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Arousa y Vigo albergan los 28 polígonos mejilloneros que siguen abiertos

Una visita de la conselleira (sentada) al Intecmar, que dirige Covadonga Salgado (detrás). Iñaki Abella

El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino de Galicia (Intecmar) decretó ayer por la mañana, de golpe, el cierre de ocho polígonos bateeiros repartidos por toda Galicia: Dos en la ría de Vigo, dos en la de Pontevedra, otros tantos en Ares-Betanzos y dos en la de Arousa.

Por la tarde comunicaba cuatro cierres más que afectaban a los arousanos Ribeira C, Cambados A1, Cambados B y Cambados C Norte.

De este modo se elevaban a 23 los clausurados temporalmente en toda la comunidad, como eran los dos de Sada, en la ría de Ares-Betanzos, el de Baiona, los cuatro localizados en Muros-Noia, los ocho de la ría de Pontevedra –los dos Cangas, los tres Bueu y los tres Portonovo–, dos polígonos de la ría viguesa –el Cangas F y el Cangas G– y seis de la arousana; los antes citados y los Grove C2 y Grove C4.

Mapa a partir de datos del Intecmar que muestra el episodio tóxico actual. M. Méndez

¿Que quiere decir esto? Pues que a estas alturas –con datos actualizados a las nueve de la tarde de ayer– ya solo quedan parques disponibles en las rías de Arousa y Vigo, en el primer caso con 18 polígonos bateeiros operativos y en el segundo, con 10 aptos para la extracción y venta de mejillón.

El laboratorio del Intecmar. Iñaki Abella

Dicho de otra forma, que teóricamente el sector mitilicultor dispone de 28 polígonos, aunque realmente no es así, ya que en esta época del año las operaciones de descarga son escasas y son pocos los que tienen mejillón de talla comercial.

Se veía venir, e irá en aumento

FARO DE VIGO ya explicaba hace un mes que el afloramiento de primavera estaba próximo. Lo hizo tras conocer que el Intecmar había detectado un incremento de células tóxicas en diferentes estaciones de medición situadas en las Rías Baixas.

Por ese motivo se prohibía la extracción de mejillón en el polígono Muros C el pasado 26 de febrero, y en el Bueu A2 se hacía el día 15 de marzo.

Aquello se interpretaba como un primer aviso y hacía que la expectación fuera en aumento en el sector bateeiro, ante la posibilidad de que se acercara un episodio tóxico capaz de desencadenar un cierre generalizado de bateas.

Una semana después ya estaban cerrados los tres polígonos de Portonovo, los tres de Bueu y el Cangas B, en la ría de Pontevedra.

Pero el nivel de células tóxicas siguió incrementándose desde entonces, de ahí que actualmente sean ya 23 los polígonos cerrados. Un número que, a priori, va a seguir aumentando en las próximas jornadas.

El afloramiento de primavera está aquí

Todo esto sirve para confirmar que el afloramiento de primavera está aquí. Las condiciones meteorológicas de los últimos días y, sobre todo, los vientos de componente sur, han introducido en las rías ingentes cantidades de nutrientes que permiten renovar sus aguas interiores, garantizando así que seguirán siendo una de las principales reservas de fitoplancton del planeta.

Así es el afloramiento costero. BDRI

Esto es tanto como decir que las corrientes llegadas con fuerza del Atlántico permiten a estas rías consolidar su privilegiada posición como zona de cultivo de bivalvos. El problema, o, mejor dicho, el contratiempo que esto supone, es que con esos nutrientes llega también el fitoplancton portador de biotoxinas marinas que provoca los cierres.

El consumidor puede estar tranquilo

Ante el nuevo episodio tóxico que afecta al ciclo de comercialización del “oro negro” de batea, cabe incidir en que, a estas alturas del año, apenas causa alteraciones económicas al sector mejillonero, ya que los cierres de polígonos se producen en el momento más flojo de la temporada.

Tampoco está de más insistir en que el consumidor puede estar tranquilo ante una situación como ésta y puede seguir consumiendo mejillón gallego sin problema.

Baste recalcar que la llegada a las rías gallegas de lo que popularmente se conoce como “marea roja”, aunque no lo sea, no entraña riesgo alguno para la salud pública, siempre y cuando el molusco consumido se adquiera por los cauces reglamentarios.

Esto es así porque el Intecmar se ocupa de velar para que solo pueda llegar al mercado el molusco extraído de zonas exentas de toxicidad. De ahí que ordene cerrar aquellas donde los niveles de células no sean tolerables.

Toxinas diarreicas (DSP)

Esta vez se trata de toxinas del género lipofílico –entre las que destacan las diarreicas (DSP)– que al introducirse en las rías afectan al mejillón cuando las ingiere, haciendo necesario paralizar temporalmente su extracción en las zonas afectadas por ese incremento de células. Se hace hasta que, de manera completamente natural, el molusco se depura y vuelve a ser apto para el consumo.

La descarga del mejillón no descansa

Descargas de mejillón Manuel Méndez

En cualquier caso, todo esto, hay que insistir, no es más que un episodio natural que, con mayor o menor intensidad, se repite cada año.

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