La sensibilidad y la fuerza que caracterizan a las mujeres se convierte en arte a través de los cuadros de Luis F. Otero, un vecino de Carril (Vilagarcía) nacido hace 47 años que se inició tarde en el mundo de la pintura, pero que está dando sentido a aquello de que nunca es tarde si la dicha es buena. Y en su caso, la pintura lo es, como demuestra allí por dónde pasa.
Ya hizo gala de su saber hacer con el pincel hace una década, cuando en el Auditorio Municipal de Vilagarcía colgó su primera exposición. Aunque empezó a despuntar, quizás, en el último lustro, desde que centró su mirada en trabajos tan realistas, y a la vez tan imaginarios, como los que ahora expone en la vermutería Stocolmo 2.0., en la propia ciudad vilagarciana.
En este conocido local, convertido por su propietario, el también carrilexo “Pachi”, en una especie de museo, en el que es posible maridar las consumiciones con el disfrute de topo tipo de objetos del pasado, como máquinas de coser, televisores, radiocasetes y otros muchos artículos, también se anima al cliente a deleitarse a diario con la contemplación de buenas obras pictóricas que se van reponiendo cada cierto tiempo.
"Me apasiona la pintura, me gusta investigar sobre nuevas formas de expresarme cuando pinto y, sobre todo, disfruto haciendo partícipes de mis pensamientos a cuantos observan mis trabajos"
Este mes y el que viene es el turno de cuatro cuadros de gran formato firmados por Luis F. Otero. Cuatro retratos en los que, como se decía al principio, logra su objetivo de plasmar en sus trazos la fuerza que puede desprender la mirada de una mujer cuando la combina con buenas dosis de dulzura, sensibilidad y expresividad.
Las coloridas obras expuestas por el artista, que tienen en torno a metro y medio de alto, por un metro de ancho, muestran rostros femeninos de fantasía, solo vistos antes en la imaginación y la inspiración del propio pintor, un autodidacta que en este tipo de óleos sobre madera es capaz de transmitir un realismo nada sencillo de plasmar sobre el lienzo del que se desprende la fuerza de lo que siente cuando pinta.
"La pintura es una buena forma de plasmar sensaciones, sin necesidad de recurrir a las fotografías o al WhatsApp”
Cuadros que cuelga por primera vez
“No fui a clase, pero me apasiona la pintura, me gusta investigar sobre nuevas formas de expresarme cuando pinto y, sobre todo, disfruto haciendo partícipes de mis pensamientos a cuantos observan mis trabajos”, explica Luis Otero cuando se le pregunta por esta colección que ya avanzó en las redes sociales y ahora cuelga por primera vez.
Él mismo colocó con mimo esos cuadros en las paredes de la citada cafetería de la calle peatonal A Baldosa, donde transmite a través de los mismos que "la pintura es una buena forma de plasmar sensaciones, sin necesidad de recurrir a las fotografías o al WhatsApp”.
