La entrada de una masa de polvo sahariano en la península, y el inicio de la temporada de mayor presencia de polen en suspensión han provocado que la calidad del aire haya empeorado sensiblemente en buena parte de España. En mayor o menor medida, posiblemente en O Salnés también se haya producido este fenómeno, pero no hay datos científicos que lo demuestren. ¿Por qué? Porque las agencias meteorológicas oficiales no tienen ni una sola estación en O Salnés que lo mida.
Concellos y asociaciones ecologistas han solicitado en el pasado a la Xunta de Galicia que instalase en Arousa al menos una estación fija para conocer el estado de la atmósfera en la comarca, pero siempre sin éxito. Políticos y ambientalistas defienden las ventajas de conocer los datos de contaminación atmosférica del entorno más próximo, en vez de depender de los resultados que arrojen los equipos instalados en Santiago o Pontevedra, situados a muchos kilómetros de distancia y separados de O Salnés por montañas que pueden causar grandes diferencias entre los valores de dos valles distintos.
La comarca arousana carece de estaciones oficiales que midan la calidad del aire
Gabriele von Hundelshausen, concejala de Medio Ambiente de A Illa, recuerda que en 2016 Meteogalicia instaló una estación móvil en la localidad. Una iniciativa, “muy interesante”, y que arrojó unos datos positivos, pues no se apreciaban índices elevados de contaminación atmosférica. “En ese momento planteamos a Meteogalicia que instalase un equipo fijo de medición en O Salnés, pero la petición no prosperó”, señala la edil.
Von Hundelshausen está absolutamente convencida de que es necesario saber con la mayor precisión posible si el aire que están respirando las personas en un lugar determinado está limpio o no. Tanto es así que a finales del año pasado, el Ayuntamiento de A Illa instaló una red de sensores en diferentes puntos del municipio, gracias al programa Smart Citizen, al que pueden sumarse los ciudadanos a título particular, colocando los equipos en sus casas.
Por desgracia, poco después empezaron a sucederse los temporales, y los equipos de A Illa situados en el exterior quedaron inservibles. “Queremos volver a instalar la red en breve”, avanza la concejala.
Fue poco tiempo, pero el suficiente para apreciar con datos como la actividad humana influye en la calidad del aire que se respira. A modo de ejemplo, Von Hundelshausen explica que el nivel de partículas en suspensión se dispara enormemente a determinadas horas del día y en determinados lugares. A modo de ejemplo, cita el colegio, a primera y última hora de la mañana, cuando coinciden en el exterior tres autobuses y numerosos coches particulares. “Con solo pasar andando por allí a esas horas ya se nota que el aire está muy cargado”, advierte.
Ecologistas
La presidenta del Colectivo Ecoloxista do Salnés, Marta Lois, también es partidaria de que la comarca arousana cuente con algún punto de medición del estado de la atmósfera, como los existentes en la comarca de Pontevedra o Santiago. “O Salnés es una zona muy habitada, con mucho tráfico y varios polígonos industriales, y para poder tomar buenas decisiones, primero es necesario conocer los datos y hacer un diagnóstico”, opina.
Entiende que los datos de que disponen Meteogalicia y la Aemet gracias a su red de equipos situados en Pontevedra o Santiago no tienen por qué ser extrapolables a O Salnés debido a la distancia y la orografía montañosa que separa los valles, de ahí que plantea la necesidad de extender más por el territorio la red pública de estaciones que miden la calidad del aire.
“Hace unos seis o siete años, recibimos una serie de quejas por el mal olor que desprendía una fábrica situada en las cercanías del Hospital do Salnés"
Además, Marta Lois advierte de que existen determinados emplazamientos en los que habría que ser mucho más celoso si cabe con el buen estado del aire, y cita a modo de ejemplo el Hospital do Salnés. “Hace unos seis o siete años, recibimos una serie de quejas por el mal olor que desprendía una fábrica situada en las cercanías del hospital. Enviamos un escrito a la Dirección Xeral de Calidade Ambiental de la Consellería do Medio Ambiente y nos contestaron que estaba todo bien, que esos controles ya los hacía la empresa en la propia chimenea”.
“No tenemos por qué desconfiar de la empresa -prosigue Marta Lois-pero está claro que sería mejor que la Xunta tuviese un aparato para medir la calidad del aire en un lugar tan significativo”. Por el momento, no lo hay en toda la comarca.
Fitosanitarios, tráfico, polen o incendios
Sin grandes industrias y con una población muy repartida, se estima que la calidad del aire en O Salnés es en general buena. Pero esto no significa que lo sea siempre, y tanto Gabriele von Hundelshausen como Marta Lois señalan que hay factores que pueden alterar enormemente los valores.
Uno de los más evidentes, y que precisamente más influye estas semanas, es la floración de las plantas, con un exceso de polen en el aire. Afecta a las personas alérgicas y las más delicadas de salud, pero también puede empeorar la calidad de vida de las personas sanas.
Sin embargo, hay más factores externos puntuales, que en O Salnés no se cuantifican por la inexistencia de medidores. Von Hundelshausen cita en primer lugar los incendios forestales, cuyos efectos sobre la atmósfera pueden notarse incluso a muchos kilómetros de distancia. Por ello, la edil entiende que sería bueno disponer de más estaciones en el territorio, “para alertar rápidamente a la ciudadanía”, en caso de que un fuego provoque un aumento súbito de partículas contaminantes en la atmósfera.
La concejala de A Illa también llama la atención sobre la afluencia turística. “En principio, en O Salnés tenemos un aire de buena calidad. Pero quizás sea difícil mantener esa calidad en verano con la llegada de miles de coches”. Esa es otra de las razones por las que, en su opinión, agencias como Meteogalicia o la Aemet deberían disponer de algún punto de medición en O Salnés.
“En principio, en O Salnés tenemos un aire de buena calidad. Pero quizás sea difícil mantener esa calidad en verano con la llegada de miles de coches”.
Marta Lois también llama la atención sobre los efectos adversos de los productos fitosanitarios, muy presentes en Arousa debido a las grandes extensiones de cultivos agrícolas y de viñedo. “Solo con leer la ley y ver como se limita la actividad de aplicación de esos productos con determinadas condiciones de viento, cerca de caminos, de casas y de humedales, ya nos damos cuenta de que los fitosanitarios tienen una cierta permanencia en el aire y que pueden afectar a la salud de las personas”.
