En la Quinta de San Amaro de Meaño fueron presentados los resultados del informe Nielsen sobre el consumo de vino en España, en relación a cómo se han portado en el año 2020 las denominaciones de origen gallegas en comparación a 2019. Se trata de un documento que es considerado uno de los referentes en los análisis de volumen y valor de las ventas de vino en los canales de hostelería y alimentación (Horeca), y que se consideran marcos importantes para elaborar estrategias futuras de mercado.
El acto estuvo presidido por el conselleiro de Medio Rural, Juan González Vázquez, acompañado por Enrique Sáez Porto, presidente de la Fundación Juana de Vega, entidad centrada en proyectos agrarios y de investigación. Junto a ellos, entre el público presente, representantes de las cinco D.O. gallegas del vino: Rías Baixas, Ribeiro, Ribeira Sacra, Monterrei y Valdeorras. Unos representantes que siguieron con especial atención la ponencia que hacía sobre este informe Andrés Mazairas, profesor de la Universidade de Vigo en el campus de Ourense, especializado en el sector.
En hostelería las ventas han bajado un 50%, y en alimentación han crecido algo más del 20, crecimiento este que no cubre lo perdido en hostelería
Un Andrés Mazairas que reconocía lo difícil que ha resultado 2020 para el sector por la pandemia: “En hostelería -afirmaba- las ventas han bajado un 50 por ciento, y en alimentación han crecido algo más del 20 por ciento, crecimiento este que no cubre lo perdido en hostelería”.
“Para las denominaciones de origen gallegas -continúa- la dificultad es que su presencia era mucho más fuerte en el ámbito de la hostelería, que fue el más damnificado por el cierre, que en alimentación, y ese era el reto: ocupar espacios que no teníamos tan bien consolidados”.
"Aún así -agrega- la situación no llegó a ser tan grave como en un momento parecía temerse: por una parte nos aguantó el tirón de las ventas del vino en alimentación, sobre todo en el sector del Noroeste donde se hizo fuerte, y por otro el saber tirar de la calidad de nuestros productos”.
Sobre hacia dónde deben encaminarse las estrategias del vino, Mazairas destacaba que “el vino es un sector muy competitivo en Galicia, no en vano las cinco denominaciones de origen gallegas están dentro del top ten de las ventas de vinos en hostelería en España. La estrategia debe ir encaminada a lograr ese equilibrio con las ventas en alimentación, impulsando el sector de precios medios y altos, para poder actuar así como un elemento dinamizador de todo el ámbito en un sector tan estratégico para el rural como es el vino en Galicia, para que pueda redundar así en beneficio de todas las personas involucradas en el proceso: viticultores, bodegueros, distribuidores…”.
Precios dispares
Unos precios, explicaba en la ponencia, donde el 60 por ciento de los Rías Baixas se mueve en torno a los 9 euros, mientras que, por el contrario, es el Ribeiro donde el 90 por ciento de los caldos rondan los 2,20 euros.
En hostelería, el año 2020 los blancos se han convertido en un vino refugio, que fue menos lastrado que los rosados y los tintos “y en parte -apunta Andrés Mazairas- esa caída atenuó la de las denominaciones de origen gallegas que, en esencia, son vinos blancos”. “En alimentación -explicaba Mazairas- la complejidad, viene marcada por el hecho de que el 60% de la actividad está en manos de las grandes cadenas de supermercados, que tienen un gran poder para imponer precios. Ahí es donde tenemos que jugar, entre nuestro poder de mercado y el poder de la distribución, porque si no estamos presente en esas cadenas, no podemos vender”.
Sobre la recuperación Andrés Mazairas se muestra cauto: “Lo realizado -afirma- no garantiza futuros. Cierto que Rías Baixas aguantó mejor el tipo por su posición internacional, y ese ámbito internacional marca también el camino para otras D.O. gallegas indicó.
