Los mecos creen que la estación de autobuses de que disponen en la zona portuaria de O Corgo es ahora un lugar del que avergonzarse. Un espacio que poco o nada tiene que ver con aquel servicio inaugurado hace un par de décadas que se presentaba como sinónimo de progreso “intermodal”, en el que unificar la venta de billetes para el transporte por carretera y para el marítimo.
Estrenada a bombo y platillo, junto con el remodelado puente de A Toxa y las casetas para marineros de la zona portuaria de O Grove, la estación se ha convertido, con el paso del tiempo y el abandono, en una especie de pocilga que no deja de generar quejas por parte de usuarios y ciudadanos en general.
Esos lamentos tantas veces repetidos se visualizan ahora a través de las denuncias públicas formuladas por el grupo municipal de Esquerda Unida (EU), liderado por José Antonio Otero González.
Esta formación exige a la Xunta que actúe de inmediato para corregir el estado del lugar, ya que es la Administración que tiene las competencias sobre el mismo. Y para que la presión en este sentido sea aún mayor, los esquerdistas también piden al gobierno local, del socialista José Antonio Cacabelos Rico, que se ponga las pilas y reclame la misma actuación.
De lo que se trata, sostiene el grupo opositor, es de “poner fin a esta lamentable situación”, de la que se extraen imágenes que en absoluto corresponden a las de un municipio turístico como el grovense.
Y no solo es una situación preocupante desde el punto de vista de lo que puedan pensar cuantos visitan la villa, que se topan de bruces con el mentado abandono como primera imagen de la misma, sino que también es algo repudiable para los propios vecinos mecos que utilizan el transporte público.
“Papeleras llenas, que permanecen sin recoger desde hace tiempo, basura por todas las esquinas, suciedad y mobiliario destrozado” son algunos de los ejemplos a los que alude Esquerda Unida cuando transmite su preocupación por el estado de la estación intermodal meca.