Pedro Silva, Manuel Antón, Sergio Alba y Paula Cambre conforman el equipo ganador del Parlamento Xove en la categoría de ESO. Son alumnos del colegio Sagrada Familia de Vilagarcía de entre 14 y 15 años (de tercer curso). No ocultan su profunda satisfacción por haberse alzado como los mejores oradores, sobre todo teniendo en cuenta que para algunos de ellos era su primera experiencia en la imponente tribuna de la Cámara gallega y que la final en la que se impusieron a los estudiantes del La Salle (de cuarto curso) estuvo muy reñida. “Aunque no ganásemos, al terminar el debate nos quedamos muy satisfechos de cómo lo hicimos”, comenta un estudiante.
El colegio Filipense compitió con dos equipos: el ganador y otro formado por Sabela Falcón, Marta Varela, Alejandra Domínguez y Manuel Moure, distinguido como el mejor orador del concurso.
Este equipo también llegó a fases avanzadas del certamen, por lo que tanto los profesores encargados de preparar a los alumnos (María Nogueira y Rubén Rivas) como los propios estudiantes creen que el hecho de que un grupo ganase y otro no fue circunstancial. “Todos trabajaron muchísimo”, ensalzan los docentes.
Comparten el premio: un viaje a... ¿Sicilia?
De hecho hay tan buena sintonía entre ellos que el equipo ganador ha decidido compartir el premio con sus compañeros. Se trata de un cheque de 5.000 euros para realizar un viaje. Italia, y concretamente la isla de Sicilia, están entre los destinos candidatos.
El debate: legislar o no sobre el uso de pantallas
El tema a debatir fue la idoneidad o no de legislar sobre el uso de pantallas en los jóvenes debido al consumo excesivo que se realiza en la actualidad de este tipo de dispositivos. “Según fuentes autorizadas, los niños de 12 a 15 años invierten unas siete horas diarias, cinco veces más de lo que aconseja la Academia Americana de Pediatría, que es una hora y media”, explican los alumnos vilagarcianos.
Los niños de 12 a 15 años invierten en pantallas unas siete horas diarias, cinco veces más de lo aconsejado, que es una hora y media
Justo antes del debate se sortea qué equipo debe defender la postura a favor y cuál en contra. A la delegación del colegio Filipense le tocó siempre a favor. Repartieron entre los miembros del jurado unos cartones de bingo y e iban sacando bolas. “La conclusión es que el equipo contrario iba a dejar la salud de los jóvenes al azar, al bingo, porque falta control parental”, apuntan.
Falta de control parental
Su tesis, “legislar y proteger a los más jóvenes”, estaba basada en tres argumentos: la falta de control familiar, los prejuicios que el abuso de pantallas ocasionan en la salud física y psíquica de los adolescentes y los precedentes que existen en otros países sobre legislación en este aspecto. “La mayoría no son países democráticos”, puntualiza la profesora Nogueira.
Personalmente los alumnos no son partidarios de legislar sobre el uso de pantallas al considerar que deben ser los padres los que tienen que ejercer ese control sobre sus hijos. “Regular un tema tan privado puede vulnerar derechos fundamentales. Hay que impulsar planes educativos”, concluye Manuel Moure.
