Desde Sanxenxo y O Grove a Pontecesures, pasando por Cambados, Valga, Meaño, Meis, A Illa, Catoira, Vilanova, Vilagarcía y Ribadumia, el despertar del letargo económico provocado por la pandemia pasa, necesariamente, por levar anclas. Y no en sentido figurado, sino literalmente.
Es así debido a la influencia que ejercen en el sector los barcos de pasaje que operan desde O Corgo (O Grove) y, en menor medida, en Vilanova y Portonovo.
De esos catamaranes y botes rápidos van a depender buena parte de los ingresos que se generen en la comarca de O Salnés y el territorio del Ullán durante los próximos meses, dado el importante eslabón que representa en la cadena turística de este territorio y, por extensión, dentro del engranaje del sector a nivel provincial y autonómico.
Clientes de hoteles y restaurantes
Son muchos los hoteles que “conquistan” a sus clientes brindándoles la oportunidad de desplazarse a O Grove para subirse a uno de esos barcos de pasaje que, con o sin visión submarina, organizan auténticas fiestas a bordo, de día y de noche.
Al igual que son muchas las agencias que gestionan viajes en los mismos desde toda Galicia, los restaurantes que encuentran en esos pasajeros a potenciales clientes y los comercios que, de un modo u otro, también se nutren de su llegada.
Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada
De ahí la importancia de esos catamaranes que acercan a gallegos, españoles, portugueses y ciudadanos de cualquier parte del mundo a las joyas del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia; al igual que los pasean entre las bateas de cultivo de mejillón y ostra o los introducen en el mundo de la pesca artesanal.
Eso sin olvidar que brindan a los viajeros la posibilidad de conocer de cerca el Complejo Intermareal Umia-O Grove o rememorar la traslación de los restos del Apóstol Santiago surcando la Ruta Xacobea do Mar de Arousa e Ulla para desembarcar en Pontecesures.
Degustaciones a bordo
Son solo algunas de las opciones que brindan estos barcos y botes rápidos a sus pasajeros, en el primer caso también con degustaciones a bordo de mejillones cocidos que se riegan con variados vinos y se aderezan con música alegre.
Por todo ello y la posibilidad de disfrutar a bordo de bodas, congresos y todo tipo de eventos, como también porque las navieras han introducido importantes medidas de seguridad para evitar contagios, cada vez son más los ciudadanos interesados en acercarse a localidades como O Grove para embarcarse en esas naves.
Lo hacen tanto de forma individual como en familia, o bien en grupos organizados procedentes de toda la Península que dejan patente, un año tras otro, también en pandemia, que el de los barcos de pasaje es un motor económico a tener muy en cuenta, sobre todo en localidades como la meca.