Lo de la gestión de residuos de Vilanova y Cambados ha sido un parto sumamente complicado. Hace tres años que el concurso se encuentra resuelto, pero las denuncias presentadas por otras empresas y la posición del Concello de Vilanova en los últimos tiempos, con ciertos reparos a que se pusiese en marcha, han hecho que la empresa Valoriza, no comience hasta hoy a recoger la basura en los dos municipios. El argumento que se esgrimía desde Vilanova era que no se podía modificar la ubicación de los contenedores, algo que figuraba en los pliegos del concurso y que la empresa tenía previsto hacer. Finalmente, ha imperado la versión municipal y se ha evitado que el Concello de Vilanova impugnase el nuevo contrato para la recogida gestionado desde la Mancomunidade.
El punto de fricción se encontraba en la creación de “islas” para agrupar la recogida, lo que permitirá contar con un contenedor verde y otro amarillo, y en muchas de ellas, también el azul de cartón y el de vidrio. Esa propuesta ha sido aceptada por el Concello de Cambados, al que la empresa entregará un mapa con las futuras ubicaciones, pero no por el de Vilanova, que prefiere mantener la ubicación de los contenedores tal y como se encontraban antes de la aprobación del contrato, al considerar que esos cambios perjudican a sus vecinos.
Cambados y Vilanova llevaban casi una década con la empresa Celtaprix, pero aprovecharon una serie de supuestos incumplimientos de la empresa para no renovar el servicio. Esa empresa se hizo cargo del servicio hasta la resolución del concurso, pero su quiebra obligó a buscarse una alternativa. Esa alternativa no fue otra que la empresa Urbaser, que se estuvo encargando del servicio hasta la llegada de Valoriza y que se presentó al concurso, aunque su valoración fue inferior a la de la nueva concesionaria.
A Illa también escogió a Valoriza, pero el TSXG ha obligado a retrotraer el concurso al momento de la adjudicación
Valoriza también fue la empresa elegida por A Illa, pero las diferentes firmas que concurrieron a ese concurso impugnaron su adjudicación, dándoles la razón el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), obligando a retrotraer el concurso al momento de la adjudicación. En la Mancomunidade se temen que pueda acabar ocurriendo una situación similar a la de A Illa, al tratarse de una práctica habitual de las empresas que no consiguen el contrato.
Impulso a la recogida selectiva de basura
El contrato tiene una duración de cinco años y la empresa se embolsará un total de 790.000 euros anuales. Además, contempla la renovación de todos los contenedores de recogida de residuos orgánicos de Cambados y Vilanova, de forma que se van a sustituir cerca de 2.000 de estos depósitos por otros más modernos y funcionales. A mayores, la empresa deberá renovar por completo la flota de camiones y furgonetas que utilizará en el servicio durante los próximos años. El contrato diseñado por la Mancomunidade obligará a la concesionaria a apostar por fórmulas que ayuden a abaratar los costes del tratamiento de los residuos, y por ende, el número de toneladas que se envían a la planta de la Sociedade Galega para o Medio Ambiente (Sogama) en Cerceda. Esta cuestión era una de las mejor valoradas en el concurso, ya que el objetivo con el que se diseñó era para dar un cambio radical al modelo de recogida. En esos pliegos diseñados por la Mancomunidade se hace especial hincapié en cuestiones como la recogida lateral, la frecuencia con que esta se realiza, el lavado de los contenedores y, sobre todo, un impulso a la recogida selectiva, una de las grandes apuestas para este nuevo contrato.
