Un grupo de compradores de la lonja de Cambados están muy disgustados por la reciente decisión del gerente de las instalaciones y de la Cofradía, que han impedido la manipulación y limpieza del pescado en el interior de la sala de subastas, como se venía haciendo desde hace tiempo. Los compradores, la mayoría de ellos con negocios de venta ambulante, se quejan de que no tienen ningún espacio adecuado para realizar estos trabajos y que se les obliga a salir de la lonja sin una alternativa adecuada.

Desde la Cofradía y la dirección de la lonja explican que la decisión se ha adoptado a instancias de los inspectores de la Consellería de Sanidade. El patrón mayor, Ruperto Costa, revela que hace un par de meses hubo una inspección de Sanidade en la rula, y que los técnicos vieron que había compradores que se quedaban en la sala de subastas ordenando sus cajas, manipulando el pescado y hasta limpiándolo y retirándole las vísceras. Según Costa, los inspectores indicaron rápidamente que esa práctica tenía que ser abolida.

“Los inspectores fueron muy claros”, afirma Ruperto Costa. “Dijeron que la lonja es un centro de primera venta, y que por lo tanto no se puede permitir que haya manipulación del pescado en ese mismo espacio”. “Hasta ahora nosotros no nos metimos en eso, pero es que ahora Sanidade nos acaba de avisar de que manipular y limpiar la mercancía infringe la normativa, y de que si seguimos haciéndolo nos van a sancionar”.

Esta situación afecta sobre todo a los ambulantes, que son aquellos que realizan la venta de pescados y mariscos puerta a puerta. La lonja de Cambados es muy antigua, y carece de espacios separados de la sala de subastas para la manipulación de la mercancía, como sí tienen Ribeira u O Grove. Las pescantinas, por ejemplo, acostumbran a recoger las cajas que han comprado y preparan y limpian el producto en sus puestos de las plazas de abastos. Pero la mayoría de los ambulantes carecen de un espacio físico donde realizar ese trabajo.

El gerente de la lonja, Manuel Rivas, manifestó que, “entiendo perfectamente que para ellos esto supone un problema, pero tienen que comprender que no nos podemos exponer a que nos impongan una sanción. Nosotros no queremos echarlos fuera de la lonja, pero la situación estaba llegando a un límite insostenible”, prosigue.

De hecho, también hay compradores favorables a que se prohíba la manipulación de los productos en la sala de subastas, puesto que algunos días los ambulantes ocupaban mucho espacio con estas tareas -en ocasiones, acuden entre una quincena y casi una treintena de autónomos-, y su trabajo generaba riesgos de caídas, al caer al suelo restos de hielo o de vísceras.

Por el momento, los compradores afectados han trasladado su trabajo de manipulación de los pedidos al pasillo central cubierto que hay en un lateral de la sala de subastas. Pero la solución definitiva pasará sin duda por la reforma integral de la obsoleta lonja de Cambados o por la ansiada construcción de una nueva.