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Una visita "descafeinada" a Armenteira: sin rutas guiadas ni acceso a la iglesia

La iglesia de Armenteira permanece cerrada desde el pasado mes de enero.

El monasterio de Armenteira reabrió al público en Semana Santa, pero las personas que quieran conocerlo deberán conformarse con una visita un tanto descafeinada. Y es que no hay ruta guiada por el claustro ni tampoco es posible acceder a la iglesia parroquial (la cual no depende de la Orden Cisterciense), puesto que lleva cerrada desde enero.

El cura, de 91 años, está enfermo

El motivo del cierre de la iglesia no es otro que la enfermedad del párroco, que tiene 91 años. Pese a su avanzada edad, el arcipreste de Ribadumia, José Antonio Souto, confía en que don Ramón pueda reincorporarse a su puesto en próximas fechas porque -apunta- su salud está mejorando.

Desde enero la parroquia solamente abre para la misa del domingo (oficiada por el capellán del monasterio) y en casos de bodas y funerales. El arcipreste se encarga de los entierros y de asuntos de papeleo, mientras que el vicario de Pontevedra celebra los matrimonios.

La oficina de turismo de la Diputación en el monasterio está cerrada al público. Noé Parga

Souto admite que es muy complicado encontrar sustitutos; de hecho cada párroco gestiona varias parroquias, como es su caso. Tiene asignadas las de San Tomé de Nogueira, San Vicente de Nogueira, San Lourenzo de Nogueira, San Martín y San Salvador de Meis.

Covas, también sin párroco

Pero desde la baja de don Ramón también se encarga de los funerales y gestión de las iglesias de Armenteira y Covas, esta última también responsabilidad de don Ramón. Al igual que en Armenteira, el templo meañés solamente abre para los entierros, enlaces nupciales y para la misa del fin de semana, en este caso los sábados a las 20.30 horas.

Sin relevo generacional

El arcipreste lamenta la falta de relevo generacional en el clero. “Yo tengo 80 años y soy el cura de menor edad del arciprestazgo de Ribadumia”, lamenta. El más longevo es Dositeo Valiñas (párroco de Ribadumia y Leiro), que recientemente ha cumplido cien años.

"Yo tengo 80 años y soy el cura de menor edad del arciprestazgo de Ribadumia"

José Antonio Souto - Arcipreste de Ribadumia

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De Madrid y Toledo

Con respecto a las bodas, Souto señala que en Armenteira ya se han celebrado “siete u ocho” desde que el sacerdote titular se encuentra ausente por motivos de enfermedad. “La mayoría de contrayentes proceden de fuera de Galicia, de sitios como Toledo o Madrid. No sé qué pasa aquí que la gente no se casa”, comenta al arcipreste y responsable de “las tres Nogueiras” de Meis.

La iglesia de Santa María de Armenteira constituye uno de los principales atractivos para las personas que visitan esta aldea situada en el corazón de O Salnés que atraviesan la Ruta da Pedra e da Auga y la Variante Espiritual. Actualmente los visitantes solo pueden acceder al claustro del monasterio.

La Diputación sostiene que las monjas deben elaborar un plan de contingencia por el COVID


Además del cierre de la iglesia parroquial de Santa María de Armenteira, otra de las instalaciones con las que los visitantes se encuentran cerradas son las de la oficina de turismo que la Diputación tiene en la planta baja del monasterio, justo enfrente de la tienda en la que las monjas cistercienses venden sus productos de cosmética natural y otros también de carácter artesano de otras órdenes.

Portavoces del organismo provincial sostienen que “ya está todo listo para abrir”. El único trámite pendiente -prosiguen las mismas fuentes- es que la congregación envíe a la Diputación “el plan de contingencia que nos exige la Xunta” con motivo de la pandemia de COVID.

Desde la entidad presidida por Carmela Silva consideran que al estar la oficina de turismo ubicada dentro del monasterio, son las monjas las que deben elaborar el documento.

Desde la oficina de turismo se hacían visitas guiadas al claustro para explicar al público la historia del monumento. Aunque este espacio está actualmente abierto a los visitantes, estos no disponen de información sobre el monasterio.

Las religiosas cistercienses retomaron la actividad en la hospedería el pasado mes de abril, en Semana Santa. Primero lo hicieron con alojados oriundos de Galicia, puesto que la comunidad autónoma todavía estaba cerrada perimetralmente pero desde que se recuperó la movilidad ya han pernoctado en el monasterio de Armenteira tanto huéspedes como peregrinos de distintas procedencias.

Debido a la pandemia, las monjas han habilitado una planta para los peregrinos y otra para el resto de personas alojadas. Los accesos son independientes. La hospedería y la venta física y online de sus cremas, jabones, bálsamos y aceites constituyen sus principales fuentes de ingresos.

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