspectiva ni las vivencias”, añade. “Siempre hubo LGTBIfobia pero se ocultaba y ahora hay un respaldo institucional. No es que hayamos retrocedido, sino que de esa caverna escondida sale ahora odio y fascismo, y aún por encima lo tenemos que respetar porque supuestamente es libertad de expresión”, se indigna la vilagarciana, quien lamenta que las agresiones verbales entre los adolescentes “están al orden del día”, como por ejemplo “maricón”.

Hacerlo público

Lo que ha sorprendido a Daisy Alcalde es que el menor presuntamente agredido en Vilagarcía el sábado tras confesar que era gay a una pandilla de chavales hiciese público lo ocurrido a través de las redes sociales. “Fue muy valiente. Muchas veces la persona agredida siente vergüenza y no dice nada porque su familia y entorno no sabe nada”, indica la representante de O Soño de Lilith.

Junio es el mes del Orgullo y desde la asociación ya están preparando distintas actividades, puesto que “queda mucho por hacer” en el camino para lograr la igualdad de las personas.

Grupo de Diversidades Afectivo-Sexuais en el Castro Alobre

Desde el IES Castro Alobre, Paloma García coincide con Daisy Alcalde en que el discurso de la ultraderecha ha calado entre parte de la juventud. “Se nota muchísimo, ya desde primero y segundo de ESO. Es atroz”, opina la profesora, dinamizadora de Igualdade del instituto y coordinadora del Grupo de Diversidades Afectivo-Sexuais del centro, creado en 2018 de forma pionera.

García encuentra dos explicaciones: por una parte, las familias, pues “los chavales no tienen capacidad de cuestionar determinadas cosas que les dicen en casa”; y por la otra, las redes sociales, ya que “hay familias que intentan dar a sus hijos una educación con valores progresistas y se les escuchan comentarios homófobos y machistas”.

"En el instituto se ven casos puntuales que antes no se veían"

Paloma García García - Coordinadora del Grupo de Diversidades Afectivo-Sexuais del IES Castro Alobre

decoration

Si bien la docente no aprecia un incremento de la homofobia en el instituto, reconoce que “se ven casos puntuales que antes no se veían”. “Repiten el discurso de la ultraderecha”, afirma.

Paloma apuesta por “una educación integral en tema de género en todos los niveles educativos, ya desde Infantil”.

Impunidad

Por su parte, la Asamblea LGTBI de Galiza Nova en O Salnés también ha mostrado su solidaridad con el menor agredido y advierte de que “en una sociedad dominada por el heteropatriarcado, la violencia LGTBIfónica aún goza de cierta impunidad, llegando a ser el delito de odio más frecuente en el Estado español. El hecho de ser trans, gay o mujer nos mantiene en una tensión continua en situaciones tan corrientes como caminar tranquilamente por la calle”.

“La ausencia de una legislación que identifique estos tipos de violencia e imponga sanciones específicas hace que la situación se agrave y que la inmensa mayoría de estos delitos queden impunes o incluso sin denunciar"

Asamblea LGTBI de Galiza Nova O Salnés

decoration

“La ausencia de una legislación que identifique estos tipos de violencia e imponga sanciones específicas hace que la situación se agrave y que la inmensa mayoría de estos delitos queden impunes o incluso sin denunciar, ya que la víctima en muchos casos se ve totalmente desamparada ante la ley”, concluye el colectivo juvenil.

La Policía rastrea grabaciones para identificar a los sospechosos de la paliza

Los agentes de la Policía Nacional de Vilagarcía continúan investigando la paliza homófoba denunciada por un joven de la ciudad por parte de una pandilla de chavales que se acercaron a pedirle pipas a un amigo cuando caminaban por Rivero de Aguilar, en las inmediaciones de la sede de la Autoridad Portuaria. Portavoces oficiales de la Comisaría aseguran que por el momento no hay detenidos y que los investigadores están visionando las imágenes de unas cámaras del lugar para identificar a los supuestos autores de la agresión.

Al parecer los sospechosos podrían ser menores de edad, igual que la víctima, por lo que el caso pasaría a ser instruido por el Juzgado de Menores en Pontevedra, precisan fuentes judiciales. En los juzgados de Vilagarcía no está prevista ninguna actuación al respecto.

Los hechos ocurrieron el sábado pasadas las nueve de la noche, cuando el denunciante caminaba con otro chico y una pandilla se acercó a pedirle pipas. Él, de “manera totalmente inofensiva y sin intención de crear ningún problema”, echó en las manos de uno de ellos refresco de cola y esta persona empezó a llamar “maricón” a la víctima, que decidió marcharse “para no crear conflictos”, según narra en su cuenta de Instagram. La pandilla comenzó a seguirlo y cuando le preguntaron si era gay y él contestó que sí, empezaron los insultos y puñetazos en el rostro y en la cabeza, según su relato. Una pareja se acercó y lo ayudó a calmarse.

Compartir el artículo

stats