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Tercer ataque de jabalíes al viñedo de un vecino de Cobas que ya solo conserva 60 cepas

Este vecino de Covas (Meaño) denuncia los destrozos del jabali en su viñedo. Noé Parga

El jabalí se ceba con la viña de un vecino de Cobas que ha vuelto a sufrir un ataque estos días, el cual hace el tercero del año en su parcela. Lo descubría este pasado fin de semana cuando acudía a la viña a realizar un tratamiento fitosanitario, encontrándose el terreno minado con socavones y agujeros que dificultaban la labor de maniobrar con su motocultor: “Cuando hace un par de meses me disponía a trabajar la viña con la máquina, me topé ya con ella cavada”, lamenta con sorna el afectado, en relación el terreno minado por los jabalíes. “Aquel día -agrega- tuve que tirar de azada para tapar los agujeros y, lo más urgente, aún era replantar los esquejes arrancados que había sembrado hace poco, y tratar de salvar además algunas cepas nuevas que estaban enraizando y que quedaran dañadas”.

Se trata de una parcela de once concas, referida con el nombre de A Veiga en el lugar de Constenla, situada a unos 300 metros del pinar que discurre entre las localidades de Cobas y Padrenda, y donde la actividad de jabalí semeja hacerse patente de un tiempo a esta parte. En ella este vecino tenía plantadas en espaldera unas 200 cepas de tinto Barrantes, y donde el animal provocó estos días socavones circulares grandes de hasta 40 centímetros de profundidad, y que el vecino denunció ayer.

José Riveiro explica que “tocaba renovar y ampliar, y eso lo detectó el jabalí, que se encontró con esquejes y cepas nuevas, y estos ataques me ha dejado unas 60 u 70 cepas, no más. Tras el ataque de febrero logre salvar algunas, pero otras, pese a los cuidados que les presté ya no salieron adelante”. “Antes -lamenta-, en estas once concas venía recolectando unos 450 kilos de uva, pero con los daños ahora no recogeré ni 100”.

“Hace dos años -explica- ya me entrara el jabalí en esta viña, y entonces me echó a perder dos tercios de lo que iba a ser cosecha, pero pensé que fuera algo puntual porque remitió”. “Pero este año -agrega- es el tercero que sufro, empiezo a sentirme impotente ya para salvar esta viña, y eso que le estoy muy atento y la visito cada semana”. Admite haber denunciado en otras ocasiones los hechos “pero las denuncias -se queja- quedan en papel mojado”. “Hace dos años -explica- lo denuncié a la policía local, que se personó aquí, abrió diligencias para darle curso, pero ahí quedó la cosa, no más. Entiendo la norma de la administración de proteger al animal, pero el daño que se le ocasiona al agricultor, y a pesar de ser tan reiterado, nadie lo compensa”.

Rafael Otero, presidente de la Sociedad de Caza de Meaño, ya expuso en diversas ocasiones la importancia de denunciar los hechos para solicitar una batida.

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